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Lacheño pasa de jugadora sin apoyo a entrenadora por difundir su deporte

Mayra Lacheño durante la final de hockey sobre pasto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Imago 7

MÉXICO -- Mayra Lacheño, jugadora de hockey sobre pasto, defiende y respalda el deporte que practica desde donde más le gusta: enseñándolo en la cancha a niñas y niños, tal como en su momento lo hicieron con ella.

Vive en Ecatepec, Estado de México, en donde a los 11 años empezó a saber lo que era el hockey.

En ese momento su tiempo libre lo dedicaba a jugar futbol soccer en la calle con los amigos.

“No me gustaban las muñecas, sino el balón. Me les ponía al tú por tú a los hombres y hasta algunos me criticaban y decían que yo era marimacha; eso a veces me pesaba, pero lo fui olvidando y no me importaba”, relató a ESPN Digital.

No decayó su gusto por el soccer, hasta que un día un vecino que llevaba a sus sobrinos a jugar hockey a una cancha del rumbo la invitó a acompañarlos y le gustaron el ambiente y la convivencia.

“Es un deporte poco conocido, raro, y por ser de contacto también dicen que es de hombres. Me jalaron, fui y me gustó”, agregó.

Conforme se adentró en ese nuevo mundo se sentía más segura, pues “me trataron como a todos, igual. La verdad llegar ahí fue como un refugio para mí”.

Sus cualidades dieron de qué hablar dos años después, ya que fue seleccionada juvenil y en 2014 asistió a sus primeros Juegos Panamericanos Junior.

En 2015 era seleccionada nacional a nivel mayor y poco a poco se fue confirmando como lo que es: una jugadora de alto rendimiento.

Tiene 18 años y hace unos meses ganó la medalla de plata con México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.

Hoy combina su carrera universitaria con el deporte y hasta se da tiempo para enseñarles a los más jóvenes que ella, algo que considera un deber muy personal.

“Querer es poder. Cuando quieres llevar las cosas de la mano realmente se puede. Literal, he llegado a presentar exámenes sin ver temas, nada más con los apuntes que me pasan los compañeros y los he pasado con 8, 9. Es cosa que quieras”, señala con firmeza.

Un día normal para ella consiste en levantarse a las 4 de la mañana, dormir en el camino hacia la Universidad, tomar clases de las 7 de la mañana a las 2 y media de la tarde. Cuando le toca mostrar sus dotes de docencia lo hace, aunque el tiempo para sí misma escasee. Los lunes, miércoles, viernes, sábado y domingo se convierte entrenadora de niños de 12 y 13 años.

“Salgo corriendo de la universidad para llegar a tiempo a la cancha para después llegar a casa a hacer tarea”.

-¿Y eso cómo surgió?

“Lo hago cuando no estoy concentrada con la Selección. Al haber terminado mi proceso en la Olimpiada Nacional aprovecho para enseñar lo que sé. Le ayudo al profe. Les enseño el sistema del juego en la Unidad Deportiva Valle de Santiago, en Ecatepec”.

Mayra se considera una deportista exitosa por lo que ha aprendido y demostrado en los siete años de carrera que lleva.

“En mi deporte es muy difícil llegar a los Centroamericanos, ser seleccionada porque somos muy pocas. Tienes que ser de las mejores para que de verdad estés en la elite”.

Asegura que jugar al hockey le ha hecho una mujer más fuerte, “más valiente contra cualquiera que llega y te dice que no; la verdad es que tú puedes contra ellos”.

Hermana mayor de cuatro hermanos afirma que conoce tan bien la actividad que practica que sabe bien lo que le pediría a Ana Guevara, próxima directora de la CONADE: “Necesitamos más giras, constante preparación, para que se divulgue más el hockey. Que las Olimpiadas Nacionales abran otra vez las categorías pequeñas. A mis 18 ya no tengo Olimpiadas”.