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La búsqueda sigue por mal camino. Serena Williams, desde su vuelta al circuito ya en condición de madre, no logra ganar otro Major y así igualar el récord histórico, en poder de Margaret Court, de 24 títulos de Grand Slam. Así y todo, la estadounidense, de 37 años, se tiene fe y cree que en cualquier momento volverá a cantar victoria y a escribir otra página gloriosa en su magnífica carrera. La increíble derrota en cuartos de final del Abierto de Australia, ante la checa Karolina Pliskova, será difícil de digerir. Igualmente, Serena, con una mentalidad tan ganadora, es consciente que debe hacerse más fuerte que nunca y no desesperarse para tratar de llegar a la ansiada copa que busca. "No me gusta poner excusas; ella jugó mejor", dijo en Melbourne, dolida, pero a la vez sincera Paso a paso, la estadounidense, a base de potencia y una cabeza firme, fue haciendo historia. En 2016 sufrió dos golpes en busca de igualar el récord de la era abierta al profesionalismo, que tenía la alemana Steffi Graf, con 22 coronas en Majors. Primero perdió la final en Australia ante otra germana, Angelique Kerber, y después cayó en la definición de Roland Garros a manos de la española de origen venezolano Garbiñe Muguruza.  El desahogo llegó en Wimbledon, con victoria sobre Kerber, para empatar el registro de Graf. Desde ese momento, quiso más y el 23°, para superar a la alemana, se puso en su horizonte. Pero en semi del US Open cedió ante Karolina Pliskova. Y ya en enero de 2017 se le dio en Australia, al derrotar a su hermana mayor Venus, para concretar esa meta. Se supo después que jugó ese torneo estando con algunas semanas de embarazo. Allí debió parar, nació su hija y entonces se quedó afuera del circuito, no pudiendo disputar cuatro Majors al hilo. Volvió en París, en 2018, pero no pudo enfrentar a la rusa Maria Sharapova en octavos por un problema físico. Ya en Wimbledon estuvo a un triunfo de la nueva hazaña, la de alcanzar a Court, quien obtuvo 24 Grand Slam entre la era amateur y la profesional. Pero cedió ante Kerber en la final y posteriormente fue superada por la japonesa Naomi Osaka en el choque decisivo del US Open, con escándalo incluido con el juez de silla, con reproches y actitudes criticadas por la mayoría de los colegas, la prensa y el público. Ahora, cuando parecía tener sellado su boleto a semifinales en el Abierto de Australia, con ventaja de 5-1 y cuatro match points, se desinfló y Pliskova la dejó afuera. “No es fácil para mí pasar por esta situación, pero me gustó mucho mi actitud. El gran objetivo siempre es ganar el título, no sucedió esta vez ni tampoco desde mi regreso, pero voy a seguir intentándolo. Tarde o temprano sé que volveré a ganar. Ahora mismo la siguiente oportunidad de lograr ese 24º Grand Slam será en Roland Garros, pero sé que todavía hay muchas cosas que hacer hasta llegar ahí”, expresó. Sin dudas, el desafío, con muchos problemas, sigue en pie. Tiene experiencia y nivel para intentarlo una y otra vez más. Sólo ella tiene la respuesta...
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