¿La tercera será la vencida?

El objetivo prioritario de Rusia es ganar la Copa Davis ante Francia y para eso cuenta con Yevgeny Kafelnikov, el tenista que sacó del ostracismo a este deporte en su país y que perdió dos finales por la ensaladera de plata (1994 con Suecia y 1995 con Estados Unidos)

PARIS -- Ganar la Copa Davis se ha convertido para Rusia en un objetivo prioritario de la temporada, que podría significar el retiro del tenis profesional de Yevgeny Kafelnikov, el tenista que popularizó este deporte en su país y que a partir del viernes jugará la final contra Francia.

A sus 28 años, Kafelnikov ha anunciado que abandonará el circuito si logra ganar para su país la primera ensaladera de plata, después de haberse convertido en el primer ruso en ganar un torneo de Grand Slam (Roland Garros en 1996) y en haber ocupado el primer puesto de la ATP (1999).

Los éxitos de "Kafel" (26 títulos, entre ellos el Abierto de Australia de 1999 y la medalla de oro en Sydney 2000), hicieron que se hablara de tenis en Rusia, un país que había dado la espalda a ese "entretenimiento de capitalistas" durante el régimen soviético.

Paradójicamente, "Kalashnikov" -como se le llamó durante un tiempo en el circuito-, responsable de sacar al tenis del ostracismo en Rusia, siempre ha criticado el modo de vida occidental y ha expresado una cierta añoranza por la URSS en la que fue educado.

"Al menos entonces todos los jóvenes tenían la posibilidad de jugar al tenis. Hoy sólo pueden los hijos de los ricos", dijo.

Kafelnikov tiene clavadas como dos espinas las dos finales que perdió a mediados de los noventa, cuando comenzaba a ser uno de los gallos del circuito.

En 1994, cuando era el 11 del mundo, jugó la final frente a Suecia con Moscú como escenario y con Alexander Volkov como compañero. Su victoria contra Stefan Edberg, cuando Suecia ya había ganado tres puntos, quedó como un dato anecdótico.

Al año siguiente, de nuevo en Moscú, Rusia volvió a llegar a la final en esta ocasión contra Estados Unidos en pleno ascenso de Pete Sampras -ese año ganó el Abierto de Estados Unidos y Wimbledon- y con un pletórico Jim Courier.

Kafelnikov derrotó a Courrier pero no pudo con Sampras, que ganó sus dos partidos individuales y ayudó a Todd Martin a lograr el doble, lo que sirvió para que los estadounidenses sumaran su 31 ensaladera de plata, la última que adorna sus vitrinas.

Para sacarse esa espina, Kafelnikov cuenta con la baza del joven Marat Safin, número tres del mundo, uno de los tenistas con mayor potencial del circuito pero que ha demostrado poco interés por la competición.

A sus 22 años, Safin se presenta como la principal baza rusa, para lo que tendrá que mejorar sus números en la Copa Davis, en la que en partidos individuales cuenta con un balance negativo de nueve victorias y diez derrotas.

La final contra Francia es una buena oportunidad para empezar a inscribir su nombre en la historia del tenis ruso, en la que siempre figura por debajo de Kafelnikov.

Aunque su potencial es extraordinario, su voluble mentalidad le ha impedido engordar un palmarés que se anuncia impresionante y en el que, hasta ahora, sólo figura un grande, el Abierto de Estados Unidos de 2000.

El moscovita es, sin duda, el tenista a batir de esta final, en la que también disputará el doble junto a Kafelnikov.

Un buen aporte de Safin puede permitir a Rusia ganar su primera Copa Davis, un trofeo que daría al tenis mayor popularidad en un país en el que durante años estuvo olvidado.

- EFE

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miércoles, 27 de noviembre
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