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El Messi del skate, en Argentina

BUENOS AIRES -- Es una estrella mundial del skate. Un ídolo de los jóvenes y un referente de los no tan pibes. Pero Wes Kremer quiere ser uno más. Y lo demuestra ni bien pone un pie en el skatepark de Plaza Houssay. Lejos de seguir el protocolo organizativo, no puede aguantarse, agarra su tabla y, mientras todavía algunos amateurs se divierten en la pista, empieza a desplegar su talento. Además, lejos de divismos, el mejor skater del mundo en 2014 -elegido por la prestigiosa revista Thrasher- también interactúa a cada momento con sus colegas y los casi 2.000 fans, en su mayoría pibes entre 14 y 20 años, que explotan al ver su estilo, velocidad y trucos.

Wes no está solo. El nacido en Japón -vivió diez meses y luego su familia se mudó a San Diego- llegó al país junto al Team Internacional de DC Shoes (Cyril Jackson, Felipe Gustavo, Carlos Iqui, Thaynan Costa y Tiago Lemos fueron los otros integrantes) para protagonizar esta demo y estar presente en la premiere de la película De la Calle que fue grabada en distintas ciudades de Latinoamérica y ahora provoca una gira por varios países del continente. Ellos compartieron el skatepark con el Team argentino de DC, incluido la nueva estrella Sandro Moral y ese diamante en bruto que es Gael Dobar, un nene de 9 años que ya descolla en uno de los deportes urbanos con más crecimiento en los últimos años. “Ese niño es un demonio”, avisó Kremer, asombrado.

Es la tercera vez que Wes visita Argentina. Por eso ya habla algo de castellano y se animó a usar una camiseta de la Selección de fútbol mientras provocaba ovaciones en el mítico point de avenida Córdoba. Quizá la celeste y blanca y haber sido el mejor en 2014 hizo que un fan lo comparara con Lio Messi. “Naaa -reaccionó Kremer-. Es increíble escuchar eso, me honra, pero Lio está en otro nivel. Es el mejor en lo suyo y si bien yo fui elegido por una revista, en el skate es más difícil de medir. Hay tantos skaters grandiosos, con distintos estilos, que no se puede decir que uno es el mejor. Es una cuestión de gustos”, analizó quien hace un año visitara Rosario, “la ciudad de Messi”, como describió. También pasó por Córdoba, donde descubrió el asado. “Es mucho más que esa exquisita carne. Es esa cultura de juntarse con amigos, en familia, comer, tomar, charlar... por horas. No lo viví en otros países”, describió.

A los 25 años, Wes ya es un consagrado. Y un agradecido. “En la vida, gracias al skate, me han pasado cosas que ni soñé. Como ser elegido el mejor del mundo. Creo que tuve suerte (se ríe). O como viajar, conocer otros países, gente nueva, lugares para practicar mi deporte, hacer videos, películas tan copadas como De la Calle... Nunca lo imaginé. Y ahora lo disfruto, como uno más”, dice Kremer, quien busca dejar un legado muy simple sin perder la cabeza. “Me gusta eso de motivar e inspirar a la gente, de ampliar este fantástico mundo del skate, pero no mucho más. A mí no me interesa la atención ni me veo como un ejemplo, pero sé que me he convertido en un ídolo, un referente... Entonces sólo trato de tener siempre una sonrisa en mi cara para que quien me encuentre se vaya feliz de haberme conocido”, razona.

Kremer considera que ser una estrella, ganar dinero o tener premios “no cambiarán mi vida diaria”. Por eso el consejo para los más chicos es simple y contundente a la vez. “Practicá skate si te gusta, pero no te preocupes por ser profesional o tener sponsors. Recuerda sobre todo por qué empezaste en el skate... Si tenés sueños, perseguilos, pero sin volverte loco. Disfrutalo, divertite. Es lo único que realmente importa”, dice. Y lo que desea para otros, aplica para él. “Mis objetivos son estar saludable y hacer skate por siempre. No más que eso. Disfrutar, no volverme loco y mantener mi cabeza entre mis hombros. Lo que hago para mí es una bendición”. Un crack arriba y debajo de la tabla.

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