Parecían haber encontrado la horma de sus zapatos. Cada vez lo parece menos.
El argentino Agustín Tapia y el español Arturo Coello son la pareja número uno del mundo hace ya más de un año. Desde que se unieron, a fines de 2022, construyeron una rápida hegemonía, que llegó a registrar 46 partidos consecutivos sin conocer la derrota.
Esta temporada, sin embargo, pareció haber surgido el némesis para ellos. Fue cuando el argentino Federico Chingotto y el español Alejandro Galán se constituyeron como dupla.
Chingo y Ale empezaron a lograr con regularidad lo que durante casi un año había parecido imposible: derrotar a los Nº1. A tal punto, que rápidamente se pusieron por encima en el historial y llegaron a ser una amenaza para el liderazgo de Tapia y Coello en el ránking planetario.
La combinación parecía perfecta: el ataque implacable de Galán con la defensa incansable de Chingotto. La situación llegó a su summum en el Premier Padel de Genoa, cuando 'Chingalán' aplastaron por un doble 6-1 a Agustín y Arturo.
Ese fue el despertador.
Los Nº1 estudiaron y entrenaron. Entrenaron y estudiaron.
¿El resultado? De allí en más, registran tres triunfos consecutivos ante la dupla Nº2, siempre en finales y sin ceder sets.
El último episodio de eso fue este domingo, con el lapidario 6-2 y 6-2 en la final del P1 de Rotterdam, en Países Bajos, con un verdadero recital de Coello, muy bien secundado por un Tapia que se animó a pegarle un par de veces de atrás de la línea de saque en una cancha bastante lenta como la neerlandesa.
¿Se acabó la paridad? Habrá que verlo. Los cuatro son animales competitivos, y así como los pupilos de Martín Canali supieron encontrarle la vuelta a este enfrentamiento, es probable que en poco tiempo, los de Jorge Martínez saquen algún as de la manga.
Hay algo incuestionable: en la furiosa actualidad, los Nº1 volvieron a tomar el control de las cosas.