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La belleza al alcance de todos (parte II)

BUENOS AIRES-- - ¿Otra vez con eso?
- ¿Con qué?
- Con esa revista...
- Playboy. ¿Qué tiene?
- Nada, digo nada más. ¿Salió alguna otra tenista desnuda?
- No esta vez. Pero es igual.
- Pero... está en alemán...
- Sí, es la edición alemana de Playboy.
- ¿Y usted sabe alemán?
- Ni una palabra.
- Ya veo, no necesita leer nada, ¿no?
- Efectivamente, no hay nada que leer.
- ¿Y a quiénes desnudó esta vez Playboy?
- A la velerista olímpica Petra Niemann, a la piragüista Nicole Reinhardt, a la judoka Romy Tarangul y a la jugadora de hockey Katherina Scholz.
- ¿Puedo mirar?
- Claro, un pucho y una Playboy no se le niegan a nadie.
- ...
- ¿Y?
- ¿Qué quiere que le diga? Como opinan muchos lectores de ESPN, me sigue pareciendo un insulto a la feminidad.
- Pero usted es peor que los lectores de ESPN. Ellos escriben esas pavadas, pero no se las creen. Usted pareciera que sí.
- ¡Claro que lo creo!
- Un insulto a la feminidad? ¿De dónde sacó eso?
- No sé... célebres deportistas olímpicas posando desnudas... ¿qué diran sus padres?
- Sus padres no sé, pero puedo decirle lo que dijo la madre de Niemann.
- ¿Qué dijo?
- "¡Qué cool!"
- Tal para cual.
- Por favor, no sea primitivo. Son chicas hermosas que quieren mostrar al mundo lo que tienen.
- De todos modos me parece obsceno...
- Sería obsceno si lo obligaran a usted a verlas, pero no.
- En eso tiene razón. ¿Y sabe algo de ellas?
- Muy poco. Lo poco que pude entender: Niemann tiene 30 años y mide 1,63. Reinhardt nació en 1986 en Lampertheim y empezó a navegar en canoa a los 7 años. Tarangul nació en Frankfurt en 1987 y además del judo ama la Geografía. Y Scholz pertenece a la selección femenina de hockey y está por cumplir 25. Parece que es la alemana con las piernas más largas.
- Insisto. No me agrada.
- ¿Y si no le agrada por qué no me la devuelve?
- Es que quisiera llevármela para estudiarla.
- Ni lo sueñe.
- ¡Egoísta!
- No soy egoísta. Deje que primero la estudie yo y después se la regalo.
- ...
- ¿Qué hace ahora?
- Nada. Estoy esperando.
- ¡Hipócrita!
- Pero sé más alemán que usted.
- Por lo que lo va a necesitar...

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