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Graciela Reséndiz 291d

Patricia Guerra quiere romper la creencia de que las mujeres no pueden

La nadadora de aguas abiertas mexicana recuerda su exitosa trayectoria en la disciplina, de la que está próxima a despedirse

MÉXICO -- Patricia Guerra, nadadora de aguas abiertas, está a menos de un mes de retirarse de las travesías y lo hará en Nueva York; está a días de decirle adiós a una actividad que durante 19 años practica con alegría. Y en un momento de reflexión habla lo que ha significado para ella como mujer este deporte y lo que quiere demostrar ahora que supera los 50 de edad.

"Tengo 51 años. De hecho, estas dos travesías, la que acabo de hacer y la que haré el 5 de agosto, vienen bajo la campaña 50+1 2023 y yo creo que cualquier mujer puede, como mujer y como mujer de 51 años. Y es eso: es romper esta falsa creencia que después de los 50 años la vida de la mujer va en decadencia", declaró Patricia Guerra en entrevista con ESPN.

"Y lo que quiero con esta campaña 100 por ciento cualitativa es alzar la voz y decir que las mujeres somos mucho más que una frase, mucho más que una etiqueta, más que una creencia limitante que no nos permite seguir haciendo lo que queremos hacer: seguir poniendo el nombre de nuestro país muy en alto y seguir al mismo nivel que cualquier otra mujer", advierte la nadadora, esposa y madre de familia.

Patricia Guerra considera que "se trata de una campaña que nos exige salirnos de ese común denominador: romper esa creencia que nos va a empoderar para seguir buscando sueños cada vez más grandes".

Pese al amor que le tiene al nado en aguas abiertas, Patricia Guerra señala que los ciclos terminan y "ya son muchos años. Llegó el momento de irme. Estoy segura de que seguiré nadando toda mi vida, pero ya no haciendo travesías con causa, y no armar campañas financieras, campañas de recaudación de fondos alrededor de todo eso. Como me dice un amigo: cuelgo los goggles".

Dice que nadar es el mejor lugar que ha encontrado para estar consigo misma, "para poder trascender y poder estar en paz".

Con vasta experiencia en travesías en aguas abiertas, Patricia Guerra señala que no se dedicará a enseñar, pues para ello hay una persona que "es el gurú de las aguas abiertas: Nora Toledano".

Nora Toledano le hizo saber que había la especialidad de aguas abiertas y juntas decidieron ir al Canal de la Mancha, "construimos 2002 y 2003, Canal de la Mancha y en 2004 es cuando me convertí en la tercera mujer en cruzarlo. Nora tiene toda la experiencia para entrenar, para cruzar, para acompañar y brindar la seguridad que necesita una nadadora en aguas abiertas. Es la única que puede hacerlo profesionalmente y al nivel que lo debe hacer un entrenador".

Patricia Guerra señala que seguirá dando conferencias, compartiendo experiencias, transmitiendo esas experiencias de coaching, tanto ejecutivo como de vida a otras generaciones, a otras personas, "seguir en esto, pero ya de una forma diferente".

Cuenta la nadadora mexicana que un conjunto de varias cosas le orillan a dejar la travesía, cansancio mental, tanta disciplina que le obligaba a estar siempre en óptimas condiciones, el correr riesgos, etcétera.

"Siempre he creído que es necesario cerrar ciclos", añade Patricia Guerra, quien se siente complemente realizada "y cerrar este ciclo habiendo impuesto un récord mundial recientemente en el Estrecho de Gibraltar "es mi mejor regalo".

Patricia Guerra rompió la marca mexicana y el récord mundial de mujeres que era de la nadadora alemana Nathalie Pohl, impuesto cuando tenía 21 años el 23 de abril de 2016. Hizo 2 horas 53 minutos y ahora la marca de la mexicana es la que se impone con 2:43.04.

"Siempre dije que el Estrecho de Gibraltar iba a ser un regalo, pero no lo dimensioné nunca así. Haber hecho esto es una señal más de irme y decir 'que vengan las nuevas generaciones, vamos a apoyarlas' y yo sigo en lo mío".

Rechaza que tenga miedo a perder físico o vitalidad al alejarse del nado de alta competencia, ya que "estoy convencida que siempre voy a hacer ejercicio; siempre me voy a levantar a las 5 de la mañana a entrenar; el tema es ya no hacer travesías y poner mi atención en otras cosas".

Haciendo una retrospectiva, Patricia Guerra rechaza que haya perdido algo por dedicar tanto tiempo a las aguas abiertas y en contraparte comenta que ganó mucho: "El estar siempre en una alberca entrenando, para mí siempre era mucho más atractivo que estar en un evento social. Me decían que no tenía yo una vida social, pero siempre estuve feliz así".

Patricia Guerra, quien estudió las carreras de Ciencias de la Comunicación y luego Mercadotecnia, afirma que ganó todo: "Una conciencia mayor, el tener muy claro quién soy en este universo, el dimensionar que cuando estás nadando en un océano que el 80 por ciento de los factores son totalmente externos, que no dependen de mí, que se tienen que conjuntar muchas cosas para poder llegar del toro, donde la única palabra que queda es: gracias. Haber puesto el nombre de mis papis muy en alto me llena de un orgullo impresionante, así como el enseñarle a Daniel, mi hijo, los sueños se construyen, los sueños se persiguen y un día los aterrizas".

El adiós de Patricia Guerra del deporte de alto nivel terminará el 5 de agosto: rodeará la isla de Manhattan en aguas frías, en Nueva York, Estados Unidos.

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