EFE 10y

Brasil es pentacampeón

YOKOHAMA -- Ronaldo iluminó el mejor partido del Mundial de fútbol de Corea y Japón con dos golazos y Brasil obtuvo su anhelada condición de pentacampeón en una final que pareció de otro torneo, por su despliegue, sus numerosas situaciones de gol y porque Alemania también jugó decididamente al ataque.

En dos jugadas en la que tuvo como socio a Rivaldo, Ronaldo Nazario de Lima se convirtió en el héroe de la noche brasileña de Yokohama y su rostro en la postal eterna de la victoria.

En el Mundial de Corea y Japón, la selección de Brasil ganó todos los partidos que jugó y ofreció una cuota de belleza futbolística y de contundencia ofensiva que salva al campeonato de la oscuridad y de los arbitrajes escandalosos.

La gloria de Brasil tiene esta vez doble mérito, porque venció a un equipo que había llegado a la final con la mejor defensa, pero que en el encuentro decisivo creció y se convirtió en un rival digno, ambicioso y noble.

Alemania sorprendió con una disposición táctica infinitamente más ofensiva que en sus anteriores partidos y, al aprovechar la lentitud de los medios brasileños, se hizo del balón cada vez que lo disputó en la zona central del campo y alteró, desde muy temprano y en varias ocasiones, el sistema defensivo del equipo sudamericano.

Hamann, Jeremies, Frings y especialmente Schneider descompensaron a Brasil, tarea que completaron cerca de los dominios del portero Marcos los puntas Neuville y Klose con entradas permanentes al área, aunque este último se distrajo en un duelo personal con Edmilson como consecuencia del cual le sancionaron con una tarjeta amarilla nada más comenzar el choque.

Pese a su planteamiento ofensivo, los alemanes no tuvieron en la primera parte un sólo mano a mano con Marcos y llenaron de centros el área brasileña con la intención de hacer valer la estatura de la mayoría de sus jugadores, pero la defensa del conjunto que dirige "Felipao" Scolari respondió con firmeza.

Brasil tardó en acomodarse y en los primeros veinte minutos de sólo una genialidad de Ronaldinho, que puso a Ronaldo en posición de gol, llevó peligro hasta la portería alemana, pero el jugador del Inter de Milán remató desviado cuando estaba solo frente a Kahn.

La segunda aparición de Ronaldo -también impulsado por Ronaldinho- frente al portero germano se produjo a los 29 minutos, cuando Kahn tapó el disparo en el momento en el que Linke molestó al delantero brasileño con un manotazo en el pecho. Brasil comenzaba a visitar con mayor frecuencia a Kahn, el mejor portero del Mundial.

La propuesta ofensiva de Alemania y los intentos de Brasil -la mayoría infructuosos- mantuvieron el partido en un alto grado de interés y vibración hasta que los alemanes levantaron el pie del acelerador e trataron de enfriar el juego con intrascendentes pases laterales para impedir que los brasileños tomaran la iniciativa.

Kleberson recibió un pase de Rivaldo a los 41 y remató desviado desde una inmejorable posición. El mismo Kleberson remató al larguero dos minutos después tras recoger una cesión de lujo de Ronaldinho y sobre el final de la primera parte, Kahn tapó con sus piernas un remate a bocajarro de Ronaldo.

Marcos tapó magistralmente un tiro libre de Neuville y Kahn un remate de cabeza de Gilberto Silva en los primeros ocho minutos de la segunda parte, en la que el partido se equilibró definitivamente y ambos equipos se repartieron momentos favorables, apuros, aciertos y errores.

Tras varios intentos ofensivos alemanes, siempre mal terminados, Ronaldo rompió la paridad en el marcador a los 22 minutos con una jugada que comenzó él mismo y que terminó con un toque suave a un costado de Kahn.

Ronaldo había robado el balón a Hamman cerca del área, cedió a Rivaldo y se adelantó para esperar un posible rechace en el portero alemán del remate crudo del jugador del Barcelona. Fue así como todo sucedió en décimas de segundos y, efectivamente, Kahn no logró retener el balón tras el zapatazo de Rivaldo y el goleador del torneo tocó, marcó y celebró.

Once minutos después, a los 78, Kleberson lanzó desde la derecha un centro raso, Rivaldo dejó pasar el balón y Ronaldo, iluminado como en sus mejores tiempos, dejó sin posibilidades a Kahn con un fuerte tiro que cruzó la línea de sentencia al lado de un palo.

Brasil resolvió el partido con sus mejores argumentos ofensivos frente a un gran equipo, y se llevó de Asia su quinto título de campeón.


Crónica publicada el 30 de junio de 2002 por la Agencia EFE

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