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Espinal: "Vuelvo para jugar el Nacional de Clubes"

Benjamín Espinal jugará tres meses en Stade Francais Getty

BUENOS AIRES-- Todavía no puede tomar conciencia de todo lo que está viviendo y lo aclara antes de subir al avión que lo llevará a París para unirse a las filas del Stade Français como joker médico en los próximos tres meses. Benjamín Espinal salió campeón con Belgrano del Top 14 y una semana después armó las valijas para irse a Francia.

“Es un gran año, una gran semana. Me había mandado un audio Gonzalo Quesada el sábado a la mañana, después fui hablando en la semana y el jueves me terminó de cerrar todo y tomé la decisión”, le cuenta a Scrum el pilar, sobre la negociación con el actual entrenador de los parisinos. Una vez que llegue a destino se hará la revisación médica y firmará el contrato con el Stade.

Esta experiencia para el primera línea tiene como objetivo “aprender, mejorar, medirme, ver qué sucede. Es una oportunidad única que apareció, había que aprovecharla y dije ‘es ahora o nunca’”. El contrato será por tres meses y con la opción de extenderlo un mes y medio más, pero para Espinal, de 25 años, la consigna es clara: “La idea es irme y volver a jugar el Nacional de Clubes”.

La historia de Benjamín Espinal con el rugby se remonta a su Mar del Plata natal donde comenzó a jugar en su ex colegio, el Trinity, que luego se unió a Universitario de Mar del Plata. En 2009 decidió irse a estudiar a Buenos Aires y recaló en Belgrano por algunos conocidos que ya estaban en el club y en 2014 hizo su debut en la primera de BAC, nada menos que ante Hindú, por el Nacional de Clubes.

No hubo tiempo para hablar con otros jugadores o amigos que estén en el Viejo Continente, “sólo hablé con Gonzalo Quesada”, aclara con el cansancio a cuestas de una semana distinta en su vida. La idea de jugar en el exterior no era algo que le impidiese el sueño, pero sabía lo que quería: “Si se me daba, bienvenido, sino estaba todo bien. Por eso estoy feliz, algo medio pelo no quería”.

Se está por subir al avión, de fondo se escucha el llamado para el embarque: “Todavía no caigo”, cuenta antes de irse. “Estoy con la sonrisa del campeón”, admite y se va a París donde lo espera un nuevo desafío.