El sueco Johansson alcanza la final

Se medirá al ganador de la semifinal entre el ruso Marat Safin y el alemán Tommy Haas

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Pese a hacer esta maravilla frente al alemán Haas, el chileno Marcelo Ríos quedó eliminado del Abierto de Australia
(Reuters)
Melburne (Australia) (EFE).- Thomas Johansson, tenista sueco de 26 años, alcanzó hoy su primera final de un Grand Slam al vencer en Melburne al checo Jiri Novak, por 6-7 (5-7), 0-6, 4-6, 6-3 y 6-4.

Johansson, decimosexto favorito, necesitó dos horas y 51 minutos y cuatro bolas de partido para doblegar a Jiri Novak (23), y obtener su tercera victoria en cuatro encuentros.

El momento definitivo se produjo al romperle su servicio en el definitivo décimo juego del último set, cuando el jugador de Zlin envió una derecha fuera de los límites de la pista.

Tras lograr el punto más importante de su carrera, Johansson lanzó su raqueta al aire y se sumó a la fiesta en las gradas, donde una multitud de seguidores suecos, con pelucas y las caras pintadas no habían cesado de animarle durante el encuentro.

"Estuve luchando hasta el final, y doy las gracias a todos los seguidores que me han apoyado", señaló el primer finalista, "ahora me tengo que preparar bien para el domingo, practicaré y descansaré para intentar estar listo", dijo Johansson, que ahora espera al desenlace del encuentro de mañana entre el alemán Tommy Haas y el ruso Marat Safin para saber quien será su rival.

"No obstante, este es un sueño que se ha hecho realidad por fin", dijo el sueco, que sigue los pasos de su compatriota Thomas Eqnvist el ultimo nórdico que disputó la final en Austrlia hace dos años.

Johansson, además se ha convertido en el siguiente sueco después de Magnus Norman (Roland Garros en 2000) que logra la final de un grande.

Novak, que soñaba en convertirse en el primer checo que alcanzaba la final desde que Petr Korda ganó aquí en 1998 al derrotar al chileno Marcelo Ríos, vio anuladas sus esperanzas en el décimo juego del quinto set.

Salvó las tres primeras bolas de partido con una gran frialdad, pero quiso arriesgar en la última y lo pagó caro

- EFE

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