Tenis
Pam Shriver
Analista de tenis
6y

Shriver: Recordando los buenos tiempos con Jana Novotna

El anterior domingo, en la mitad del día, recibí un mensaje de texto de mi vieja compañera de dobles, Martina Navratilova, en el que me pedía que la llamara. Era una petición extraña, y sentí que el llamado no traería buenas noticias.

Martina, cabeza de un talentoso grupo de jugadoras nacidas en la República Checa, estaba devastada: "Jana Novotna murió hoy... Tenía sólo 49 años", me dijo. Le hice algunas preguntas más, pero la conversación fue una de las más breves y una de las más tristes que he tenido con Martina.

Jana eligió vivir su viaje contra el cáncer con mucha privacidad. Sólo sus familiares y sus amigos más cercanos sabían que su vida terminaría pronto.

Yo no sabía que Jana estaba tan enferma. Mi primera reacción a la tristeza fue evocar mis mejores recuerdos de ella, desde la primera vez que jugamos una final de singles sobre césped, en Brisbane hace unos 30 años, hasta nuestra maratón a la final de dobles en Seúl en 1988.

Compartimos la cabina de prensa de la BBC hace 15 años y participamos juntas en algunos eventos de caridad, desde el mío en Baltimore hasta el de Chris Evert en Florida, además de diversos eventos de caridad del Tour.

Recuerdo la última vez que estuve en la cancha con ella, en un torneo de dobles por invitación en Wimbledon. Además, estuve con ella en varias reuniones de la WTA durante estos últimos años. Ella era una de las pocas personas fuera de mi familia que me llaman Pammy. Jana tenía una sonrisa que fácilmente borraba su seriedad competitiva. Su sentido del humor era tan subestimado como su slice de revés.

Para quienes siguen el tenis profesional, Jana seguramente será recordada por uno de sus famosos colapsos en la final de un torneo de Grand Slam, cuando tenía una ventaja de 4-1 sobre Steffi Graf (y el servicio) en Wimbledon en 1993. Jana perdió ese partido, y después se echó a llorar sobre el hombro de la duquesa de Kent en la cancha central. Fue un momento devastador para ella, quien había desaprovechado el punto más importante de su carrera. Pero este traspié sólo endulzó la historia cuando finalmente lo logró.

Cinco años más tarde, Jana ganó Wimbledon. No recuerdo un vestuario más popular. Todas creíamos que había manejado su colapso contra Graf de la mejor manera posible. Merecía ganar un título de singles en Wimbledon. Y lo consiguió. Además, ganó 12 torneos de Grand Slam en total, contando los dobles.

Tras haber perdido a mi única hermana mayor por cáncer, hace 20 años, así como a mi esposo (hace 18 años) y a mi padre (hace casi 12) por la misma enfermedad, puedo comprender el enorme dolor por el que están pasando la familia y los amigos más cercanos de Jana en este momento. Todavía no puedo creer que nos haya dejado tan pronto.

La familia de la WTA está en estado de shock, ya que Jana vivió sus últimos meses cerca de su familia en la República Checa, optando por una despedida más privada. Ahora todos podemos rendir homenaje a su camino valiente, y decirle, "Gracias, gracias, gracias, Jana Novotna, por todo lo que nos enseñaste y lo que hiciste por nosotros".

Dios te bendiga, amiga. Te voy a echar de menos.

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