<
>

Dodgers gastan como Yankees

El nombre en sus camisetas todavía dice Dodgers. Su icónico parque de pelota es todavía conocido como el Dodger Stadium. Y la última vez que revisé, Tommy Lasorda todavía sangraba azul como Dodger.

Pero si pudiéramos inyectar al actual régimen renaciente de Los Dodgers de Los Angeles con un suero verdadero de publicidad, ¿sabes cómo deberían ser llamados realmente por estos días?

Los Yankees del oeste.

¡Sí señor! Ya estos no son los Dodgers de Frank McCourt. Definitivamente ya no son los Dodgers de Jamie McCourt. Y de seguro que no son los Dodgers del honorable juez federal de bancarrotas, Kevin Gross.

¡Ohhhhh no! Esta es ahora una franquicia con sueños gigantescos. Esto es ahora una franquicia con planes gigantescos. Y, en un desarrollo relacionado, esto es ahora una franquicia con una nómina gigante -- que podría estar creciendo aún de forma más gigantesca en cualquier momento.

Mientras los Dodgers de Stan Kasten, Magic Johnson y el Guggenheim Baseball Management se alistan para su primera temporada baja como propietarios del histórico primer equipo de béisbol de $2.15 mil millones, ya han transformado su organización en más de 2.15 mil millones de maneras.

Están reinventando su estadio. Están llegando a reanudar una base de aficionados que huyeron de la era de McCourt en una estampida en masa. Y van de forma global, en todo el sentido de la palabra.

Pero nada refleja un retrato más vivo de la dramática transformación de los Dodgers que la rápida escalada de su nómina.

Apenas siete meses atrás, la lista que los quebrados Dodgers pusieron en el terreno en el Día Inaugural tenía una nómina más baja que los Cerveceros de Milwaukee, los Mellizos de Minnesota o los Marlins de Miami ($90,75 millones de dólares). Ahora estamos aquí, apenas algo más de la mitad de un año calendario después, y es justo hacer esta pregunta una vez alucinante:

¿Es posible que algún día no muy lejano, los Dodgers de Magic/Kasten/Guggenheim puedan tener una nómina mayor que (suspiro) los Yankees?

"Absolutamente", dijo un oficial del club. "De hecho, pienso que ya la tienen".

Espera. ¿Realmente? ¿Podría ser cierto? Vamos a echar un vistazo.

De acuerdo a cifras recopiladas por Baseball-Reference.com, aquí están los compromisos de nómina de los Yankees y los Dodgers, no sólo para el 2013 sino para el 2014 y el 2015 también:

Así que ahí lo tienes. No sólo los Dodgers tienen más dólares garantizados comprometidos con los jugadores que firmaron que los Yankees para el próximo año y el año siguiente, sino que la diferencia es de más de $50 millones -- para cada una de las próximas dos temporadas. Sorprendente, ¿no?

Ahora, claramente esa brecha se reducirá, si no es que desaparece, el próximo mes de abril. Pero si estamos incluso planteando este tema, ¿qué te dice eso? Te dice que los Dodgers planean operar en una estratosfera a la que ningún equipo de la Liga Nacional en la historia ha entrado jamás. Eso es lo que quiere decir.

Y no nos referimos solamente a los signos de dólares.

"Ahora todo es completamente diferente", dijo el gerente general Ned Colletti, quien fue empleado por McCourt allá por los tiempos rosa, en noviembre del 2005. "Ahora podemos pensar en cosas atrevidas. Ahora podemos hacer cosas atrevidas. Podemos pensar en forma progresiva y agresiva. Obviamente, tenemos que ser prudentes con nuestras selecciones. No podemos ser imprudentes. Pero ahora se nos anima a pensar en grande, a pensar global -- si vemos un palillo de dientes, hay que pensar en un árbol de secoya.

"Así es como piensan (el jefe de la oficina ejecutiva de Guggenheim) Mark Walter, Stan Kasten y Magic Johnson. Así es como resultaron exitosos en sus vidas. Y así es lo como nos han alentado a pensar. Así que ahora es totalmente diferente a las primeras siete temporadas que estuve aquí. Ahora podemos tener discusiones sobre jugadores que nunca antes podíamos discutir".

Y las están teniendo, también. A cada minuto del día. Sobre jugadores como Zack Greinke. Sobre jugadores como Aníbal Sánchez. Sobre objetivos potenciales cuyos cheques de pago nunca habrían sido computados por este equipo si la corte de bancarrota estuviera aun en sesión.

Es sólo una señal más de que la vida en Chavez Ravine no podría sentirse más diferente de lo que se sentía por estos momentos el año pasado. O el año anterior. O el año anterior.

Hemos oído muchos cuentos en estos últimos meses, de la gente del béisbol y ex empleados de los Dodgers, sobre los últimos años de la era McCourt. Hacen que uno se pregunte cómo los Dodgers llegaron incluso a poner un equipo en el terreno cada noche, y mucho menos a un equipo que nunca ha ganado menos de 80 juegos en ninguna de esas temporadas.

Mientras McCourt estaba cada vez más consumido por su divorcio, sus batallas con las Grandes Ligas del béisbol y, en última instancia, su viaje a la corte de bancarrota, no era más que un propietario distraído. Era prácticamente un dueño invisible.

Y eso significó que su gente del béisbol operaba en el vacío, preguntándose cuántos días podrían pasar antes de que el propietario saliera a la superficie para opinar (y con frecuencia vetar) hasta los movimientos más mundanos.

Un funcionario de un club contó la historia que al visitar un día a un amigo perteneciente a las operaciones de béisbol de los Dodgers, miraba a su alrededor y se daba cuenta de que las oficinas ejecutivas se habían convertido en una "ciudad fantasma". Y eso fue antes de que el equipo funcionara bajo los auspicios de un juez de bancarrota.

Mientras tanto, la nómina de los Dodgers -- que alguna vez estuvo entre las más altas del deporte -- comenzó a disminuir constantemente, de casi $120 millones en 2008 a $90 millones el año pasado (sin contar el dinero diferido que se le debía a Manny Ramírez, quien se marchó hace mucho tiempo, y a Andruw Jones).

Así que cuando este equipo tuvo la necesidad de llenar -- o más seis necesidades -- la gente del béisbol ya no miraron cuáles jugadores estaban disponibles y preguntaron: "¿A cuál de estos jugadores vamos a perseguir?" La pregunta que se vieron obligados a realizar, dijo Collietti, fue: "¿Con quién podemos darnos el lujo?"

La respuesta, al menos en el invierno pasado, fue este grupo estimado: Aaron Harang, Chris Capuano, Mark Ellis, Matt Treanor, Jerry Hairston Jr., Adam Kennedy, Juan Rivera, Tony Gwynn Jr. yJamey Wright.

Ellos son los nueve agentes libres que los Dodgers firmaron la pasada temporada baja. Yu Darvish y Albert Pujols, no lo fueron. Pero, ¿qué tienen todos en común? Probablemente puedes adivinarlo. Ellos estuvieron dispuestos a trabajar por no más de cuatro millones al año.

Ahora, avanza el reloj hasta el 2013 -- y el nuevo primera base en la ciudad, Adrián González, se ganará cerca de $4 millones al mes.Imagina eso.

Oye, ¿recién mencionamos a Adrián González? Es curioso que invoquemos su nombre porque hoy en día no hay símbolo más perfecto de cómo ha cambiado la vida en el cosmos de los Dodgers

Apenas 23 meses atrás, los Padres lo cambiaron a los Medias Rojas, un equipo que podía darse el lujo de pagarle. Se podría pensar que los Dodgers hubieran destapado las botellas de Moet Chandon sólo por verlo salir de su división. Pero habrías pensado mal.

En verdad, su reacción en gran parte fue de un sentimiento de frustración -- que un jugador que era un pareo perfecto, tanto para su alineación como para la diversidad multicultural de su mercado, ni siquiera pudiera entrar en su órbita <. / p>

"Cuando vi a Adrián González ser enviado hacia Boston", dijo Colletti, "Pensé, 'Ese es uno de los jugadores que nunca vamos a tener la oportunidad de obtener, aun cuando un jugador como ese y los Dodgers hubieran encajado perfectamente'. Lo vi marcharse y pensé, ya ese barco partió".

No lo culpo. Y González, como resultó, estaba pensando casi exactamente la misma cosa.

"Cuando Adrian se fue a Boston", dijo su agente, John Boggs, "miramos a los Dodgers como una posibilidad. Pero con la situación de sus propietarios no hubo manera de que pudiera haber una probabilidad. Así que ni siquiera pensamos en ellos, porque no había manera de que eso fuera suceder. Ni siquiera podría haber sido un tema debido a que sus propietarios estaban en tal desorden, que ni siquiera hubiéramos podido tener una conversación racional".

Pero es curioso cómo la Tierra gira, ¿no es así? En el lapso de un año y medio, los Medias Rojas giraron en una dirección. Los Dodgers giraron en la otra dirección. Y el verano pasado, sus mundos chocaron, en la forma de un mega acuerdo mediante el sistema de waivers de nueve jugadores a mediados de agosto en el cual los Dodgers adquirieron a González, y además de Carl Crawford, Josh Beckett, Nick Punto y (redobles, por favor) un cuarto de billón de dólares en salarios.

$250 millones de dólares.

Fue arriesgado, dado el dramático pobre desempeño que todos esos hombres habían tenido en Boston. Y fue definitivamente caro. Pero recuerda la declaración de misión trazada por Magic Johnson, Stan Kasten y Mark Walter: Piensa en cosas atrevidas. ... Haz cosas atrevidas. ... Cuando veas un palillo de dientes, piensa en un árbol de secoya.

Las ondas de choque de este audaz movimiento en particular siguen repercutiendo a través de la industria. Pero si todavía tienes problemas en digerirlo es tal vez es porque sólo lo miras como una negociación de béisbol.

Lo que realmente tuvo lugar, sin embargo, fue una inversión masiva de capital -- no sólo en cuatro jugadores de béisbol, sino en la renovación de una franquicia que alguna vez fue una de las doradas en el deporte.

Fue una declaración a una base de aficionados escépticos de que la era McCourt era ahora básicamente una parte tan antigua de la historia como el imperio romano.

Era una afirmación, también, de que los Dodgers eran una nuevamente una franquicia monstruosa, con mucho dinero y el valor de hacer cosas que ningún equipo había hecho nunca.

Y la adquisición de González -- un bateador de 30 años de edad del medio de la alineación y ascendencia mexico-americana -- fue diseñada para dar a este equipo en una atracción de marquesina, a dúo con Matt Kemp, para ser la piedra angular de próximo nuevo acuerdo de televisión de los Dodgers.

Esto no será simplemente un acuerdo de televisión al viejo estilo, por cierto. Estamos hablando de una de las ofertas de televisión locales más gigantescas en la historia de cualquier deporte -- un acuerdo que la gente de béisbol espera que sea tan rico que es posible que apenas una temporada del mismo pueda pagar por todo el recibo del cuarto de mil millones de dólares del mega acuerdo con los Medias Rojas. Un buen concepto.

"Y no se puede olvidar el valor de la credibilidad", dijo Colletti. "Creo que el acuerdo aumentó la credibilidad de esta franquicia inmediatamente. Sé que la gente todavía tiene que jugar, y la gente tiene que ser productiva, y tenemos que ganar los partidos. Y sé que nada de eso está garantizado. Pero este sentimiento en torno a los Dodgers está ahí ahora. Sé que los jugadores lo sienten. Sé que el personal lo siente y creo que el público lo siente, también -- que este es un equipo nuevo. Y que es un nuevo día".

¿Y adónde los lleva ese nuevo día? Es una pregunta que le fascina a la gente en torno a este deporte.

Un veterano ejecutivo de la Liga dice que esas comparaciones con los Yankees son aplicables en muchos niveles, comenzando con un grupo de propietarios que él cree está siguiendo el estilo y modelo de George Steinbrenner, al menos por ahora.

"Lo que veo que tratan de hacer", dijo el ejecutivo, "es abrirse paso gastando mucho dinero temprano para poner las estrellas en su lugar, para conseguir un equipo ganador en el campo y para restablecer su marca después de Frank McCourt. Pero eso ya lo hicieron. Así que no los veo como grandes jugadores en el mercado (de agentes libres). Tienen dinero, pero no veo donde lo gastarían. No puedo verlos gastando $20 millones al año en Zack Greinke".

Quizás no. Pero gente de todo el béisbol informa que los Dodgers están claramente en la batalla por Greinke, de Sánchez y de Huroki Kuroda, los tres mejores agentes libres abridores en este mercado. En el ámbito comercial, le han dicho a otros clubes que aún pueden disponer del dinero para un acuerdo por un gran nombre, un abridor súper caro o un tercera base. Y Colletti no niega que, incluso con una nómina que podría acercarse a los $ 190-200 millones, "en la situación correcta, podemos seguir añadiendo".

¿Hay un límite de cuán alto puede subir su nómina? Por supuesto. ¿Hay un límite a la cantidad de impuesto de lujo que están dispuestos a pagar? Obviamente. ¿Pero esos límites le recordarán a alguien los días, no hace mucho tiempo, cuando McCourt cuestionaba cada dólar que se gastaba? Es una broma, ¿no?

"Voy a decir esto de nuevo. Cuando entraron, dijeron, 'Piensa en cosas audaces'", dijo Colletti. "Así que ahora creo que de esa manera. Así que si hay una oportunidad en este momento para hacer de este club algo mejor, podemos tomar ventaja de esta oportunidad. ¿Tenemos responsabilidades financieras? Sin duda. Pero también tenemos la capacidad de hacer este club mejor".

Bajo la superficie, el verdadero punto de énfasis es inyectar dinero en escuchas, en desarrollo y en el mercado internacional, para restaurar el lustre del una vez brillante sistema de los Dodgers que había caído en mal estado de bajo presupuesto bajo McCourt. Pero eso es un proyecto a largo plazo.

En el corto recorrido, lo que tenemos aquí es el tipo de franquicia que ninguno de nosotros ha visto antes en un mercado que no sea Nueva York. Pensar ideas audaces. Gastar dólares con atrevimiento. Aprovechar oportunidades audaces. Porque son los Dodgers. Los nuevos Dodgers.

"Voy a aprovechar esas oportunidades", dijo Ned Colletti. "Entiendo todos los riesgos. Sé que soy responsable por ganar, pero eso está bien. Todavía prefiero jugar con esta mano de cartas que con la que tuve que jugar durante tres años".