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SAN JUAN – Mónica Puig pudo ver una vez más la premiación de su medalla de oro olímpica en el tenis, esta vez junto a sus compañeros de la delegación puertorriqueña en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y con decenas de miles de sus compatriotas que le acompañaron en un recibimiento multitudinario el martes en San Juan. Y lo hizo, nuevamente, con lágrimas en los ojos. Puerto Rico celebró por primera vez una medalla de oro olímpica y lo hizo muy a su estilo: con música de todos los ritmos desde las tradicionales bomba y plena hasta el popular reggaeton y un paréntesis de música clásica, con una caravana de más de seis horas por toda la capital y con recepciones planificadas y muestras de cariño espontáneas. Y después de varias horas bajo el fuerte sol de Borinquen, Puig tuvo bastante ánimo para mostrar sus dotes de bailarina al son del reggaetón. “Gracias Puerto Rico, te amo tanto”, exclamó Puig, la última vez que tomó el micrófono, todavía emocionada luego de ver la repetición completa de su ceremonia de premiación al final de la caravana de pueblo. “¡Puerto Rico, lo logramos!”, gritó al llegar. “Gracias a toda la delegación por tratarme como familia. Gracias al Comité Olímpico de Puerto Rico por todos esos años de apoyo”. Un fuerte aguacero a media mañana amenazó la celebración, pero como por arte de magia, la nube desapareció por el resto de la cálida tarde. Tras una recepción en la mansión ejecutiva con el gobernador Alejandro García Padilla y otra parada en la alcaldía de San Juan, la caravana recorrió varias avenidas de la capital atestada de nuevos fans de Puig. Durante toda la ruta, es escucharon ritmos de bomba y plena, pero a su paso por el Conservatorio de música de Puerto Rico, una banda de instrumentos de vientos le regaló a la tenista una impecable interpretación del himno de Puerto Rico. La caravana concluyó en el Coliseo con una fiesta de pueblo, en la que Puig, lejos de retirarse por el cansancio de la larga caravana, bailó junto a sus compañeros de delegación por casi una hora.
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