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HispanoameriCalcio

ROMA -- Como quedó dicho en el comentario de la fecha, estuvo muy bien lo de los hispanoamericanos: se contaron cuatro goleadores por siete tantos, más cuatro figuras de la cancha. Anotaron Edinson Cavani (triplete), Mauro Icardi (dos goles), Luis Muriel y Pablo Osvaldo.

De ellos, solamente el delantero de Roma no fue mencionado mejor del partido, mientras si lo fueron los otros tres así como lo fue Sergio Almirón en Catania vs. Torino.

En particular fue muy importante la performance del Matador, quien le devolvió la tercera plaza a su equipo, en un enfrentamiento directo en la lucha por la Champions, y al mismo tiempo, gracias a su "hat-trick", se trepó a la primera posición de la tabla de los Capocannonieri, que ocupa con 16 tantos (¡en 16 partidos!).

Por último, el equipo de la semana: 4-3-3 muy ofensivo y de gran calidad con Romero (7.5) al arco; Cuadrado (7.5), Spolli (7.5), Campagnaro (7) y Zúñiga (8) en la retaguardia; Pizarro (8), Almirón (8) e Izco (8) sobre el círculo central de la cancha; Muriel (8.5) entre líneas; Icardi (8.5) y el fenomenal Cavani (10) a formar el tándem ofensivo.

Sergio Almirón - 1980 - (Argentina - Catania): 8

Fue la figura del partido, porque cuando Lodi, al 12º, se hizo echar estúpidamente, él se encargó de cumplir con su trabajo y con el del compañero, corriendo, quitando, presionando y construyendo por dos. Claramente no aguantó por noventa minutos y Marán tuvo que sacarlo al 81º. Realmente un partidazo el suyo.

Mariano Andujar - 1983 - (Argentina - Catania): 6.5

Tuvo poco trabajo, pero cuando Torino atacó resolvió con eficacia un par de situaciones.

Edgar Barreto - 1984 - (Paraguay - Palermo): 7.5

Entre los mejores de la cancha y sin dudas el mejor de su equipo, luchó, quitó, movió con inteligencia el balón y sobre el final creó la jugada para decidir el partido en favor se los rosanegros, cuando gambeteó en el área, se fue hasta el fondo y pudo un balón de oro para Brienza: lástima que su compañero cometió un yerro clamoroso.

Pablo Barrientos - 1985 - (Argentina - Catania): 7.5

Fue uno de los mejores del encuentro porque marcó diferencia con su talento, especialmente en el primer tiempo durante el cual inspiró las mejores jugadas de su equipo que realmente merecía pasar en ventaja, a pesar de haber jugado casi todo el match con hombre de menos.

Gonzalo Bergessio - 1984 - (Argentina - Catania): 5

Se movió bien y jugó con gran corazón, pero falló el penal que podía darle el triunfo a su equipo. Un yerro que, obviamente, pesa enormemente en su evaluación.

Miguél Britos - 1985 - (Uruguay - Nápoli): 7

Probablemente el uruguayo disputó el mejor partido desde que llegó a Nápoli. Se movió bien, salvó en un par de ocasiones (como cuando desvió al córner un cabezazo de Osvaldo) y todo parándose como central de la defensa a tres, jugando como sustituto de Cannavaro. Muy bien lo suyo, a pesar de que su equipo concedió algo y en un par de ocasiones no pudo eximirse de cometer alguna imprecisión.

Nicolás Burdisso - 1981 - (Argentina - Roma): 5

Se durmió en ocasión del 1 a 0 y ese episodio cambió el partido. Por el resto, si bien no era fácil jugar con la defensa tan alta y con el equipo todo al ataque, defendió como pudo y no lo hizo mal, sin pero lograr levantar su evaluación.

Esteban Cambiasso - 1980 - (Argentina - Inter): 5.5

Estaba jugando muy bien, pero luego se derrumbó. El 1 a 0 llega por la zona de Juan, pero un jugador de la experiencia del Cuchu debía estar más atento a la línea y entender antes lo que estaba pasando. En cambio llegó tarde para cerrarlo a Di Natale y llegó el gol. Responsabilidades también en ocasión del 3 a 0. Repetimos: estaba jugando muy bien. Pero ciertos "experimentos" se pueden hacer con equipos más sólidos, no en una defensa con Juan Jesús...

Hugo Campagnaro - 1980 - (Argentina - Nápoli): 7

Lo obligó a Totti a jugar siempre muy lejos desde el arco, anticipándolo cada vez que se acercaba (y eso que el capitán giallorosso jugó muy bien). Sufrió un poco algunos cortes de Destro, pero siempre logró mandarlo hacia un costado. En efecto, las jugadas mejores de la Loba llegaron casi siempre por el otro lado. Más complicado el tema cuando entró Osvaldo.

Lucas Castro - 1989 - (Argentina - Catania): 7

Ingresado al 67º por Bergessio, tuvo un rol fundamental para equilibrar el trámite, que se lee estaba poniendo bien a Torino. Aguantó el balón arriba, presionó y dio una gran ayuda en el medio.

Edinson Cavani - 1987 - (Uruguay - Nápoli): 10

Al cuarto minuto recibió un balón profundo y metió el 1 a 0. Luego corrió, dio profundidad, cumplió un par de cierres en estilo marcador de punta y protagonizó las mejores chances de gol de su equipo. Luego, en tres minutos del complemento metió un golazo: tuvo algo de suerte con un par de rebotes y una desviación, pero el control que le permitió sacudir un zurdazo de media vuelta fue brillante y perfecto. Anotó también el 3 a 0 con un salto imperioso y un buen cabezazo, que puso definitivamente en rodillas a Roma y así aseguró la primera posición de la tabla de los Capocannonieri, que conduce a mitad del campeonato con 16 goles. Simplemente, el Matador cumplió un partido perfecto y confirmó lo que ya es un hecho: que es un fenómeno.

Juan Cuadrado - 1988 - (Colombia - Fiorentina): 7.5

Mermó él y el equipo dejó de dominar. Es increíble cuanto marque diferencia y es encomiable el hecho que, a pesar del bajón sufrido en el complemento, siguió jugando bien y no concedió nada. En el primer tiempo simplemente la rompió.

Germán Denis - 1981 - (Argentina - Atalanta): 5.5

Si bien Atalanta atacó mucho, al Tanque se lo vio muy poco y, al final de los 90 minutos, nunca logró mostrarse con peligro, ni siquiera en esa buena ocasión en la que el balón rebotó unas cuantas veces en el área chica de Chievo.

Paulo Dybala - 1993 - (Argentina - Palermo): 5

Paletta lo anuló y así él pudo hacer poco y nada por todo el partido, más bien por los 83 minutos que duró el suyo antes de ser sustituido por Budan, que la mala suerte quiso que fuera quien anotaría el momentáneo 1 a 1.

Marcelo Estigarribia - 1987 - (Paraguay - Sampdoria): 6.5

Le concedió algo al modesto Padoín, pero al mismo tiempo creó bastante por su costado, mostrándose siempre ahí arriba. Además, ejecutó un buen tiro libre, que le dio un susto a Juventus, y de no ser por el protagonismo de Poli hubiese tenido una excelente chance de gol (el volante le quitó el balón cuando el paraguayo se preparaba a patear todo solo desde la media luna). Salió en el entretiempo, pero no por demérito, sino para poder paras a la defensa a 4 (debido a la expulsión de Berardi).

Matías Fernández - 1986 - (Chile - Fiorentina): 5.5

Tomó el lugar de Pizarro al 65º (por la lesión del chileno) y jugó en el medio, dejándole a Aquilani el rol del "cinco". No ayudó mucho en la maniobra y se lo vio algo "distraído".

Santiago García - 1988 - (Argentina - Palermo): 6

Partido sin brillo y sin sombras, jugado con atención y sacrificio.

Walter Gargano - 1984 - (Uruguay - Inter): 5

En el primer tiempo rozó el 1 a 0 con una gran incursión y un remate desde afuera muy insidioso. Sin embargo, se apagó en el complemento y concedió realmente demasiado espacio en el medio, que sus rivales aprovecharon para armar desde ahí muchas de sus mejores jugadas.

Mauro Goicoechea - 1988 - (Uruguay - Roma): 6.5

Sufrió cuatro goles pero sin responsabilidades. Al revés, tuvo el mérito de evitar un par de goles más, especialmente con un par de salidas bajas excelentes con las que le negó el cuarto gol a Cavani.

Alejandro Gómez - 1988 - (Argentina - Catania): 6

Se movió mucho y puso un par de buenas "pinceladas", pero falló también en algunos momentos importantes, como cuando, en el primer tiempo, erró un pase a Bergessio que podía valer el 1 a 0.

Álvaro González - 1984 - (Uruguay - Lazio): 5.5

No logró interpretar a la perfección el partido como quería su entrenador, quedándose demasiado bajo. Así, Petkovic decidió sacarlo al 63º.

Freddy Guarín - 1986 - (Colombia - Inter): 7

A pesar de las dificultades de su equipo, el colombiano disputó un partido de todo respeto. Corrió, quitó, ayudó, lo volvió loco a Allan (quien debía ser amonestado ya en el primer tiempo, cosa que podía cambiar un poco el match) y protagonizó algunas de las mejores jugadas de su equipo, como cuando se escapó bárbaro por el carril del diez, en el complemento (con el resultado aún 0 a 0) y le sirvió un balón de oro a Palacio.

Víctor Ibarbo - 1990 - (Colombia - Cagliari): 6.5

Tuvo un gran primer tiempo y un complemento algo gris. De todas maneras, fue siempre muy complicado para la defensa de Lazio pararlo y limitar sus iniciativas y su aporte fue seguramente más que positivo.

Mauro Icardi - 1993 - (Argentina - Sampdoria): 8.5

Hasta el momento no habían jugadores que pudieran contar de haber liquidado a la Vieja Señora en el Juventus Stadium con un doblete. Que el primero que pueda vanagloriarse de semejante hecho sea un joven muchacho de apenas 20 años habla claro de las potencialidades de este jugador. Maurito disputó un gran partido en Turín, porque ayudó mucho al equipo pero supo hacerse encontrar siempre listo para anotar dos goles importantísimos para su equipo y para su carrera. La suerte lo ayudó bastante en ocasión del primer tanto, pero él se conquistó la ayuda del fato volviéndolo loco a Peluso. Sin dudas el mejor del match.

Mariano Izco - 1983 - (Argentina - Catania): 8

Enorme, como Almirón, jugador con el que se peleó hasta el final la mención de figura. Quitó, corrió y armó el juego, compartiéndose toda la zona central en dos y no en tres. A todo eso, conquistó él el penal que podía cambiar el resultado, de no ser por el yerro de Bergessio.

Erik Lamela - 1992 - (Argentina - Roma): 4.5

Esta vez no se lo vio nunca. Tocó pocos balones y, cuando lo hizo, no creó nada de nada. Por encima, ayudó poco en fase defensiva, obligándolo a Piris a un trabajo muy duro.

Cristian Ledesma - 1982 - (Argentina - Lazio): 5.5

En el día de su partido número 200 en Serie A, se lo vio algo desganado y sin la claridad de ideas que lo caracterizó siempre. Tanto que su entrenador tuvo que sacarlo, algo que raramente le ocurrió en los precedentes 199 encuentros disputados con esta remera en el campeonato italiano.

Luís Muriel - 1991 - (Colombia - Udinese): 8.5

Un partidazo el del colombiano, que fue capaz de marcar la diferencia y decidir el match con sus jugadas y su estro. Él le costó las dos amarillas a Juan Jesús, episodios determinantes, y se encargó de liquidar el trámite con un gran gol: acompañó la jugada con inteligencia, cortó a la perfección y sacudió un derechazo inapelable. Todo condimentado con unas cuantas jugadas más de calidad. Figura del match.

Pablo Osvaldo - 1986 - (Argentina - Roma): 7

Entró al 62º, tuvo enseguida una ocasión, que falló en parte por demérito pero sobre todo por un gran cierre de Britos, y luego metió el descuento con un gran pique y un diagonal excelente.

Rodrigo Palacio - 1982 - (Argentina - Inter): 5

Estaba muy inspirado y justamente fue él el protagonista de las mejores jugadas de su equipo. Lástima que terminó por ser protagonista en negativo, fallando dos clamorosas chances de gol. También en ocasión de la jugada en la que protestó por una supuesta falta de penal (que parecía haber), hay que ser honestos y decir que la impresión fue que podía seguir jugando.

Gabriel Paletta - 1986 - (Argentina - Parma): 7

Muy bien a la hora de marcar a sus rivales por el piso. Sufrió un poco más por el segundo piso (raro, porque es una de sus especialidades), pero aguantó y protagonizó un buen partido.

Facundo Parra - 1985 - (Argentina - Atalanta): 5

Ingresó para jugar casi una media hora, sobre el final, pero no logró mejorar el ataque de su equipo.

Álvaro Pereira - 1985 - (Uruguay - Inter): 5

No tuvo un buen partido: sufrió muchísimo contra Basta, que a menudo se le escapó, y eso sin lograr ofrecer un buen aporte en fase ofensiva. A veces parece no encontrarle el ritmo al fútbol italiano o simplemente a los esquemas de su equipo.

Roberto Pereyra - 1991 - (Argentina - Udinese): 7

Un partido positivo el del argentino, que esta vez se paró en el medio, por la ausencia de Pinzi, y desde ahí marcó, corrió y ayudó mucho en la construcción de la maniobra, encargándose junto a Lazzari de crear el juego de su equipo.

Iván Piris - 1989 - (Paraguay - Roma): 7

Dobló la marca en el medio, lo obligó a Cavani a buscar el otro lado (en efecto ambos los goles de jugada llegaron desde la izquierda giallorossa) y supo aguantar la furia de Zúñiga, uno de los mejores del partido. Fenomenal en un uno contra uno ante Cavani y eficaz en todas las diagonales. Se está transformando en uno de los mejores marcadores de punta de la Serie A.

Davíd Pizarro - 1979 - (Chile - Fiorentina): 8

Disputó un partidazo, hasta que pudo quedar en la cancha, puesto que al minuto 65, por culpa de una falta, sufrió una lesión al tobillo derecho. Hasta ese momento, había sido el mejor del partido enseguida después de Perín, la verdadera figura, visto que movió el balón con gran inteligencia, velocidad y eficacia.

Guillermo Rodríguez - 1984 - (Uruguay - Torino): 6.5

Algo concedió, pero cumplió también algunos cierres muy importantes, negándole una excelente chance a Bergessio con un cierre perfecto antes de que se cerrar la primera etapa.

Sergio Romero - 1987 - (Argentina - Sampdoria): 7.5

Dos veces tuvo que salvar y en ambas ocasiones estuvo bárbaro: primero le negó un gol a Giovinco con una gran tapada con la mano fuera de tiempo, evitando de caerse al piso con un gran esfuerzo físico; después atrapó el balón justo sobre la línea, al final de una mezcla en el área. Atajadas a la postre decisivas. Y estuvo también cerca de alcanzar el penal de Giovinco.

Facundo Roncaglia - 1987 - (Argentina - Fiorentina): 5.5

Arruinó un partido prácticamente perfecto (que fue tal porque muy fácil) con un clamoroso error sobre el final, regalando el 2 a 0 de Pescara.

Walter Samuel - 1978 - (Argentina - Inter): 6.5

A The Wall le tocó jugar junto a Cambiasso, quien no es un defensor de rol (véase la evaluación del Cuchu) y junto a Juan Jesús, otra vez autor de clamorosos errores. El defensor brasilero es el digno heredero de Lucio y alterna buenas y malas sin razones lógicas. Tener a lado un compañero tan inconstante, complica enormemente cada jugada. De todas maneras, el argentino cuidó muy bien su zona y cumplió algunos cierres importantes.

Ezequiel Schelotto - 1989 - (Argentina - Atalanta): 6

Entró al 42º por el lesionado Bellini, jugando prácticamente solo el segundo tiempo. Hizo lo suyo, a pesar de los silbidos injustos que llegaron desde las tribunas debido a las voces de mercado que insinúan un próximo adiós del Galgo.

Felipe Seymour - 1987 - (Chile - Genoa): 7

Entró para jugar la última media hora, más descuento, y fue muy importante para el triunfo de su equipo, porque levantó al equipo, se mostró con peligro y hasta rozó un go, que hubiese merecido por cuanto mostrado.

Matías Silvestre - 1984 - (Argentina - Inter): s.v.

Pocos minutos sobre el final, para sustituirlo a Cassano, con su equipo abajo de tres goles. Movida que se justifica únicamente con el hecho de no tener nungún jugador de primera en el banco a parte él.

Nicolás Spolli - 1983 - (Argentina - Catania): 7.5

Simplemente impasable, los anuló a Bianchi y Meggiorini por todo el partido, que fuera jugando de anticipo, por arriba o cerrando los pases rivales con gran sentido de la posición. Gran manera de festejar su 100º partido en Serie A.

Fernando Tissone - 1986 - (Argentina - Sampdoria): s.v.

Si bien fue útil para aguantar el resultado sobre el final, jugó apenas diez minutos más descuento y no se lo pudo evaluar.

Juan Vargas - 1983 - (Perú - Genoa): 6.5

No logró ser peligroso pero disputó un partido sin dudas positivo. Debe haber tenido algún problema físico, porque táctica o técnicamente no se justifica su salida en el entretiempo.

Javier Zanetti - 1973 - (Argentina - Inter): 6

Uno de los pocos, junto a Samuel, que se mereció la suficiencia. El Pupi corrió muchísimo y nunca se rindió. Además, con el resultado aún sobre el 0 a 0, metió un par de jugadas importantes.

Juan Zúñiga - 1985 - (Colombia - Nápoli): 8

El colombiano disputó realmente un partidazo: corrió como un loco y a pesar de que Piris estuvo muy bien, jugando con atención, orden y buena calidad, lo obligó casi siempre al paraguayo a defenderse y cerró cada iniciativa de ataque por más de una hora. Mermó un poco sobre el final, claramente por la fatiga, pero a pesar de eso concedió poco y siguió jugando muy bien.

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