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Oberto, una inyección de entusiasmo

BUENOS AIRES -- El regreso de Fabricio Oberto a la Liga Nacional es una excelente noticia por donde se la quiera mirar, más allá de su rendimiento o de los resultados que coseche en su nueva etapa en Atenas de Córdoba.

Por sobre todo es positiva porque le permite a él concretar el deseo de volver a jugar al básquetbol. Es lo que quería y lo consiguió. Es cierto que cumplirá la etapa de cierre de su carrera y que será él quien decida cuándo será el punto final. Por ahora es fantástico que haya logrado concretar cómo y donde quiere terminarla.

Mi mayor deseo es que lo respeten las lesiones para poder cumplir el objetivo.

Es natural que luego de tantos años fuera de la Argentina, aun cuando brilló en el exterior, y también de los últimos dos con muy escasa competencia oficial, muchos tengan la incertidumbre sobre qué tiene Oberto hoy para ofrecer a un equipo.

Su presencia garantiza el aporte de solidez defensiva, presencia en el rebote y un formidable juego sin pelota, méritos que lo llevaron a ser uno de los mejores pivotes del mundo en estos aspectos. La tarea de cortinas a los tiradores, el juego de pick and roll y los bloqueos sin pelota Fabricio la entiende y ejecuta como pocos.

Me pregunto si todavía tendrá el deseo de recuperar el protagonismo ofensivo que tuvo hasta llegar a la NBA. ¿Se animará a la aventura de rencontrarse con la pelota en ataque? ¿Conservará la ilusión de extraer del cajón de los recuerdos el traje de jugador ofensivo que alguna vez lució?

Estoy convencido de que lo puede hacer. Hay que ver si él piensa lo mismo.

Con Fabricio Oberto la Liga Nacional recupera a uno de los jugadores más importantes de la historia del básquetbol argentino. El se formó en esta competencia y paseó ese antecedente de formación como un embajador calificado y aun desde afuera, contribuyó al prestigio del torneo.

Fabricio jerarquiza la imagen que el espectáculo de la LNB refleja hacia el público.

A su vez, su regreso a Atenas significará una inyección de entusiasmo que moverá a la gente, a los medios y a las empresas de Córdoba. Vuelve un hijo pródigo y eso pone en ebullición al deporte de la provincia.

Este retorno colabora en la construcción de una Liga Nacional más sólida.

Es que Oberto, al igual que Pepe Sánchez, siempre exhibieron un talento incuestionable, pero más allá de eso, son deportistas que con su manera de entender el juego, pero también de entrenar, de prepararse, de los cuidados personales que tienen, de cómo se alimentan y de la manera que viven por y para el básquetbol, siempre le aportaron un valor agregado a cada equipo que integraron para hacerlo mejor.

Hay que mirarlos jugar, pero también valorar qué hacen para jugar como juegan y porqué llegaron a la edad que tienen con este nivel.

Con respecto a la relación entre Oberto y la selección argentina, un vínculo que lleva más de 15 años, la ilusión del jugador era retirarse en los Juegos Olímpicos de Londres. No pudo ser…

A pesar de esa frustración para ambas partes, considero que todavía hoy Fabricio puede serle útil al equipo nacional.

Este año la mayor exigencia la tendremos en el Torneo de las Américas de Caracas. Si él tiene ganas de cerrar su etapa en la selección en ese torneo y eso lo hará sentirse feliz, las puertas del equipo están abiertas.