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Tlatoani Carrera 7y

El pasado premia a Eder Sánchez

MÉXICO -- Es difícil pensar que una medalla que se ganó en Berlín, en 2009, será colgada en Londres apenas este fin de semana. Son las reglas del deporte moderno, lleno de dopaje y de policías que, aunque muchas veces sea tarde, atrapan a los ladrones. El 15 de agosto de 2009, en los Campeonatos Mundiales de Atletismo, en Berlín, Eder Sánchez caminó los 20 kilómetros 41 segundos más lento que el ruso Valery Borchin, quien se hizo con el oro.

Los recuerdos están tan frescos como el cuarto de hotel en el que ocho años después descansa en Londres: “Aquel día en Berlín el Estadio Olímpico estaba llenísimo y toda la gente estaba volteando a ver el podio. Voltear a ver tu bandera daba un orgullo inmenso”.

Hace unos días, Sánchez se enteró que aquella tarde debió colgarse la plata, pues se comprobó que el ruso Borchin usó como combustible sustancias prohibidas que derivaron en una reciente suspensión

- ¿Cuál es el sentimiento antes de que te cuelguen esa plata de los Mundiales de 2009?, se le pregunta al marchista vía telefónica.

- Lo primero que me pasa por la mente es: qué tramposos. Ellos se vuelven ídolos en sus países, súper héroes para los niños. Hacen giras por su país, cuando en verdad son unos mentirosos, unos farsantes. Esos apoyos económicos que ellos obtuvieron hoy deben cuestionarse. Muchos hacen su propia marca y la venden. No son nada. No merecen respeto. Es algo verdaderamente frustrante para uno como atleta. Subirte a un pódium y querías la medalla de oro o plata y ellos ocupan un lugar que no corresponde.

La frustración de Éder se estira cuando piensa en los premios que dejó de percibir en otros encuentros con sus competidores: “Recuerdo, por ejemplo, otro enfrentamiento con Borchin, en el Race Walking Challenge, de China 2011. Estuvimos toda la competencia codo a codo y cuando faltaban 500 metros él dio un jalón impresionante contra el que yo no pude responder. Y las preguntas eran siempre las mismas. ¿Por qué no le pude ganar? ¿Qué estoy haciendo mal? Nos llega el cansancio en algún momento de la competencia y a ellos nunca les llega”.

Los mismos cuestionamientos se hacían otros atletas de élite alrededor del mundo. De repente, como un tablazo en la cara, todos se enteraron de que los deportistas rusos eran sometidos a un dopaje de Estado. Que muchas de las medallas obtenidas en Campeonatos Mundiales y en Juegos Olímpicos de Invierno y de Verano buscarían herederos algunos años más adelante.

Eder es uno de esos atletas a los que la lucha antidopaje reivindicó. Aunque se enteró de su nuevo lugar en el podio de una forma extraña: fue informado por la Federación Italiana de Atletismo (donde tiene muchos amigos) que era merecedor de una medalla que se entregaría el domingo 13 de agosto, a las 5 de la tarde, frente al Palacio de Buckingham. El mensaje siguió esa vía, por el distanciamiento de la Federación Mexicana con muchos de sus atletas, la mayoría de ellos, críticos de la gestión del recientemente encarcelado, Antonio Lozano.

La voz, de cualquier modo, está llena de emoción: “Estoy muy contento con el tema de la premiación, y muy emocionado. La IAAF está reconociendo mi trayectoria. Ha sido algo muy difícil en las que me he enfrentado a todo. En este caso, al dopaje y me van a hacer remontar”.

En Londres, Sánchez no sólo se sacará las fotografías de la medalla. También competirá en la prueba que lo ha marcado desde hace muchos años como favorito: “Después de una situación de altibajos en mi carrera deportiva. Tuve muchísimas complicaciones, como lesiones y operaciones que me dejaron fuera del primer nivel de la marcha mundial. Esto llevó a la duda a varias instituciones, de las cuales se me retiró todo apoyo. Ofrezco a la Secretaría de Marina representarlos y desde entonces volví. Necesitaba el respaldo de una institución y han sido Conade y la Marina. Nunca dudé de mis capacidades, pero cuando hay trabas en el camino es muy difícil sobresalir”.

Hoy Sánchez está de vuelta. El pasado le colgará una medalla de plata, pero minutos antes, tendrá la oportunidad de enriquecer su presente en la caminata. Los 20 kilómetros de Londres ya esperan a Eder. También un podio extemporáneo.

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