Preparando sus raquetas y mirando de refilón a sus rivales, Albert Costa comentó que se sentía impresionado por el día que había vivido hoy. Y no era para menos.

El ayuntamiento de la ciudad deparó a los ocho jugadores un agasajo, largo, agotador, pero muy difícil de olvidar, pues primero les vistió con un traje típico cantonés y luego le colocó en coches individuales recorriendo Shanghai y provocando un caos circulatorio, porque a cada metro que avanzaban el público se volcaba con ellos entusiasmado.

La comitiva alcanzó las orillas del río Huangpu, donde tras la foto oficial con los impresionantes edificios del centro comercial de Pudong a sus espaldas, los ocho maestros lo cruzaron en una especie de minisubmarino.

"Creo que el hecho de estar aquí es un premio" razonó el campeón de Roland Garros, "y todo lo que venga después es un bonus", añadió Costa, que mañana martes debutará contra el número uno del mundo, el australiano Lleyton Hewitt.

"Me siento muy bien físicamente y voy a intentar disfrutar, aquí todos somos muy buenos y cualquiera puede ganar", dijo el ilerdense con total confianza. "Hay tan poca diferencia entre todos los que están aquí que da igual empezar con Hewitt, con Moyá o con Safin. Lo que hay que intentar es ganar el primer partido".

Costa, además de luchar contra sus rivales, tendrá que hacer frente a su aversión a las pistas cubiertas, en donde ha cosechado sus peores registros. "Soy consciente de lo que he hecho hasta ahora pero si juego motivado y con ganas puedo ganar a cualquiera.

Me gustaría mucho más que fuera en tierra pero como no es el caso, intentaré jugar lo mejor que pueda aquí, y lo demás ya vendrá", comentó.

Para Carlos Moyá los mejores ánimos le llegaban de sus padres y de su novia, la periodista Patricia Conde, quien no paraba de grabar en vídeo y de inmortalizar con su cámara los momentos de colorido.

El mallorquín, finalista en 1998, comentó que la experiencia será algo muy a tener en cuenta. "Siempre te da un poco de experiencia saber que has sido capaz de hacerlo antes y te proporciona motivación y confianza, pero eso fue hace cuatro años", admitió Moyá que esta temporada ha ganado cuatro títulos.

"Esta es una competición diferente, yo diría que es la única del mundo en la que puedes perder un partido y ganar el torneo luego. Un despiste se puede pasar por alto, pero este año he ganado a los cuatro primeros jugadores del mundo, a alguno de ellos en pista rápida e incluso en cubierta, y eso da mucha confianza también", añadió Moyá, que abrirá el torneo contra el ruso Marat Safin, su verdugo en París, donde se ganó el derecho por méritos propios para estar aquí.

"Saber que el ultimo torneo (París) estabas fuera y ganando al defensor del título (Grosjean) y en su casa, y salvando seis bolas, y luego derrotar a Agassi en cuartos da mucha confianza, pero conmigo ya se sabe que puede pasar de todo. Esperemos que esta semana sea lo mejor", aventuró Moyá.

Respecto a Safin, impresionante de forma tras alzarse con el título en Bercy, dejó entrever sus dudas.

"Hubiese preferido empezar con otro, esa es la verdad, porque de los que hay aquí es el jugador que te da menos ritmo. Estas más a su merced porque si tiene su día no te deja hacer tu juego, te presiona mucho y es muy completo, pero un Masters no puedes esperar un partido fácil, aunque hubiera preferido tener algo de más ritmo el primer día", dijo.

"Pero estar en el Masters es un premio a una gran temporada y cualquier cosa que haga aquí ya será de más. Intentaré despedir el año de la mejor manera posible", añadió el mallorquín.

Par Juan Carlos Ferrero también el recuerdo de sus semifinales el pasado año en Sydney parece obrar milagros. "Haber jugado ya un Masters me da mucha experiencia porque ya se lo que es perder el primer partido y jugar luego mejor y clasificarme para las semifinales ganando a jugadores tan buenos como Kuerten e Ivanisevic", dijo el valenciano al hacer memoria.

"Llego aquí sabiéndolo y con confianza, y dándome cuenta que si estoy tranquilo puedo hacerlo muy bien", añadió el de Onteniente, que se enfrentará en el último partido de la jornada con el suizo Roger Federer.

"El grupo es difícil, tanto como el otro, y Federer tiene muchísima calidad con todos sus golpes, saca y volea muy bien y de fondo ha mejorado muchísimo, apenas falla", añadió Ferrero. "Tiene una gran derecha parecida a la de la gente española, con bastante efecto y el partido con él será difícil".

"La gente se debe dar cuenta y dejar aparte de una vez que los españoles solo juegan bien en pistas de tierra. Esto ya ha quedado atrás, lo hemos demostrado al final de la temporada cuando hemos tenido la obligación de ganar los puntos", recordó el finalista de Roland Garros.