El número uno del mundo nunca pasó de los cuartos de final de Roland Garros y sabe que le supondrá un enorme esfuerzo adjudicarse el torneo y transformarse en el primer australiano en obtener el prestigioso trofeo desde 1969, cuando lo ganara el legendario Rod Laver.

"Es un gran reto y siempre me han gustado los desafíos. Pero no sé si alguna vez ganaré Roland Garros y si podré llegar a tener la destreza para desempeñarme con éxito sobre pistas de tierra batida. Quién sabe. De cualquier manera, lo intentaré", manifestó Hewitt.

Hewitt, que comenzó a pulir su juego sobre tierra batida disputando la Copa del Mundo de Equipos celebrada en Duesseldorf, admitió sentirse en desventaja sobre dicha superficie.

"El no haber nacido jugando sobre pistas de polvo de ladrillo significa que toma tiempo adaptarse a las mismas, pero, de cualquier manera, disfruto hacerlo sobre ellas. Se necesita elaborar una estrategia determinada y tener paciencia suficiente para alcanzar las metas que uno se propone", añadió el australiano.