Mantilla: el campeón menos pensado

El español derrotó en la final al suizo Roger Federer (n.4), por 7-5, 6-4 y 7-6 (8), en 2 horas y 40 minutos, y ganó el torneo de Roma

ROMA -- El español Félix Mantilla derrotó en la final al suizo Roger Federer (n.4), por 7-5, 6-4 y 7-6 (8), en 2 horas y 40 minutos, y ganó el Masters Series de Roma, el más importante de su carrera, y dotado con 2.200.000 dólares en premios.

Con su triunfo, Mantilla, que no ganaba un torneo desde Palermo en el 2001, se adjudicó un cheque de 400.000 dólares, 100 puntos en la Carrera de Campeones y 500 en la Lista de Entradas.

Mantilla (n.47 del mundo), el "Gladiador del Foro", como él mismo se autodenominó, afrontó la final con unos pronósticos poco favorables ante Federer (n.5 del mundo). Su triunfo, no obstante, ha sido tan inesperado como merecido.

El español, que en septiembre cumplirá 29 años, ha disputado una semana magnífica, quizás la más importante de su carrera. Ha ido "in crescendo" según pasaban los turnos, y pese a su enorme desgaste físico ha terminado incluso arrollando en la final.

Y es que Mantilla, bajó un calor sofocante, dominó a Federer de principio a fin. Su táctica estaba claro que consistiría en detener el primer saque de su rival, castigar el revés del suizo (su golpe más débil), mantenerle en el fondo de la pista y alargar los puntos para desgastarle físicamente.

Y a fe que lo consiguió Mantilla, cuyo tenis de lucha y corazón -como a él le gusta decir-, y de "vaciarse sobre la pista", aunque sin olvidar sus buenos golpes, fue minando la moral y la resistencia de un Federer que sólo se mantuvo en igualdad durante los once primeros juegos del partido, en los que cada jugador conservó su servicio.

En el duodécimo, Mantilla rompió el saque de Federer y se alzó con el primer set por 7-5. El español había aprovechado la que era su hasta entonces segunda bola de toda la manga para hacerse con el servicio rival, mientras que había anulado siete que había tenido el suizo.

En el inicio del segundo se produjo un cierto relajamiento de Mantilla, que cedió su saque en el primer juego, situándose luego Federer con un favorable 2-0. Pero el relajo fue momentáneo, pues el barcelonés reaccionó tan pronto que le endosó 8 juegos consecutivos a su rival.

Ello le hizo ganar el segundo set, por 6-2, y situarse en el tercero con un esperanzador 2-0. Federer parecía entregado, como dando por buena su rápida derrota ante un Mantilla regular y sólido.

Al español parecía no haberle afectado el maratoniano encuentro disputado el sábado ante el ruso Yevgueny Kafelnikov (2 horas y 41 minutos) ni el desgaste de días anteriores. Federer, en cambio con una semifinal con mucho menos esfuerzo debido a la lesión de Juan Carlos Ferrero (57 minutos de partido), acusaba más el fuerte calor.

Las cosas se le empezaron a torcer a Mantilla en el tercer juego, cuando tuvo un bajón en su juego y lo aprovechó un Federer que se situó con un favorable 4-2.

Pero está claro que Mantilla no daba el set perdido. En el momento justo, en un décimo juego en el que Federer servía para adjudicarse la manga, rompió el saque al suizo y estableció la igualdad.

El español, luego, con gran sufrimiento y superando seis bolas de que dispuso Federer para quebrar su servicio, se fue al 6-5. El suizo ganó su saque y se llegó a un desempate que, a la postre, fue decisivo.

Eso sí, como es habitual en Mantilla, no sin sufrirlo ya que se lo adjudicó en su tercera bola de partido y también salvando una bola de set para Federer.

Mantilla, un justo ganador del torneo como dijo Federer en la entrega de premios, levantó la Copa, enfundado en una camiseta con los famosos ángeles de "Raffaello", y alzó el trofeo entre lágrimas. Dos años antes dicho honor había correspondido a Juan Carlos Ferrero.

-EFE

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