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Por más con menos

Encabezada por el mejor pelotero del mundo, la selección de Venezuela buscará mejorar en el III Clásico Mundial el tercer lugar que consiguió en la segunda edición del certamen, en el 2009.

Miguel Cabrera, de los Tigres de Detroit, es el líder indiscutible del equipo que dirigirá por tercera ocasión seguida el manager Luis Sojo.

Con Cabrera, ganador de la Triple Corona de la Liga Americana en el 2012, Pablo Sandoval, de los Gigantes de San Francisco, y Carlos Gonzalez, de los Rockies de Colorado, los venezolanos presentan uno de los tríos ofensivos que deben resultar más demoledores en esta competencia.

Y es precisamente el ataque el lado más poderoso de Venezuela, que tiene abundancia de figuras renombradas en el infield.

Cabrera y Sandoval pueden defender por igual la antesala y la inicial, pero esa decisión quedará en las manos de Sojo.

"Eso depende de la decisión del manager. Yo estoy abierto a las necesidades del equipo. Yo voy a jugar donde el manager se sienta más cómodo poniéndome, ya sea en tercera o en primera. Él decidirá y yo me acoplaré a su decision", dijo Cabrera recientemente en una entrevista con ESPN.

Mientras estos dos hombres se encargarán de las esquinas del cuadro interior, Sojo tiene un agradable dolor de cabeza para cubrir la intermedia y el campocorto.

Omar Infante (Detroit), Marco Scutaro (San Francisco), Elvis Andrus (Texas) y Asdrúbal Cabrera (Cleveland) le dan a Venezuela una profundidad única si se le compara con los otros equipos participantes en el Clásico.

Igualmente, los venezolanos tienen bien cubiertos los jardines con CarGo, Gerardo Parra y Martín Prado, ambos de los Diamondbacks de Arizona, en tanto Alex Romero, quien juega en la Liga Mexicana, quedaría como cuarto guardabosque.

Sojo tiene también abundante materia para la receptoría, con Salvador Pérez (Kansas City); Miguel Montero (Arizona) y el veterano Ramón Hernández (Colorado), de manera que la ofensiva y la defensa no constituyen preocupaciones para el experimentado mentor.

Donde se complican las cosas es en el pitcheo, sobre todo después que el estelarísimo Félix Hernández decidió retirarse de la selección tras firmar un megacontrato de 175 millones de dólares con los Marineros de Seattle.

Asimismo, la ausencia del zurdo Johan Santana, quien viene de una lesión que lo marginó casi toda la campaña del 2012, deja al manager con pocas opciones para armar la rotación abridora.

El derecho Aníbal Sánchez, de los Tigres, tiene sobre sus hombros la responsabilidad de escabezar un staff de iniciadores que tiene también al prometedor derecho Henderson Álvarez, de los Marlins de Miami, como una de sus principales figuras.

No le queda más remedio a Sojo que echarle mano a Jhoulys Chacín y al temperamental Carlos Zambrano para completar la rotación, el primero sin haber afianzado aún su carrera en las Mayores y el segundo bien lejos de aquel pitcher dominante que incendiaba con su carácter la lomita del Wrigley Field de Chicago.

Mucho tendrán entonces que trabajar los relevistas, principalmente Jose Mijares (Gigantes) y Ronald Belisario (Dodgers), que deben ser los elegidos para prepararle el camino al cerrador Francisco Rodríguez, otro que ya no es ni la sombra de aquel que en el 2008 implantó el récord de 62 salvamentos en una temporada de Grandes Ligas.

Venezuela aparece ubicada en la llave C, que jugará en el estadio Hiram Bithorn de San Juan, junto con las escuadras de Puerto Rico, República Dominicana y España.

Los venezolanos abren el calendario ante los quisqueyanos y ese partido inicial podría definir la suerte de la tropa de Sojo.

Una victoria frente a Dominicana los dejaría en posición cómoda, toda vez que se espera un fácil triunfo también contra España en el último encuentro.

Al contrario, una derrota en el arranque los obligaría a ganar de todas, todas frente al anfitrión Puerto Rico en el segundo partido y a rematar ante España para mantener vivas sus aspiraciones de pasar a la segunda ronda en Miami.

Un torneo corto como el Clásico se presta mucho a las sorpresas y cualquier cosa puede suceder, pero si las cosas se comportaran como una ciencia exacta, Venezuela tiene para llegar a ubicarse entre los cuatro grandes del mundo, como hizo hace cuatro años atrás, aunque esta vez tenga esos huecos notables en el pitcheo.