Leonardo Ayala 13y

Pedro Imhoff y el momento de Duendes

BUENOS AIRES -- Duendes gana y gana. Éxito tras éxito se va abriendo paso en cuanto torneo juegue. Venía de un gran 2009 con los títulos del Torneo del Interior y el Nacional de Clubes y, cuando parecía imposible superarse, calladito y sin hacer mucho ruido este año lo viene mejorando: ya ganó el certamen del Litoral y ahora está en semis del Interior, con el boleto para el Nacional ya en el bolsillo. Su última caída fue en 2009 y ni las ausencias parecen poder frenarlo. Sin Juan Imhoff, Román Miralles, Pablo Bouza (los tres con Jaguares), Santiago Sodini (se fue a Italia a jugar al Petrarca) ni Maxiliano Nannini (baja el último sábado), su última víctima fue el poderoso Córdoba Athletic. Y ahora va por Cardenales de Tucumán.

"Lo que estamos viviendo es increíble. Las ausencias se sienten. Ahora se fue Sodini, un gran amigo y al que le mando un gran saludo. Pero Duendes tiene un gran plantel, y el que entre por ellos no sé si va a ser de igual en calidad pero lo va a suplantar con las ganas de jugar y de ganarse un lugar en el equipo", resalta Pedro Ihmoff, hermano de Guillermo, Federico y Juan (hoy en Rusia con los Jaguares). Una familia bien de rugby, se podría decir, como su apellido lo indica. "La verdad es que jugar en el primer equipo del club es muy difícil, porque hay muchos jugadores de calidad en todos los puestos. Por eso hay que aprovechar todas las chances que uno tiene porque sabes que atrás o adelante tenés a alguien de nivel y con muchísimas ganas de jugar", explica el back de 21 años, que se afirmó en la zona y tapó con creces las ausencias de Juan y Pitu.

- ¿Van llevando la cuenta de las victorias?
- Hay gente que te lo recuerda en todo momento: sean rivales, hinchas o gente que no sabe mucho de rugby pero que se entera de los resultados. La verdad es que nosotros no llevamos la cuenta. Lo único que pensamos es en entrar a la cancha, jugar y dejar todo. Yendo a la estadística sí recuerdo que la última vez que perdimos -toco madera- fue el año pasado ante Tucuman Lawn Tennis.

- Me imagino cómo debe estar el club...
- Uf, no sabés la felicidad que hay acá. Hubo muchísimos buenos momentos en los últimos meses y lo celebramos a lo grande, pero ya está. Ya lo festejamos en su momento, ahora queremos repetirlo. Igualmente la felicidad va a durar mientras el equipo juegue bien y entretenga a la gente que va a ver los partidos; si se puede ganar, la felicidad es mucho más grande. Creo que el hambre y las ganas de ganar que tiene el plantel son muy importantes, pero es el trabajo de muchos años de entrenadores y jugadores que está dando sus frutos.

- Te diste el gusto de jugar con dos de tus hermanos, con Guillermo y Juan...
- Imposible de olvidar. Fue contra CRAR, en nuestra cancha, hacía mucho frío... Fue increíble. Jugar con mis dos hermanos en Primera es lo más lindo que me pasó, no sólo en el rugby sino en la vida. Es cumplir un sueño. Cada vez que tenemos la chance de jugar o compartir un momento, ya sea yendo en el auto al club o en la mesa de casa hablando con mi viejo de referee y mi vieja o mis cuñados lo disfruto al máximo.

- Con ese apellido ilustre no dudaba que se respiraba rugby en tu casa, ¿pesa en algún momento ese nombre?
- No, la verdad es que no me pesa para nada. Por ahí cuando era más chico, en infantiles o juveniles, sí se sentía. Pero la verdad es que no.

Sí, una familia bien de rugby en Rosario. Y hay más... "Todavía me faltan cumplir otros dos sueños. Uno es compartir una cancha con mi cuñado Nicolás Galatro, que viene amagando que se va a venir desde Italia a jugar al club el año que viene pero hasta que no lo vea con la verde y negra no le creo. ¡No sé si se la aguanta! Y el otro es que mi hermano Federico, el más grande, se entrene este verano a full y vuelva a las canchas aunque sea un partido para jugar con mis tres hermanos. Con eso ya está. No se puede pedir más nada", explica y cierra Pedro Imhoff, un apellido que respira rugby desde hace mucho, muchísimo, sea en Buenos Aires, Rosario o Moscú.

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