Maria Burns Ortiz 16y

Camino sinuoso

ESPN.com

Puedes leer aquí la historia original (en inglés)
Politics makes toxic mix with MLB's investment in Venezuela

Kelvim Escobar acaba de terminar la temporada de su vida. El derecho ayudó a los Angelinos a ganar el título de la División Oeste de la Liga Americana y a llegar a la postemporada. Ganó 18 partidos (la mejor marca de su carrera) y marcó un promedio de 3.40 carreras limpias durante la temporada regular, terminando entre los primeros ocho lanzadores de la Liga Americana en ambas categorías estadísticas.

Escobar tal vez haya sido pasado por alto por los votantes del Cy Young, pero eso no le quita méritos a sus logros.

Es un sueño hecho realidad muy lejos de un pequeño pueblo llamado La Sabana en las afueras de La Guaira, Venezuela, donde Escobar dio sus primeros pasos en el béisbol, si es que así puede llamarse.

"A veces, ni siquiera tenías guante o bate", dijo Escobar, recordando cómo fue crecer en el juego en Venezuela."Pero es bueno porque te hace trabajar más duro y apreciar lo que has logrado. Desde pequeño, ése era mi sueño: jugar en las Grandes Ligas, estar aquí y ganarme la vida. Siento que debo ayudar a las personas".

De modo que Escobar, quien no tuvo la oportunidad de jugar béisbol organizado en su juventud, fundó una escuela que brinda oportunidades para cientos de niños en su ciudad natal. Visita la escuela siempre que puede para demostrarles a los estudiantes lo que un muchacho de La Sabana es capaz de lograr.

Aunque la carrera de Escobar está floreciendo, está preocupado por el futuro del béisbol en Venezuela.

"Estoy algo preocupado por las cosas que he escuchado, sobre lo que quieren hacer con los muchachos en el futuro", dice Escobar. "Como que no van a dejarlos salir del país hasta los 18 años; o si un equipo de Grandes Ligas quisiera firmar a un muchacho, tendrán que pagarle al gobierno primero".

Escobar dice que ve el futuro del béisbol venezolano en los rostros de los niños de la escuela que apadrina. Pero cuando escucha sobre las posibles restricciones que podrían perjudicar las relaciones de MLB con Venezuela, se le vienen a la mente dos pequeños rostros. Kelvim Escobar Jr., de seis años, y su hermano de siete meses, Kevin.

Por ellos, Kelvim Sr. espera que pase lo que pase en el béisbol venezolano sea para mejor.


Alejandro "Patón" Carrasquel fue el primer venezolano en jugar en las Grandes Ligas cuando debutó con los Senadores de Washington en 1939.

En 1989, 50 años después, 54 venezolanos ya habían visto acción en The Show. Ese mismo año, los Astros de Houston fundaron la primera academia de béisbol de la nación, basada en el modelo de la República Dominicana. Otros clubes siguieron el mismo camino.

A lo largo de las últimas dos décadas, ha habido una explosión de talento venezolano en las Grandes Ligas, y más de 200 peloteros oriundos de este país han jugado en las mayores, 50 de ellos aún activos. Más de 1000 están en las ligas menores o han firmado con academias de MLB en la República Dominicana u otros lugares.

"El béisbol es el centro de la cultura moderna", dice Bernardo Álvarez, el embajador venezolano en los Estados Unidos. "Es parte de nuestras vidas. Expresa la síntesis de la Venezuela moderna".

Más que un pasatiempo, es una parte integral de la identidad de la nación.

"Define a las personas", dice Carlos Guillén, campocorto de los Tigres nativo de Maracay, Venezuela, origen de varios jugadores de las Grandes Ligas -- como Bobby Abreu, jardinero de los Yankees, y Miguel Cabrera, tercera base de los Marlins.

La lista de los venezolanos que están teniendo un gran impacto en las Grandes Ligas es sorprendente -- desde veteranos como Johan Santana y Magglio Ordoñez hasta jugadores en desarrollo como Cabrera y Félix Hernández.

Con esa clase de talento proveniente de Venezuela en las últimas campañas, uno supondría que las Grandes Ligas están haciendo cola para entrar a esta nación sudamericana en busca de la próxima superestrella. Sin embargo, el panorama cultural y político de Venezuela está sufriendo una transformación radical, y en lugar de pelearse por entrar, los equipos la esquivan por cuestiones de inseguridad e incertidumbre política. Todavía no se desesperan por salir, pero la tendencia ha sido lo suficientemente constante como para levantar la bandera de alerta. Y eso es lo que tiene preocupado a Escobar y a tantos otros.

La cantidad de clubes que están cerrando sus operaciones de desarrollo de jugadores en Venezuela son una causa de preocupación en las Grandes Ligas. Diecinueve equipos solían participar en la Liga de Verano venezolana, pero sólo 11 lo hicieron este año.

Los Padres, por ejemplo, habían planeado dejar Venezuela después de esta campaña tras construir instalaciones millonarias en República Dominicana, pero las circunstancias aceleraron la decisión. El equipo cerró todas sus operaciones de desarrollo en Venezuela tras la temporada 2005, dos años antes de lo planeado.

"Decidimos hacerlo [entonces] para evitar tener que lidiar con las leyes que [el presidente Hugo] Chávez estaba dictando sobre la contratación de entrenadores, las indemnizaciones y los problemas para entrar y salir del país", dice Juan Lara, coordinador de operaciones latinoamericanas de San Diego.

San Diego no está solo. Baltimore dejó de operar su academia tras la campaña 2006. Los Medias Rojas --uno de los equipos con quienes los Padres compartían una academia-- partieron cuando lo hizo San Diego en el 2005. Cleveland se retiró en el 2004.

Ha habido rumores, más internos que públicos por el momento, de que Chávez, socialista y revolucionario autoproclamado, quien asumió la presidencia en 1999, transformará a Venezuela en la próxima Cuba. En otras palabras, algunos creen que el béisbol en Venezuela demuestra (una vez más) cómo la política se ve reflejada en los deportes. Cuba es una potencia internacional en el béisbol y, como en Venezuela, este deporte es parte de la cultura de la nación. Pero desde que Fidel Castro llegó al poder, el gobierno cubano no permite que sus jugadores firmen contratos profesionales.

Por otro lado, hay una gran posibilidad de que el béisbol siente las bases para consolidar las relaciones entre los EE.UU. y Venezuela, que por el momento no son las mejores.

Las relaciones del béisbol estadounidense con Venezuela están atravesando una verdadera encrucijada.


Melvin Mora tiene una visión para la academia de béisbol que quiere construir. Tiene personas trabajando en un modelo para el negocio y en la logística necesaria para montar la operación, y cuenta con los fondos como para arrancar la construcción casi inmediatamente. Al igual que Escobar, el tercera base de los Orioles está buscando el modo de devolverle algo al país que lo vio crecer.

Pero al menos por el momento, los planes de Mora para la construcción de las instalaciones de práctica están estancados.

Durante la temporada baja 2006, Mora consultó con Jim Duquette, ex vicepresidente de operaciones de béisbol de los Orioles de Baltimore, sobre su idea de construir una academia. El ejecutivo, alerta ante la situación política de Venezuela, advirtió al jugador sobre los riesgos de una inversión de semejante magnitud.

Duquette, quien renunció de los Orioles al final de esta campaña, refirió a Mora a Lou Meléndez. Como vicepresidente de operaciones internacionales de MLB, Meléndez monitorea todas las situaciones que podrían afectar el proceder de los clubes en el exterior.

"Le dije [a Mora], 'No quiero desmotivarte para que no inviertas y atraigas a los clubes allí'", dijo Meléndez, recordando su conversación. "'Simplemente te digo que se vienen tiempos que podrían perjudicar lo que quieres hacer'.

"Cuando ves ciertas industrias que están siendo nacionalizadas, empiezas a preguntarte si van a nacionalizar la industria del béisbol en Venezuela".

Tras hablar con Meléndez, Mora se reunió con el Ministro de Deportes de Venezuela, Eduardo Álvarez, y dijo que salió de la reunión con una mejor comprensión de la perspectiva del gobierno venezolano. Luego, con la ayuda de Mora, Meléndez tuvo su propia reunión con el ministro de Deportes en marzo de este año.

"Intenté que [Meléndez y Eduardo Álvarez] hablaran", dice Mora. "No quería nada en el medio y dije, 'Habla con MLB; no hables conmigo. Sólo estoy aquí porque amo Venezuela y quiero que más jugadores lleguen a las Grandes Ligas y no quiero que sucedan esas cosas que dicen en los medios'".

Álvarez, el ministro de deportes, le aseguró a Meléndez que la nacionalización del béisbol no está en los planes de Venezuela.

Pero las Grandes Ligas no pueden evitar el estar al tanto de que un número de negocios internacionales se hayan mudado del país en los años recientes. Chávez ha comenzado el proceso de nacionalización de algunas industrias, lo que significa que el gobierno ha tomado el control. Y el hecho está acelerando el éxodo.

Esas movidas le han valido a Chávez aplausos con el electorado venezolano--aunque es difícil estimar su opinión porque Chávez ha rechazado varias protestas contra ellos. Pero lo han puesto en desacuerdo con el gobierno de los Estados Unidos.

"No somos un enemigo, pero tenemos nuestra manera de pensar", dijo Bernardo Álvarez, el embajador. "Tomamos nuestras propias decisiones, y no vamos a aceptar que nadie nos imponga una forma de pensar. Esperamos que un nuevo gobierno en los Estados Unidos nos ayude a llegar a una situación de respeto mutuo. Es lo único que pedimos".

Cómo esas decisiones puedan afectar a MLB se convirtieron en una preocupación para Meléndez. Virtualmente no había habido comunicación entre la MLB y el gobierno venezolano.

Dos de esas propuestas encontraron el camino más corto al escritorio de Meléndez. Los documentos incluyen la institución de protecciones para los jugadores y los empleados, estableciendo que los clubes de Grandes Ligas pagan 10 por ciento de los bonos de los jugadores al gobierno y requiriendo que los jugadores soliciten una licencia para convertirse en atletas profesionales.

Una propuesta llamaba a que la Federación de Béisbol de Venezuela (FBV) comandara todas las actividades pertenecientes al béisbol profesional en Venezuela--incluyendo operaciones de Grandes Ligas. Al día de la fecha, la FBV ha manejado los temas en relación al equipo nacional venezolano, tratando únicamente con jugadores amateurs.

"El presidente de la FBV, Edwin Zerpa, quiere llegar a todo el entorno de deportes profesionales en Venezuela y controlarlo, y eso es lo verdaderamente problemático", dijo Alvarez. "Nunca ha tenido nada que ver con el béisbol profesional".

La organización fue duramente criticada este otoño cuando la Federación Internacional de Béisbol fue forzada a cancelar el Campeonato Mundial Junior de Béisbol en Caracas luego que el equipo de Taiwán no pudiera obtener las visas por motivos políticos, según la federación. La Federación Internacional de Béisbol apeló a la FBV y a Chávez sin éxito alguno. Esta movida dejó a la FBV enfrentándose a sanciones del cuerpo gobernante internacional del deporte.

Según Meléndez, la MLB está dispuesta a cooperar con el gobierno venezolano en varios temas, incluyendo alentar a los equipos con presencia mínima a considerar invertir en operaciones en Venezuela e implementar una versión del programa RBI (Reviving Baseball in Inner Cities, o Reviviendo el Béisbol en las Ciudades).

De todas maneras, hay varios temas con los que MLB no negociará.

"Le dejé en claro que no le pagamos dinero a las federaciones por firmar jugadores en cualquier parte del mundo, y no esperamos hacerlo", dijo Meléndez. "Ciertamente no es la manera de llevar a cabo el negocio".

MLB no tiene intención de ceder el control de las academias de sus equipos o sus operaciones al gobierno de Venezuela o la FBV cuando "nadie del gobierno ha asistido a alguna de nuestras academias allí", dijo Meléndez.

Al menos, los dos grupos accedieron a intentar llegar a un acuerdo formal. De todas maneras, la comunicación entre ellos es virtualmente inexistente desde que Meléndez se reunió con el ministro de Deportes en marzo, y aún no hay nada en escrito.

"Apenas nos contacten estaremos más que dispuestos a sentarnos a hablar acerca de lo que hemos discutido", dijo Meléndez. "Hasta ese entonces tendremos que relajarnos y esperar".

Por el momento, MLB está satisfecha con el "status quo".

"Venezuela ha permanecido en silencio la mayor parte del tiempo", dijo Meléndez.

La MLB también está buscando establecer una oficina satelital en Venezuela en el año que viene para tener una presencia que pueda representar los intereses del béisbol y servir como enlace entre la MLB y el gobierno.


La relativamente reciente explosión del talento en Venezuela en las ligas mayores ha creado lo que Bernardo Alvarez llama "una nueva realidad". En los últimos años, el gobierno venezolano ha solicitado estar más activamente involucrado en temas relacionados a MLB. Nuevas regulaciones han sido decretadas y viejas leyes que regulan los negocios internacionales que siempre fueron ignoradas ahora están siendo ejecutadas, controlando cosas como el pago de indemnizaciones, el uso de firmas locales para trabajos administrativos e intercambio monetario.

Esto llegó como una sorpresa para los clubes de Grandes Ligas que han estado operando en el país de forma tradicional.

MLB ha realizado un esfuerzo por educar a sus franquicias, pero algunos vacilan en continuar con la construcción de un complejo al estilo academia en Venezuela.

"Se que en nuestro caso y en el de otros equipos, se salieron de la reunión diciendo: 'Hmm, simplemente no vale la pena estar aquí'", dijo Lara de los Padres.

Y los Padres no están solos.

"Varios de nuestros clubes están preocupados acerca de lo que sucede en el país, y la situación de seguridad obviamente es muy importante para nuestro país", dijo Meléndez.

El crimen es un problema en Venezuela, y algunas organizaciones de las ligas mayores lo han experimentado. Meléndez dice que varios clubes han sido víctimas de robos, incluyendo los Marineros de Seattle, cuya facilidad fue asaltada por bandidos armados en el 2002. Jugadores individuales y cazatalentos han sido robados. El número de secuestros ha incrementado. Y Venezuela tiene una de las tasas de homicidio más altas del mundo, según el Departamento de Estado de EE.UU..

"No voy a mentirles", dice Escobar. "Es peligroso. No se puede vivir así. Hay que tener cuidado a donde uno vaya. Uno se preocupa por su familia".

La falta de información acerca del futuro en la relación entre Venezuela y el deporte es desmesurada, especialmente en los Estados Unidos. Y poca información proveniente de Venezuela ha sido positiva, algo que reconocen tanto los jugadores como el embajador.

"Lo que sucede es que la gente no sabe, y la gente habla acerca de lo que ve en los periódicos", dijo Mora. "La gente hable de lo que ve en los medios".

La evidencia indica que habrá cambios en el futuro, aunque aún no hayan tomado forma.

El embajador dice que la política no está siendo diseñada teniendo a los jugadores de béisbol en mente únicamente. También será aplicada a los atletas, incluyendo al equipo de vóleibol femenino y a los jugadores de fútbol. Pero de todas maneras el plan es denominado: "El Plan Béisbol".

Meléndez dice que no está al tanto de "El Plan Béisbol".

Una política para gobernar a los ciudadanos de Venezuela basada en su profesión sería controversial, según el Dr. Francisco R. Rodríguez, ex jefe de economía de Venezuela bajo el mando de Chávez y ahora profesor asistente de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Wesleyan.

"Hay muchas personas que están dejando Venezuela por diferentes razones", dice Rodríguez. "Apuesto que si el gobierno llegase a imponer restricciones sobre el deporte profesional, sería una más de las razones por las que mis compatriotas dejarían el país".

La política se enfocará en "cuestiones de seguridad, participación social, seguridad social y en muchos otros aspectos más para los jugadores en Venezuela", según dijo la embajada.

El fin, dice el embajador Álvarez, es lograr la protección de los jugadores y que el gobierno asista a los jugadores, de la misma manera en la que los jugadores cooperan con la sociedad. Por ejemplo, Escobar patrocina una escuela para 400 niños en La Sabana, su ciudad natal. Mora hace obras de caridad como ofrecer clínicas de béisbol y distribuir equipos, y en su lista figura una academia que quiere construir para reemplazar a las que se han marchado.

Otros jugadores que pertenecen a MLB, entre ellos Ordóñez y Santana, también están ayudando a su país.

Pero por supuesto, el dinero--como siempre--es un factor importante.

"La política también incluye cuestiones de impuestos, ya que hay cuestiones importantes por resolver en este punto", dice Bernardo Álvarez. "Pero el dinero no fue una cuestión prioritaria durante las charlas que mantuve con los jugadores".

El gobierno ha solicitado un aporte de los jugadores profesionales de béisbol en esta nueva política propuesta.

Según el embajador, la respuesta de los jugadores a los que se han acercado con esta propuesta, hasta el momento, ha sido sorprendentemente positiva.

"No sé mucho de política, pero pase lo que pase, dicen que es lo mejor", dice Escobar, encogiendo sus hombros.


Irónicamente, el hombre que está en el centro de este problema, nunca hubiese llegado a ser el presidente de Venezuela si no hubiese sido por el béisbol.

Creció en un pueblo rural en Sabaneta, Hugo Chávez soñaba con jugar para los Gigantes de San Francisco. Chávez pensó que nunca iba a ser descubierto si se quedaba en su pueblo natal, entonces, a los 17 años de edad, se enroló en la Academia de Ciencias Militares venezolana en Caracas, esperando que sus habilidades con la bola llamasen la atención de algún buscador de talentos.

Nunca se hizo realidad su sueño de llegar a tener una carrera profesional en el deporte, pero mientras estaba en la capital venezolana encontró su verdadera vocación. Chávez conoció las ideas que después se transformaron en la base de la revolución social del país.

Pero no ha perdido su interés en el juego, y comparte su pasión por este deporte con Fidel Castro. El 18 de noviembre de 1999, Chávez lanzó en la novena entrada de un partido que jugaban ante un equipo cubano de antaño, dirigido por Castro. Fue un partido entre viejos amigos y más tarde se dijo que el juego había estrechado los lazos entre Cuba y Venezuela.

Ocho años más tarde, esos lazos tienen a muchas personas preocupadas.

"En realidad, no hay otra manera de explicar su admiración por el modelo cubano, que el hecho de que piense que es un buen ejemplo", dice Rodríguez. "No diría que estoy un 100 por ciento seguro de que Venezuela está yendo en esa dirección, pero si lees los discursos de Chávez, y escuchas sus entrevistas y lo que dice... son conceptos muy viejos y tradicionalistas.

"Cuando dice que construiremos el socialismo del siglo 21, ¿Piensa en alguna forma de una democracia social, o en realidad está pensando en el socialismo clásico, que se asemeja mucho al comunismo? No queda muy claro. Pero hasta donde puedo llegar a intentar dirimir esta cuestión, considero que tiene en mente una transformación mucho más radical--algo que se acerca mucho a Cuba, o a la Unión Soviética anterior a al década de 1990".

El embajador, Álvarez, se ríe ante tales predicciones, aunque no se disculpa por las tensiones existentes entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela.

Sin embargo, meses antes de oír hablar de "El Plan Beisbol," Rodríguez pensó acertadamente que el gobierno venezolano podía llegar a aprobar una política para regular a los atletas.

"Por ejemplo, si pensaras en algo intermedio como un decreto, podrías decir que consideramos que estos sectores son de alguna manera esenciales o vitales y... Ubicar a los jugadores de beisbol dentro de ese marco", dijo Rodríguez, en marzo.

Ese decreto, agregó, podría llegar a cubrir todos los temas, desde los impuestos hasta la restricción de la emigración.

"El gobierno tiene el poder y la capacidad para hacerlo", dijo Rodríguez, en ese momento. "Considero que algunas persona dentro del gobierno, quizás, incluso Chávez mismo, estarían dispuestos o les gustaría hacerlo. Es algo que me parece probable".

Por el momento, parecer ser más que un panorama razonable. Si todo marcha de acuerdo con lo que el embajador predijo, tal legislación será una realidad muy pronto.

Pero decir que Venezuela seguirá el modelo cubano es algo mucho más difícil de predecir. Al menos eso opina Guillén, quien juega en los Tigres.

"Nunca seremos como Cuba", dice Guillén. "Nunca seremos como Cuba porque tenemos un territorio más grande. Tenemos petróleo. Lo que ocurre es que las personas dicen eso porque no tenemos una buena relación con el presidente de los Estados Unidos, George Bush. Todos hablan acerca de Chávez; pero debes mirarte a ti mismo antes de hablar de los demás. Todos pensamos de manera diferente, y no todos tenemos la obligación de pensar de la misma manera que los Estados Unidos".

Hasta el momento, el gobierno venezolano no ha hecho nada ninguna movida política que pudiese llegar a repercutir sobre el béisbol.

Pero es muy difícil garantizar algo en Venezuela en estos días.

Durante el 2000, AES Corp de Virginia, una de las compañías de energía eléctrica más grandes del mundo, estaba segura con sus inversiones venezolanas tras hablar con funcionarios del más alto rango de Venezuela, entre ellos el mismo Chávez. Pero la situación cambió la primavera pasada cuando Chávez anunció sus planes de nacionalizar la energía eléctrica. La compañía no tuvo más opción que vender sus acciones venezolanas. Y el precio de venta fue menos de la mitad de los $1.700 millones de dólares que originalmente habían invertido.

"Chávez es extremadamente impredecible", dice Rodríguez. "Cuando los regímenes políticos se encuentran de alguna manera balanceados, los politólogos son capaces de hacer especulaciones basándose en el conocimiento de la manera en la que funciona determinado sistema... Pero cuando te enfrentas ante un caso como el de Venezuela, en donde el poder está concentrado en una sola persona, que además, ya ha demostrado ser impredecible en el pasado, se hace mucho más difícil predecir cuáles serán los pasos a seguir".

Incluso las garantías que MLB recibe del gobierno venezolano, pueden llegar a tener muy poco peso si los equipos no creen que sus inversiones en Venezuela sean estables, y si los problemas con la seguridad siguen subiendo.

Pero la situación no ha llegado a un nivel crítico por el momento. Y el embajador, Álvarez, al menos, considera que existe una posibilidad real de poder solucionar cuestiones políticas con el beisbol facilitado el camino.

"La tensión entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela ha ido en aumento, y el número de jugadores venezolanos en MLB también... pienso que en el futuro, con esta idea de respeto mutuo en el frente político, el béisbol debería y podría jugar un papel muy importante en la integración de las sociedades estadounidenses y venezolanas", agrega Álvarez.

Eso es algo que también es posible le haya ocurrido a Chávez. Durante su programa de radio en abril, el presidente dijo en broma, "Si George Bush y yo sobrevivimos a todo esto, ya cuando seamos más viejos, sería una buena idea juntarnos para jugar al dominó o al béisbol".

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