Clijsters buscaba venganza después de caer ante Capriati en la final de Roland Garros el pasado año, pero sucumbió ante la número uno del mundo por 7-5, 3-6 y 6-1, en una hora y 37 minutos.

Seles tampoco tuvo opción en el tercer set y después de una hora y 40 minutos se inclinó ante Hingis por 4-6, 6-1 y 6-4.

La final se disputará este sábado a partir de las 2:30 gmt. Mañana, a partir de las 4:00 gmt el alemán Tommy Haas y el ruso Marat Safin lucharán por un puesto en la masculina.

La gran seguridad en sus golpes (sólo 12 errores no forzados por 49 de su rival) proporcionó a Hingis el billete a la final de este torneo por sexta vez consecutiva (ganó las de 1997-98-99, y fue finalista en el 2000 y 2001) y la posibilidad de acabar con su mala racha en el Grand Slam (el último de sus cinco grandes lo ganó aquí en 1999).

"Me siento mejor que en los últimos dos años y creo he vuelto donde debía estar", comentó Hingis tras acabar con Seles y conseguir su decimotercera victoria en 17 encuentros, "ahora es el momento de colocar el pasado detrás y además me siento capaz de ganar de nuevo".

El positivismo de Hingis está de acorde con su recuperación tras ser operada de tres ligamentos en su tobillo derecho en octubre del pasado año al lesionarse en Filderstadt.

Volvió al circuito hace dos semanas y ganó el torneo de Sydney (su título 39) al vencer a la estadounidense Meghan Shaugnessy en la final. Y ahora se ha plantado de nuevo en la final individual de Melburne y también en la de dobles, junto con la rusa Anna Kournikova.

"Creo que voy de nuevo hacia adelante y que además estoy jugando mejor que nunca", comentó, "siempre hay gente que vuelve y que quiere demostrar que hay una posibilidad, como le sucedió a Agassi, o a otros tantos, que estuvieron unos años fuera y luego ganaron torneos del Grand Slam otra vez".

A pesar de todo, Hingis necesitó dos bolas de partido para rematar a Seles, después de fallar un fácil remate con toda la pista a su favor. "Quizás no fallaba uno así desde que tenía tres años", dijo, "los nervios son algunas veces parte de este juego". Seles admitió que el juego de Martina fue insuperable. "Creo que ha sido más consistente durante el encuentro y que yo he cometido demasiados errores no forzados en los momentos clave", aseguró, "pero no he jugado bien desde que tuve mi lesión en el pie y hasta que no corte mi racha de errores no podré tener buenas victorias", explicó.

Hingis y Capriati se han enfrentado en ocho ocasiones con 5-3 para la actual número uno del mundo, que además ha ganado las tres últimas el pasado año. La americana vuelve a la final donde todo empezó para ella el año pasado. Aquí conquistó su primer título grande al que siguió después el de Roland Garros. También fue semifinalista en Wimbledon y en el US Open, además de ganar el título en Charleston.

El partido contra Clijsters fue una exhibición de poderosos golpes de fondo y un generoso despliegue físico por ambas.

La belga mantuvo el tipo durante los dos primeros sets, y no se inmutó al recibir una advertencia de la juez de silla por abuso de tiempo, cuando se aproximó a su silla para tomar la herramienta para colocar las cuerdas en el primero. No obstante, se hundió en la tercera manga, hasta acumular 46 errores no forzados, debido al combativo espíritu de Jennifer.

"Capriati es una gran luchadora, lo probó en Roland Garros y cada vez que me enfrento con ella lucha de forma increíble", dijo Clijsters, "definitivamente es la primera de la lista en cuanto a las luchadoras".

"Me he probado a mí misma lo que valgo al llegar de nuevo a la final", comentó Capriati, "pero no quiero detenerme aquí. Ahora lo único que quiero es salir y encontrar mi juego y creo que contra Hingis será un gran partido".