"Una cosa es que el público se posicione con la otra jugadora y otra muy distinta es que te deseen que se mueran tus padres". Con esas palabras Caroline Wozniacki se fue decepcionada con el público de Miami.
Tras caer eliminada en su debut ante Mónica Puig, la danesa se despachó con furia: "Obviamente, no es agradable tener que estar escuchando continuamente cosas desagradables".
Por su parte, James Blake el nuevo director del torneo se estrenó con una situación que salió a aclarar antes que se convierta en una bola difícil de detener: "La seguridad del torneo y el personal de la WTA nunca fueron testigos de amenazas específicas contra Wozniacki, su familia o equipo".
Después de la denuncia de la jugadora, el estadounidense ha emitido un comunicado declarando que la organización en ningún momento escuchó ningún insulto y que, de haber sido así, hubiera actuado de inmediato.