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Serbia y Australia demuestran que el Team USA no es invencible

RÍO DE JANEIRO -- Serbia estuvo a punto de amargarle la fiesta a la selección de básquetbol de Estados Unidos. Los balcánicos, quienes están jugando sus primeros Juegos Olímpicos como país independiente, quedaron a un triple de la gesta (94-91). Bogdan Bogdanovic, que con 23 años juega en la demandante liga turca y en 2014 fue elegido por Phoenix Suns en el draft, lanzó desde el arco sin suerte. Hubiera sido la confirmación de que se puede destronar al Team USA, de que su imbatibilidad puede tener fecha de caducidad.

Ya van dos partidos en los que los estadounidenses estuvieron obligados a emplearse a fondo después de que Australia también le complicara las cosas a los pupilos de Mike Krzyzewski. Estos sufrieron las embestidas de Andrew Bogut y compañía. En ningún partido de preparación previo a estos Juegos Olímpicos o durante los mismos habían tenido que batallar de tal manera para llevarse el triunfo.

Hubo varias similitudes en la manera de afrontar los juegos de Serbia y Australia, y es que Sasha Djordjevic tomó nota de unos australianos que abrieron la caja de pandora. Estos quedaron a una diferencia de 10 puntos tiene de por sí un mérito innegable. Claro que enfrente tuvieron a un equipo con siete jugadores en la NBA y el mismo número de campeones de la competición estadounidense que EEUU: tres. Serbia, en cambio, quedó más cerca todavía de propinarle un dolor de cabeza a los favoritos tras caer por tres puntos de diferencia. El juego interior fue clave gracias a la presencia de Nikola Jokic, Denver Nuggets, y su sublime actuación desde la banca (25 puntos, seis rebotes y tres asistencias). El armador, Milos Teodosic fue el director de orquesta (18 puntos y seis asistencias) y Miroslav Radiljica fue el pundonor en la pintura.

Vaya si sufrieron los estadounidenses, y es que hubo ingredientes que coincidieron con el menú que puso Australia sobre la mesa dos días antes. Paul George fue explicitó después de aquella cita.

"Sabíamos que irían con todo. Tuvimos que ajustarnos. Al comienzo, el partido se nos fue de las manos por el juego físico. Sabíamos que sucedería. Este equipo juega un poco sucio", afirmó el ala-pívot.

Acostumbrados a la placidez de China y Venezuela, EEUU se topó con sendos planteles físicos que supieron buscarle las cosquillas a sus rivales. La calidad de los serbios y los australianos es de medalla y fueron capaces de jugar de tú a tú a los estadounidenses. Como si fuera una final. Las medallas no llegan solas, es necesario solventar compromisos como estos para alcanzar la cima. Sin embargo, lo que dejaron claro ambas selecciones es cómo es necesario llevar el talento a cotas más altas: a base de dureza y sabiendo sacar de sus casillas a los campeones del mundo y de los dos últimos Juego Olímpicos.

Ante Serbia, el Team USA acumuló dos faltas técnicas en el primer cuarto. En la cita anterior, el reciente campeón de la NBA con Cleveland Cavaliers, Matthew Dellavedova, forzó otra técnica al propio Paul, quien no pudo contener la ira por el juego incisivo del armador en los primeros compases de la cita. Sin embargo la figura verdaderamente determinante fue la de Bogut. El nuevo pívot de Dallas Mavericks fue clave en su imposición como hombre grande y en varias ocasiones desbarató la superioridad de los jugadores interiores de EEUU. Su agresividad en las pantallas y a la hora de bloquear internadas de sus rivales, unido a su ejecución ofensiva en la pintura le hicieron destacar junto a un Patty Mills inconmensurable. Serbia manejó la misma fórmula a manos de Raduljica y Jokic, con la adición de unos escoltas acertados en sus lanzamientos, como Markovic y Bogdanovic.

Si hay algo que demostraron los serbios y los australianos es que el Team USA no es invencible. Se le puede plantar cara cuando a la calidad se le une también la garra y la fortaleza. Djordjevic ya sabía lo que fue medirse a la potencia mundial. Lo hizo como jugador y como coach en la final de la Copa del Mundo celebrada en España en 2014. Con corazón sólo no se gana - que le pregunten a Venezuela - por eso impregnó a su plantilla experimentada con las piezas clave para que fueran capaces de desestabilizar la armonía estadounidense. Mostraron un juego físico sin complejos que les hizo soñar con una victoria.

No hay duda de que EEUU sigue siendo la selección favorita para alcanzar la medalla de oro, sin embargo, mostraron un ápice de debilidad en sus dos últimas citas. Es ahí donde otros equipos como Lituania, España o Francia e incluso Serbia y Australia en una hipotética fase final, tienen una pequeña oportunidad de derrotar a Goliat.