Dio un golpe grande, pero no se la cree. El alemán Alexander Zverev, que conquistó este domingo su primer Masters 1000, al ganarle al serbio Novak Djokovic en Roma, reconoció que jugó "uno de los mejores partidos" de su vida y admitió que una vez instalado entre los 10 primeros del mundo le resultará duro mantenerse en la elite de la ATP.
El alemán calificó de "fantástico" llegar a ser Nº10 del mundo, el más joven en meterse ese lote desde que lo hiciera el argentino Juan Martín del Potro, también con 20 años recién cumplidos, allá por octubre de 2008.
"No me imaginaba ser Nº10 con 20 años. Además acabo de cumplirlos. Es algo fantástico, creo que será difícil quedarme entre los mejores diez. Estar allí es una cosa. Quedarme en el Top 10 será complicado", declaró el hermano menor de Mischa, verdugo del escocés Andy Murray, actual Nº1, en el Abierto de Australia de enero pasado.
"Estoy muy satisfecho de cómo jugué en Roma, muy feliz por mi actuación durante toda la semana y especialmente en la final. Jugué uno de los mejores partidos de mi vida, justo ante Djokovic", agregó.
El tenista de Hamburgo destacó que tenía que "ser agresivo desde el primer punto hasta el último" y se alegró por "no permitir" a su rival "entrar en el partido". Así, Zverev se convirtió en el primer jugador nacido en los años '90 en obtener un Masters 1000 y se alegró por representar a la "nueva generación".
"Ahora soy el más joven en ganar un Masters 1000. Es bueno, también para el circuito, que haya jóvenes jugadores y jugadoras que pueden competir en el alto nivel. Aunque, como he dicho muchas veces, lamentablemente los cuatro más grandes no pueden jugar eternamente", dijo.
Se viene Roland Garros, el segundo Grand Slam de 2017 y ahora Alexander Zverev mostró su deseo de poder competir como lo hizo en el Abierto de Italia. "Antes de esta semana pensaba que tenía cero posibilidades. Demostré que puedo ganarles a los mejores jugadores en los grandes torneos. Ojalá pueda seguir así en París", remarcó.