Una patriada muy complicada

Argentina se juega su chance de pasar por segunda vez a la final de la Copa Davis. La cita pinta muy complicada porque será en Rusia, sobre una rápida carpeta sintética y frente a dos top-ten, ambos ex número uno del mundo

A TODO O NADA:
Juan Ignacio Chela, uno de los singlistas de Argentina, es un especialista en canchas rápidas.
BUENOS AIRES -- El gran momento. Se acerca la hora tan esperada para el tenis argentino. La principal potencia masculina de América Latina de todos los tiempos se juega su chance de pasar por segunda vez a la final de la Copa Davis. La cita pinta muy complicada porque será en Rusia, sobre una rápida carpeta sintética y frente a dos top-ten, ambos ex número uno del mundo. Pero nunca mejor la frase "la esperanza es lo último que se pierde".

Hay algunos aspectos a tener en cuenta en esta cruzada del equipo sudamericano: nunca ganó una serie tan importante de visitante y, por supuesto, fuera del lento polvo de ladrillo. Es más: en las cuatro semifinales en las que fue superado, jamás obtuvo más de un punto de los cinco en juego. Y el dobles solamente lo logró en la histórica semi de 1981, en Buenos Aires, cuando aplastó a Inglaterra por 5 a 0 y luego cayó en la finalísima contra Estados Unidos, en Cincinnati, por 3-1.

Que los números del pasado son duros. Es cierto. También hay que ver que Rusia lleva seis triunfos al hilo como local y la última derrota en su casa la sufrió en la definición de 1995, ante Estados Unidos, liderado por el genial Pete Sampras, incluso en arcilla. Pero si bien el choque tiene sabor a muy difícil, Argentina quiere prolongar su mejor racha histórica en la Davis, ya que acumula seis victorias consecutivas, desde octubre del 2000. Todos los triunfos fueron en arcilla y cinco los logró en casa.

De todas maneras, el gran salto de calidad de sus jugadores permite que, por estas horas, no suene irrisorio pensar en un posible paso a la final. Por algo, este año los varones lograron siete títulos y una formación diferente a la actual obtuvo la Copa del Mundo en Düsseldorf, contra Rusia en la final, aunque en polvo de ladrillo.

Repetimos: Argentina, sobre todo por la ausencia clave de Guillermo Cañas, su figura, N° 15 del ranking ATP y que iba a jugar dos singles y el dobles, no es candidata a lograr el soñado pasaje. Pero hay que valorar el gran progreso de sus jóvenes jugadores, en especial en esta temporada y también en canchas rápidas, ya que de otro modo estaríamos ante una muy escasa posibilidad de volverse con un triunfo desde la lejana y fría Moscú.

MUCHO POR GANAR
Sin dudas, Argentina tiene mucho por ganar en este choque copero. Luego de una década de andar sin pena ni gloria por la Zona Americana (la Segunda División), este acceso a las semifinales ya forma parte de una realidad de primer mundo. Compartir un lugar entre los mejores cuatro equipos del 2002 junto con Rusia, Estados Unidos y Francia significa un lujo.

Atrás quedaron dos victorias claras pero a la vez sufridas sobre Australia y Croacia. Sin ir más lejos, el triunfo contra los australianos ya había provocado el respiro de asegurarse la permanencia entre los 16 mejores para el año próximo y se evitó ir al repechaje. Claro que después el triunfo ante los croatas era casi una obligación, por la localía y la diferencia de adaptación entre los jugadores de ambos conjuntos a la cancha tan pesada preparada en Buenos Aires.

Por eso, no haberse cruzado en la primera rueda con Lleyton Hewitt y esa Australia versión superpotencia fue una puerta abierta, que se supo aprovechar a la perfección. Argentina encontró la llave del éxito con variantes en los singles y una pareja sólida. Igualmente, ahora la historia, al menos en los papeles, es muy diferente.

Sin Cañas (lesionado en la muñeca derecha), el equipo igual se presentará con dos individuales que merecen respeto: Gastón Gaudio (21° del mundo) y Juan Ignacio Chela (22°). El capitán, Alejandro Gattiker, optó por dejar afuera de un single del viernes a David Nalbandian (18°) para cuidarlo con vistas al dobles del sábado en compañía de Lucas Arnold (había hecho dupla con Cañas en los dos triunfos anteriores).

Esta apuesta es la chance que más se preveía desde que se inclinó por llevar a Chela, con la alternativa de tener a tres singlistas de peso -una premisa del capitán-, en lugar de haber apostado al doblista Gastón Etlis. Ya se dijo, desde este espacio, que parecía más conveniente haber reforzado el dobles con Etlis para jugar con Arnold, porque además el propio entrenador sostuvo que pretendía pelear con firmes chances los cinco puntos.

La muy buena actuación de Chela en el US Open, cuando arribó a los octavos de final luego de superar al inglés Tim Henman (lesionado) y de hacerle un gran partido al local Andy Roddick, lo convenció por no descartar el momento del Flaco, que además venía de llegar a la final en Long Island, también sobre cemento.

UNA APUESTA CON VARIANTES
Esta elección tiene el riesgo directo de quitarle nivel al dobles, más allá de que Nalbandian, por su magnífica devolución de saque y su versatilidad, pueda acoplarse bárbaro a un Arnold que, de antemano, parece garantizar un nivel elevado. Ambos tienen armas similares, con las que buscarán hacerles frente a los monstruos rusos Marat Safin (4°) y Yevgeny Kafelnikov (7°), quienes también estarán en los singles.

Más de uno podrá sostener que si solamente llevaba a Nalbandian y a Gaudio, al mínimo malestar físico, el equipo hubiera tenido que resignar su suerte poniendo a Etlis o a Arnold en un individual. Pero así había menos huecos por donde podían entrar los locales, ya que se hubieran fortalecido todos los puntos.

Igual, como Nalbandian nunca jugó la Davis y fue eliminado dejando una pobrísima imagen en su debut en el US Open, tampoco es tan criticable, al fin de cuentas, el hecho de que apueste al presente de Chela, quien creció notablemente en los últimos meses.

Lo concreto es que ninguno de los dos singlistas que jugarán el viernes, Gaudio y Chela, cuentan con antecedentes valiosos en carpeta sintética. Para suerte del equipo, la cancha puesta en escena por los rusos es menos veloz de lo vertiginosa que los argentinos se habían imaginado. Tanto Gaudio como Chela se adaptan bárbaro al cemento, donde lograron triunfos importantes en los dos últimos años.

Aunque es Nalbandian, con el ejemplo de su escalada hasta la final de Wimbledon, el que mejor se movió en una superficie tan rápida, donde la pelota pica muy poco y hay que jugar bastante agazapado.

Es muy probable que Gattiker, de acuerdo a lo que vea en los dos singles del viernes y en el dobles del sábado, haga un cambio y ponga a Nalbandian en un individual de la jornada de cierre. Si Gaudio o Chela no lo conforman, quizá busque una alternativa para el domingo. Suena bastante lógico, aunque habrá que ver cómo se van dando las cosas.

El capitán argentino prefería que el choque entre Gaudio y Kafelnikov -el primer día se enfrentan cruzados los números uno y dos de cada formación- abriera la eliminatoria. Gaudio le ganó a Kafelnikov en Miami, en el 2001, sobre cemento, en el único enfrentamiento entre ambos. Si bien este último es el hombre a vencer porque no venía derecho, será el jugador con más títulos (logró 26 y dos de ellos son de Grand Slam, Roland Garros 96 y Australia 99) de los que saldrán a la cancha.

Sin embargo, Kafelnikov consiguió un respiro a última hora: acaba de salir campeón en Tashkent, sobre cancha dura, donde además sufrió una lesión en el dedo anular de la mano izquierda, lo que podría traerle complicaciones a la hora de pegar el revés con las dos manos. El otro cruce, Chela-Safin, no hay dudas de que hubiese sido mejor en segundo turno, porque el argentino, que no anduvo bien en la serie ante Croacia (por nivel y actitud), podría entrar muy motivado en el caso de una victoria de su compañero.

De cualquier manera, a Gaudio siempre le gustó salir segundo al ruedo. Hasta ahora, aunque enfrentó a adversarios accesibles, dejó una estupenda impresión en la Copa: ganó los nueve partidos que jugó, todos en condición de local y sobre polvo de ladrillo. Ese es el fuerte que presenta el Gato, quien no anduvo muy bien en los últimos meses en el circuito. La mejor muestra fue el reciente Abierto de los Estados Unidos: luego de dos victorias previsibles, se despidió con una durísima caída ante el norteamericano Jan-Michael Gambill.

Está claro que el panorama resulta complejo. La muy poca experiencia de los argentinos en una superficie veloz y en un estadio bajo techo son las condiciones que inclinan la balanza en favor de los rusos. Además, la presencia de Safin (campeón del US Open 2000 y finalista esta temporada en Australia) representa una barrera alta que deben sortear los visitantes, con el agravante de tener que enfrentar a Kafelnikov en su mejor piso.

El rendimiento del Doctor K mermó bastante últimamente, pero en cancha sintética y cubierta es uno de los tres jugadores con más partidos encima: ganó el 75% de sus encuentros, con casi 150 victorias. El ítem que puede depararles un alivio a los argentinos es que ambos rusos son irregulares, toman demasiados riesgos permanentemente y, cuando no están con tanta precisión y confianza, se equivocan mucho más de la cuenta.

Por eso, llega la hora señalada. Pasaron más de cinco meses desde el triunfo sobre Croacia, que le dio a Argentina el boleto para ir a Rusia. Ahora los sudamericanos deberán estar a la altura de las circunstancias, lo que en este caso equivale a decir que todos deberán rendir al menos nueve puntos para intentar la hazaña. Que no es utópico que pueda concretarse. Aunque habrá que sobreponerse a varios obstáculos importantes.

El desafío se pone en marcha. Vale la pena alentar, a la distancia, al cuarteto argentino que busca entrar aún más en la historia grande del tenis. Un país estará pendiente de lo que ocurra en Moscú. Se abre el juego, nomás.

GUSTAVO GOITÍA es periodista especializado en tenis desde 1989. Se desempeñó como redactor en el diario La Nación, la revista VIVA de Clarín y el diario deportivo Olé, todos de Buenos Aires, y además fue comentarista en el canal TyC Sports. Actualmente es redactor del diario Clarín y columnista de ESPNdeportes.com.

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