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El histórico relato de la final

BERNA -- El alemán Herbert Zimmermann ha sido protagonista de uno de los relatos más emotivos de todos los tiempos. En la final de la Copa del Mundo 1954, el locutor expresó toda su emoción en una narración que quedó en la memoria de todos casi tanto como el "Milagro de Berna".

Primera frase con la que abre el relato:
Alemania está en la final del Mundial de Fútbol, esta es una sensación grandiosa, esto es realmente un milagro del fútbol.

Tras el rápido 0-2, comenta:
Lo que temíamos, ha sucedido.

Luego del descuento de Morlock:
¡Gracias a Dios! El partido está ahora sólo 2 a 1. Y esto nos tiene que dar ánimo.

Comentario sobre el arquero alemán Toni Türek:
Toni, vos sos un Dios del fútbol. Toni, valés oro. ¡Tu peso en oro vale como mínimo igual que el de la Copa Rimet!

3 a 2 de Alemania:
Quedan todavía seis minutos en el estadio Wankdorf de Berna. Ninguno tambalea. La lluvia cae con fuerza incesantemente, es difícil ver, pero los espectadores se quedan perseverantemete. ¿Y cómo podrían irse? Un Mundial de fútbol se da cada cuatro años. ¿Y cuándo se ve un final de partido como este?
Alemania avanza por el costado izquierdo con Schäfer. El pase de Schäfer a Morlock es despejado por los húngaros. Y Bozsik, de nuevo Bozsik, el carrilero derecho de Hungría, se hace con el balón… Pero esta vez lo pierde, ante Schäfer. Schäfer centra, despejan de cabeza, Rahn debería disparar desde atrás, ¡Rahn dispara! ¡Gooool! ¡Gooool! ¡Gooool! ¡Goool Alemania 3, Hungría 2.

Últimos minutos del relato:
3 a 2 gana Alemania a cinco minutos del final del partido. Tómenme ustedes por loco o por ebrio, pero yo creo que los laicos del fútbol tendrían que tener un corazón y deberían alegrarse por el entusiasmo de nuestro equipo y por nuestro propio entusiasmo y cruzar los dedos. Cuatro minutos y medio de dedos cruzados necesitamos en Wankdorf. Tres a dos gana Alemania después del tiro por izquierda de Rahn, que se metió en el ángulo izquierdo inferior del arco... Tres a dos para Hungría, no, para Alemania, ya estoy loco, ¡perdón!

Y los húngaros, como picados por una tarántula, acechan los hijos de Puszta, ponen ahora la séptima o decimosegunda marcha y Kocsis falla. Puskas dispara de lejos, pero no, no hay gol! Ningún gol! Fritz Walter se la pasa a Schäfer. Está por derecha. Podría pegarle.. y le pega! Pero la pelota da en la parte externa de la red. Hay saque de arco de Hungría. Tal vez quiere patearlo el árbitro, que dejó pasar una o dos faltas. Los Húngaron están emocionados... Ahora Alemania vuelve a tener el control de la pelota. Rahn recibió el balón y se lo pasa a Fritz Walter. Pelota perdida. La toma Puskas en el círculo central, pero Eckel salió a cortar. Todo el equipo alemán va para adelante, con sus últimas fuerzas, con el resto de concentración. Ottmar Walter se cae y pierde la pelota. Boszik pasa a dos alemanes, ahora tienen los húngaros una chance, juegan en el costado derecho, Czibor le pega... y ataja Toni!


[...] La pelota le llega de nuevo a Boszik - terminó! Terminó! Terminó! Terminó! El partido terminó! Alemania es campeón. Le ganó a Hungría 3 a 2 en la final en Berna.