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La lealtad de Tim Duncan

La decisión de Tim Duncan fue controversial en su momento, pero el tiempo pagó a su favor AP

"Amo esta ciudad más que a nada en el mundo. No hay nada que quiera más que volver. El dinero será lo mismo en cualquier lado, supongo. El estadio será una parte importante de eso. Si hay una posibilidad de que se vayan de aquí, no quiero ir a una ciudad a la que no pertenezco. Si algo funciona mejor en otro lado, entonces será donde quiera estar".

Esas eran las palabras de Tim Duncan, MVP de las Finales de 1999, acerca de su futuro en la Liga. San Antonio había conquistado su primer campeonato NBA a manos de los New York Knicks (4-1) y la estrella de Timmy D prometía augurios de éxito rotundo. El viejo estadio Alamodome estaba próximo a cerrarse y la intención era construir una nueva arena para albergar un equipo tan prometedor como exitoso.

Pero Duncan, que debía firmar una renovación, era la llave que abría todas las puertas. Y no estaba seguro de querer seguir vinculado a la franquicia texana.

Los Chicago Bulls, que habían perdido tiempo atrás la estela de Michael Jordan, se sumaron al tren de la esperanza de poder contratar a Duncan para renacer. Los Clippers también, en un primer intento de girar su franquicia 180 grados. Pero el gran candidato para fichar al interno nacido en Islas Vírgenes era Orlando Magic: la posibilidad de jugar con Grant Hill, su amigo y competidor de siempre, y con Tracy McGrady, además de la chance de estar a las órdenes de Doc Rivers, coach del año en aquel entonces, eran argumentos para replantear el escenario.

Fue, quizás, una de las primeras chances de formar un Big Three de un día para el otro en la NBA. Orlando tenía dinero y espacio salarial para hacer la gran apuesta.

Los grandes miedos de San Antonio tenían un justificativo. El costo del nuevo estadio (175 millones de dólares) obligaba a formar un equipo con un éxito relativo y Duncan no estaba dando señales alentadoras de acuerdo a su futuro. Junto a Hill -Duncan era cliente al igual que el alero del agente Lon Babby- visitó a los ejecutivos de Orlando dos días después del comienzo de la agencia libre. Incluso, ambos fueron hospedados en uno de los resorts más lujosos de Disney World. Y el flamante MVP de las Finales se rindió ante la ciudad.

El viejo y tímido Tim, el mismo que no esboza ni una pequeña sonrisa ante los mejores comediantes del mundo, se había sorprendido gratamente con el cóctel de la magia. Ah, la juventud, la juventud...

Todo parecía un sueño para el joven formado en Wake Forest. Las luces aparecían una tras otra, y fue en esta visita cuando Duncan pudo conocer finalmente a Tiger Woods, el golfista predilecto de los medios de comunicación.

Los ejecutivos del Magic, cuando se juntaron con Duncan y Hill, le mostraron un cartel gigante que decía: "Bendícenos, Tim". Incluso le trajeron especialmente sus favoritos Whoopers con queso cuando se enteraron que odiaba la mesa de fiambre que tenían preparada para el mediodía. Tan cerca estaba Duncan de firmar con Orlando que Hill se atrevió a decirle a Detroit News que Big Fundamental estaba a un 75% de incorporarse a la franquicia de Magic Kingdom, según destaca Spurs Nation.

John Gabriel, manager general del Magic, dijo: "Intentamos explotar cada una de las oportunidades. Tratamos de persuadirlo y cambiarle la mente. Batallamos por él. Teníamos el mejor tiro posible".

Los Spurs estaban ante su primer gran desafío mental de convencimiento. Luego llegarían muchos más, deportivos y dirigenciales, pero este fue el primer gran puntapié luego del primer título de la franquicia. Entonces, aplicaron su propia cuota de presión. David Robinson, el estelar jugador de San Antonio que formó junto a Timmy D las llamadas 'Torres Gemelas', regresó antes de tiempo de unas vacaciones en Hawaii para hablar seriamente con su compañero. El futuro estaba en riesgo y las horas parecían contadas.

"Tim y yo hablamos del año entrante", dijo Robinson. "Y sobre cómo vamos a estar listos para disfrutar como lo hicimos el año pasado. Ambos estamos excitados de estar aquí, en este momento, y todo lo que importa es seguir con el éxito que tenemos", completó el Almirante.

Miles de fanáticos en San Antonio hacían colas con carteles y gritaban a las cámaras: "¡Quédate, Tim, quédate!. La furia por Duncan se había desatado y sus seguidores harían lo imposible por evitar uno de los robos del siglo.

"Es importante para David que Tim se quede en San Antonio. Ese es el claro mensaje de su regreso de las vacaciones. Entendemos que Tim no se decide. Entonces, antes de que tome la decisión, David quiere hacer su mayor esfuerzo para que se quede. David hará todo lo posible para convencer a Tim de que sea un Spur", dijo Jeff Austin, el agente de Robinson, luego de su vuelta de Hawaii, según recolecta Spurs Nation.

Mientras tanto, un joven llamado Emanuel -luego sería Manu- Ginóbili era elegido por los Spurs en la posición número 57 del Draft de 1999, aunque llegaría a la mejor liga del mundo tres años después tras desparramar piruetas en el básquetbol europeo.

"Estoy frustrado. Estoy preocupado. Realmente pensé que Tim se iba a quedar. Y en lo más hondo de mi ser, creo que lo hará", le dijo un jugador de Spurs, que prefirió el anonimato, al periódico San Antonio Express-News.

Gregg Popovich y R.C. Buford hicieron su parte en la pelea por sus servicios. Popovich se jugó la cabeza y le prometió múltiples campeonatos si se quedaba. Le dijo que tenía todo lo necesario para lograrlo y que sin él, este sueño se caería a pedazos. Pop pudo empezar a defender su teoría tres años después.

El Magic le ofreció a Duncan un contrato de seis años valuado en $67.5 millones.

La persuasión fue tan grande para Timmy D que terminó firmando con los Spurs por tres años y $32.6 millones.

"Somos todos muy afortunados de quedarnos con él", dijo Popovich. "No dimos nada por sentado en el proceso completo, y estamos felices que se quede con este grupo de jugadores y entrenadores, en San Antonio. Hace sentir a todo el mundo muy bien sobre lo que sucede aquí".

La decisión de Duncan impulsó a San Antonio a ser una dinastía en la Liga y a él mismo a ser unos de los jugadores más grandes que dio este deporte. Luego llegaría Tony Parker en el Draft de 2001 y Ginóbili en la temporada 2002-03, para ayudar a cosechar lo que sería el primero de los tres títulos que acumuló Duncan tras su estreno con el premio grande en 1999.

"Orlando tenía mucho para ofrecer. Fui allí y pasé un gran momento. Cuando caí en la cuenta, me di cuenta que lo mejor estaba aquí", dijo Duncan en la conferencia de prensa en el Westin La Cantera Hotel de San Antonio. "Tenemos una gran oportunidad, conmigo y David (Robinson) de pelear con los Lakers. Tenemos el coro completo y ya hemos ganado antes".

Cuánta razón tenía Duncan. Y también Popovich. Empezaron por los Lakers y siguieron, por una década, con toda la Liga.

Hoy, en 2012, pueden volver a pegar el grito en el cielo, pero ya con un Duncan protagonista desde la sabiduría y no desde la explosión. Los dotes de liderazgo dieron resultado, pero... ¿Qué hubiese sido de San Antonio si 'La Decisión' de Timmy D hubiese sido diferente?

Otras épocas, otros protagonistas, otras decisiones. Y un mensaje para la juventud: la lealtad siempre trae frutos para el que la emplea a fondo, sin concesiones.