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Zeballos dio el golpe y bajó a Nadal

VIÑA DEL MAR -- Nadal fuerza la rodilla, corre de un lado a otro. El esquinado derechazo de Zeballos lo tomará a la carrera. Su devolución al golpe del argentino muere en la red. El marplatense se desploma en el suelo, su camiseta blanca se tiñe de naranja y ambas manos cubren un rostro que solo produce lágrimas de alegría. Sí, el N°73 del mundo (que con este resultado pasará a estar cerca del puesto 40) frustró la final del que era "el torneo de Nadal" (en su regreso al circuito desde Wimbledon 2012) y tornó el epílogo del ATP 250 de Viña del Mar en su propia película, con un guión perfecto y un desenlace a toda orquesta para celebrar su primer título en el plano mayor. 6-7 (2), 7-6 (6) y 6-4, los números de su soñado domingo.

Porque si bien enfrente tuvo a la primera versión "competitiva" de Nadal en siete meses, Zeballos ofreció un tenis de altísimo vuelo durante las casi tres horas que tuvo el encuentro. Muy sólido desde el fondo de la cancha, buscando líneas con la derecha y dejando correr ese revés a una mano que tanto rédito le depara, el argentino completó con buenos juegos de servicio (totalizó diez aces) su grata carta de presentación en suelo chileno, ante un Nadal que en el único antecedente entre ambos (tercera ronda de Roland Garros 2010) lo había despachado sin inconvenientes por 6-2, 6-2 y 6-3.

Pero todo registro de aquel choque en París se desvaneció en la arcilla chilena. Dos sets sin quiebres pasaron y los desempates ofrecieron suerte dispar. El primero se lo llevó fácil Nadal (7-2). El segundo lo ganó Zeballos (8-6), en su tercer set point. En el último parcial, aparecieron los breaks, el argentino empezó a arriesgar más y poco a poco fue teniendo premio. En 3-4, el ex N°1 del mundo sacó 30-40 e hilvanó un punto digno de su mejor nivel que levantó a todo el estadio. Dos games después, en situación semejante, llegaría la derecha cruzada de Zeballos, el golpe en la red y el final conocido para que, a los 27 años, el zurdo de Mar del Plata festeje su primer título ATP (su única final había sido San Petesburgo 2009).

Así se escribió, entonces, el último capítulo del esperado regreso de Nadal en Chile, que despertó un fervor de público similar al de las exhibiciones de Roger Federer en la región unos meses antes. Y si bien la postal final es la de la victoria que se escapó, el partido ante Zeballos le dio lo que en primer lugar motivó su no planeada visita a Sudamérica: verdadero ritmo de juego, de competencia; una prueba más que pertinente para evaluar el estado de su rodilla.

De esta manera, Nadal suma 150 puntos para su ranking (todavía lejos del cuarto lugar que ahora le corresponde a su compatriota David Ferrer), en la que fue su primera final desde Roland Garros 2012, su antepenúltimo torneo antes de que la rodilla dijera basta. Después de aquel Abierto de Francia vendría la gira de pasto, el tropezón en Wimbledon a manos de Lukas Rosol y la decisión de parar y combatir las molestias físicas.

Su camino en la gira de polvo de ladrillo que se disputa en la región continuará en San Pablo y luego en Acapulco. Más tarde llegará el momento de pasar a las pistas duras y afrontar una nueva evaluación física, con lo que los desplazamientos en esa superficie implican.

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