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El candidato menos pensado

BUENOS AIRES -- ¡La Copa se puso buenísima y me dan unas ganas locas de escribir! ¡Cómo renació el fútbol en esta última etapa de la Copa! Realmente los equipos juegan cada día mejor. Si hoy me preguntan quién puede ser un candidato claro, tengo mis dudas.

Considero mucho a San Lorenzo, al América (que ganó un partido impresionante), me gusta mucho, pero mucho, casi como el chocolate, la Liga de Quito, un equipo que es sorpresa y al cual hay que seguir de cerca.

Yo no sé cómo va a hacer San Lorenzo para ganarle, no sé qué artilugios va a cranear Ramón Díaz, alias El salvador de Boedo, para dejar en el camino al equipo ecuatoriano.

Ya no son sólo los equipos argentinos y brasileños los que llegan a instancias decisivas de este certamen, el más importante de América.

Es sabido que a la Copa la quieren ganar todos, todos sueñan con ella. De hecho el niño latinoamericano cuando nace no dice "papá", "hola mamá", "teta" ni nada de eso: dice "¡quiero ganar la Libertadores!".

Cueste lo que cueste, a toda costa, bajo el impulso de cualquier religión, de la fe más extravagante, todos tenemos un derecho monumental e invisible, que no figura en ninguna Carta Magna, en ninguna hoja Constitucional, este es: saber lo que es sentirse campeón de América.

Están formulando que soy un burro y que no sé nada de fútbol… lo sé, porque les conozco la manera de pensar… Pero están equivocados yo soy un auténtico especialista, quizás el único que conozcan en la vida.

Sin duda quedaron los mejores y todos tienen altas condiciones para llevarse el título. Si ahora, hoy, esta noche, me preguntan, me piden un pronóstico, me atrevería a decir que a la Copa la gana el América, no tengo la menor duda. Eso es lo que siento.

Un equipo puede jugar bien y al otro día ser un desastre. ¡NO! Un equipo profesional no puede darse ese gusto, provocar a la regularidad con barrabasadas es algo que en toda competencia se paga caro, esa es la regla. Bueno, el América, con el partido del miércoles pasado ante el Flamengo en el Maracaná mandó al diablo esa regla.

Yo no creo en Papal Noel y los Reyes Magos (¡son los padres!) y Mickey Mouse me parece un dibujito espantoso. Madonna no me gusta y Obama está lentamente emblanquecido. En cambio si tengo fe en el América. ¿Por qué? Pues porque jugó y ganó un bello partido de fútbol, sólo por eso, por ganar en Brasil, que es dificilísimo, ya tiene todo mi respeto y me alcanza. No me importa nada más.

No me interesa si tuvo suerte, si fue un eclipse, si la noche del miércoles los jugadores del Flamengo se la pasaron de ronda. No me interesan las palabras quita méritos, las palabras que tiran para atrás el esfuerzo de los demás, palabras que son excusas para no ver la realidad: el fútbol mexicano con el América recuperó la épica. Tanto el Atlas como el América, están para ganarle a cualquiera. Y si salen campeones es por mérito propio más que por otra cosa.

¿Alguien tiene idea de lo que significa ganar un partido en el Maracaná? Pocos, pocos, casi nadie.

A menudo, desde que escribo en este portal, me hago una misma pregunta: ¿Por qué corremos tanto detrás de un resultado; por qué soñamos con un equipo que sea contundente todos los partidos?

¡Qué aburrida sería, en la vida deportiva, la seguridad de ver todos los partidos ganados con contundencia!

Una pregunta para los hinchas: muchachos, ¿qué es más importante? Ser irregular, ganar o perder (todos lo somos, nadie es una máquina y el América, como muchos otros equipos, es el reflejo de lo que somos), escribir una página quijostesca de la historia o ganar partidos a lo loco, sin ton ni son. ¿Qué será mejor? Piensen y elijan. Una cosa o la otra.

Señores, ¿qué es mejor? Salirse de la regla y ganar un partido en el Maracaná, por supuesto. Un partido que se recordará siempre, un partido por el cual ya se merecen ser campeones o ganar jugando parejo el campeonato local. ¿Qué eligen? La mediocridad conformista pequeño burguesa del ganar todo a cualquier precio o el tirarse de panza a la pileta del agua sagrada de la hazaña.

¡A darnos un chapuzón americanista de vida!

En mi humilde opinión, me parece que el fútbol debe salirse de la regla, no alimentarse con la moral burguesa de la efectividad y la competitividad individualista. Cualquiera, con esmero o con mezquindad, puede ganar un torneo con la ayuda de los resultados, pero no cualquier grupo de hombres puede hacer algo fuera de lo común, algo distinto, y en el Maracaná. Por ahí va la cosa.

¿No alcanza? ¡Ustedes dicen que además hay que salir campeón del torneo local y de la Libertadores? Muchachos, ¡el América ya ganó la Libertadores, el miércoles pasado!

Si yo fuera hincha del América sería muy feliz.

Si yo fuera hincha del Atlas estaría más que preocupado.

Si yo fuera hincha de San Lorenzo estaría festejando.

Si yo fuera hincha de la Liga de Quito, pensaría que éste es mi momento…

Me lo dicen muchas veces, incluso personas que saben de fútbol: el Atlas juega mejor que Boca. Me dicen que sea más objetivo a la hora de hablar de un partido que ya es un clásico en esta Copa, una gran final anticipada (el que gane este partido disputará la final). Me dicen muchas cosas. En la calle, la gente me para y me dice: "Cucu, ojo con lo que escribís de San Lorenzo, que es firme candidato".

Pero sobretodo me insisten con el tema de Boca-Atlas, ya para mí es un tema central, algo que me compete interiormente. Sinceramente, no sé que puede suceder. Por lo pronto, en mi barrio, ya mucha gente conoce al Atlas, se familiarizan con sus jugadores y también me hablan del excelente delantero paraguayo Cabañas de América.

¿El Atlas juega mejor que Boca? Tal vez sí. Las cosas no están claras. Mi pronóstico es que pasa Boca. Eso creo, pero ojo que todo puede cambiar. La realidad nos pide a gritos ser modificada.

Un gran abrazo a todos y muchas felicitaciones a los jugadores de San Lorenzo y del América.

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