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El final de la película para Rafa y Toni Nadal

"Hemos practicado a un nivel muy alto para este evento. Si la rodilla de Rafa se mantiene firme, esperamos buenos resultados", con estas declaraciones de ocasión a la prensa, Toni Nadal anunciaba el principio del fin. De su fin.

Si bien el jugador se retiró de las Finales ATP de Londres (consumada la derrota ante Goffin) y no volverá a ver acción hasta 2018, para el coach llegó el momento de pasar a cuarteles de invierno definitivamente.

Fue el punto final a la que posiblemente sea la relación jugador-entrenador más exitosa quizás de la historia del tenis con un palmarés de 75 títulos (16 de ellos Grand Slams), 161 semanas como número 1 del ranking mundial, dos Oros Olímpicos y cuatro Copa Davis.

Pese a algún que otro cortocircuito son familia y eso es indisoluble hasta pasada la relación laboral. Por eso, no hubo mucho que explicar para sumar al grupo de trabajo de "los Nadal" a Carlos Moyá y Francisco Roig, y con ello un soplo de aire fresco.

Con la tranquilidad de un viejo conocido al lado de su pupilo, "el tío Toni" vio que su tarea estaba cumplida. Dejar de viajar tanto para centrarse en la Academia de Rafa en Mallorca y estar más cerca de su familia serán los próximos objetivos del entrenador.

Y encima se separan en un año de "renacimiento" para Rafa. Un volver a ser. Una temporada que ha incluído nada menos que dos victorias en Grand Slam (Roland Garros y US Open), dos Masters 1000 (Monte Carlo y Madrid) y dos ATP 500 ( Barcelona y Beijing).

"Rafael logró mucho este año. Terminando el año en el Nº1, ha sido una muy buena temporada para nosotros. Estoy orgulloso de las victorias, pero también de su nivel de juego. Lo extrañaré porque son muchos años haciendo esto. Le estoy muy agradecido por la posiblidad de haber vivido todo lo que he vivido", confesaba Toni.

Seguramente Rafa piensa lo mismo.