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Sebastián Martínez Christensen, Escritor ESPN Digital 8y

Jim Brown se retiró en el pico de su carrera para generar un cambio con su mítica presencia

MIAMI -- Hay atletas que trascienden el deporte y Jim Brown fue uno de ellos.

No me malinterpreten, en el emparrillado no hubo mejor que Brown, pero el ex Cleveland Brown fue tanto más que eso. La diferencia entre Brown y el resto de la liga era abismal. En los últimos tres años de su carrera, corrió para 4 mil 853 yardas, con un promedio de 5.64 por acareo y un promedio de 115 por encuentro.

Su combinación de potencia y agilidad era segunda de ninguna (6´2” y 232 libras), y de más está decir que le quedaba gasolina en el tanque de sobra tras retirarse abruptamente luego de nueve años de carrera en 1965.

Para poner las cosas en perspectiva, tengan en cuenta que su marca de 12 mil 312 yardas totales por tierra --en 118 partidos-- fue superada 19 años más tarde por Walter Payton, a quien le tomó 18 juegos y 451 acarreos más que a Brown llegar a esa cifra.

En 1963, sus propios compañeros siguen diciendo al día de hoy que Brown “hubiese corrido para más de 2 mil 500 yardas si no lo hubiesen sacado temprano de tantos juegos”; vale aclarar que en ese momento las temporadas tenían 14 partidos.

Si quieren una referencia actual, piensen que Adrian Peterson debería promediar mil 900 yardas en las próximas tres temporadas para superar el promedio de yardas por partido de Brown, una marca que sigue intocable hasta el momento.

Para ese entonces, Brown ya había participado en dos películas, es decir que era Michael Jordan antes que el propio Jordan, y tomó por sorpresa a la liga al retirarse a los 29 años.

“Si bien me hubiera gustado seguir jugando”, declaró famosamente en su momento Brown, “hay cosas que tengo que hacer que me retan más intelectualmente”.

La discriminación racial estaba más que latente en los Estados Unidos y Brown sentía que podía provocar un cambio siendo un abanderado de los afroamericanos.

Fundó la “Unión Económica Industrial de Negros”, acompañó a Muhammad Ali en su discurso cuando se negó a ir a Vietnam, aconsejó, sigue siendo muy vocal al día de hoy a la hora de instruir a jóvenes que se inician en el deporte y su voz sigue sonando hoy a los 80 años tan fuerte como antes.

Brown aprovechó su plataforma para generar un cambio.

En el emparrillado formaba como fullback, en ese entonces se jugaba con dos corredores lado a lado y no en formación “I”, y Brown se paraba casi que inmediatamente detrás del mariscal.

No necesitaba del envión para acumular velocidad o potencia, él estaba siempre listo para pasarte por encima o hacerte quedar en ridículo con una finta. Y así lideró a los Browns al que todavía sigue siendo su último campeonato en 1964.

Personalmente estoy convencido de que de haber jugado más tiempo, todavía todos los récords serían suyos. Pero él eligió que el fútbol americano no lo defina.

Por eso hoy es recordado por tanto más que su impacto en el campo de juego, aunque haberse retirado en su mejor momento hace que muchos lo consideren hoy el mejor de la historia.

Toda elección es subjetiva, pero me animo a decir que si Brown hubiera jugado en esta era de redes sociales, donde todo video se conoce en el mundo entero en una cuestión de segundos, no existiría ni el debate.

Por distintas razones, Brown es probablemente el mejor jugador de fútbol americano que haya pisado la faz de la tierra.

Pero hasta me animaría a llevarlo un paso más allá. Hay una corta lista de atletas influyentes más allá de su deporte y Brown integra la corta lista. Sigue siendo al día de hoy el consejero de todo atleta que se mete en problemas y su voz es respetada por todos.

“Me enseñó a ser un hombre afroamericano y a hacerme respetar”, enfatizó el miembro del Salón de la Fama Bobby Mitchell.

La realidad es que tanto Brown como Ali fueron las caras visibles en un momento tan difícil que la mayoría de nosotros ni siquiera podríamos entender.

Y pueda uno estar de acuerdo o no con algunas de las ideas de Brown, no se puede negar su status de leyenda. Para ser icónico hay que estar dispuesto a sacrificar para ayudar a los demás. Brown, al igual que Ali, puso su carrera en pausa para combatir algo más importante que él y que nosotros.

Jim Brown, una leyenda dentro y fuera del deporte.

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