Regresa otro Jordan...

"Su Majestad" Air Jordan no es el mismo, pero quizás todavía sea mejor que muchos

LUCIENDO COMO NUNCA
Jordan todavía luce como si estuviera jugando contra el Utah Jazz
Esta semana Michael Jordan nos anunciará si retorna por segunda ocasión a la NBA. Los actos terroristas contra los Estados Unidos le privaron a Su Majestad el escenario apropiado para su anuncio oficial.

Lo que vale la pena aclarar es qué Jordan sería el que aparecería.

Él mismo nos está delineando el futuro. No regresaría el Michael Jordan que conocemos y admiramos. No descendería desde su Olimpo el dios del baloncesto. Regresaría un jugador completo y conocedor, pero con sus 39 años de edad, no es el mismo que sentenció al Utah Jazz con su tiro definidor.

No. Este Jordan es otro y él mismo lo dice. Nos prepara a ver un jugador que se asemeja al que conocemos y admiramos, pero no puede alcanzar las alturas que obtuvo en su encarnación previa. Las citas de MJ provienen de una entrevista informal pero reveladora que le concedió a varios periodistas estadounidenses previo al comienzo de uno de sus fogueos recientes contra jugadores de la NBA.

"NO SIEMPRE SE GANAN CAMPEONATOS"
Parece mentira que el hombre que define la voluntad férrea por ganar campeonatos pone las miras considerablemente más bajas. "Sé que hay muchos críticos por ahí, pero no siempre se ganan campeonatos. Caramba, me encantaría ganar otro campeonato. Pero, ¿qué tiene de malo ayudar a los jóvenes a superarse, enseñarles el camino?"

El Jordan al cual admiramos nunca se le ocurriría decir semejante blasfemia. Su modus operandus era el ganar a toda costa. Nada satisface, a menos que sea ganar el último partido de cada temporada, el decisivo en una final. El ganar un campeonato creaba la motivación para el próximo.

La función diáctica es una que Jordan puede ejercer desde el retiro, aunque de forma limitada. Sin duda, el poder jugar en la NBA contra la nueva generación le permite impartir su experiencia a más jugadores, con mayor frecuencia e intimidad.

Claro está, dependerá de la disponibilidad de estos jóvenes de que esa transferencia sea útil. Las señales que hemos visto hasta ahora no son prometedoras. Jordan invitó a Allen Iverson, Kobe Bryant y a Tracy McGrady a que participaran de sus fogueos en Chicago. Todos tenían compromisos previos y no comparecieron. Jordan se limitó a jugar contra jugadores de los Bulls, Antoine Walker, Michael Finley y Penny Hardaway.

La vez pasada que Jordan decidió retornar al deporte que lo define, en el verano de 1995, en medio de la grabación de su película Space Jam, la crema y nata del baloncesto viajó a Los Ángeles a jugar contra y con Su Eminencia.

Esta vez, su llamado no resonó de la misma manera.

"A VECES, GANAR NO SE DEFINE POR EL MARCADOR FINAL"
El Jordan que añoramos era el tipo de jugador obsesionado por las estadísticas. Cuando jugaba en la universidad de North Carolina, participaba en lo que se llaman ejercicios de explosión. Eran duelos de hombre a hombre, donde los entrenadores evaluaban la labor del jugador defensivo. En su segundo año bajo Dean Smith, Jordan mostraba más de su talento en estas prácticas que en los mismos partidos.

Le marcaban usualmente Buzz Peterson, Steve Hale, Jimmy Braddock. Jordan los reventaba. Tras la práctica, Jordan habia escrito en la pizarra, los nombres de los que lo marcaron y la cantidad de veces que les había volcado el balón, escrito en números romanos (I, II, III, IV).

No quería que sus Chicago Bulls perdieran tres partidos consecutivos. Tras su primer retorno a la liga, en su primera visita al Garden, le anotó 55 puntos a los Knicks, descuartizándolos en el proceso.

Jordan era el jugador que pronosticaba y garantizaba victorias. A partir de su segundo campeonato con Chicago, comenzó a vaticinar el próximo en la celebración obligatoria en Grant Park.

MJ se cuidaba de que su campeonato como máximo anotador de la liga nunca estuviera en riesgo. Cuando no ganó el premio de JMV de la temporada regular de 1996-97, se desquitó del ganador, Karl Malone y de sus Utah Jazz en la final.

Jordan nos prepara a recibir el nuevo Jordan, un jugador que no sólo no producirá con la eficacia del previo, sino que tampoco ganará un campeonato de anotaciones, frente a Iverson, Bryant, Shaq y otros. Jordan seguirá siendo la primera, segunda y tercera opción de los Washington Wizards, o sea que regresa al papel que fungió en Chicago en sus primeros años en la liga de pistolero empedernido.

Aún así, sus minutos y productividad menguarán. Cumplirá los 39 años de edad el 17 de febrero del año entrante. A esa edad, Oscar Robertson, Jerry West y Bill Russel llevaban cuatro años retirados y Wilt Chamberlain tres.

El único jugador con una talla semejante a la de Jordan que jugó a esa edad es Kareem Abdul-Jabbar. Recordemos por qué jugaba Jabbar-un fuego destruyó su hogar y pertenencias, suceso contra el cual no se había asegurado y para colmo su representante lo defraudó. Kareem tenía que jugar, para recuperar un enorme terreno económico perdido.

Jordan no enfrenta semejante problema.

"A VECES, CLASIFICAR EN LA POSTEMPORADA ES COMO GANAR UN CAMPEONATO"
El antiguo Jordan jamás se conformaba con clasificar. El que ganó los seis campeonatos con Chicago estaba rodeado de más talento del que poseen los Washington Wizards.

El cuadro titular de los Wizards muy bien podría presentar a Courtney Alexander y a Michael Jordan como bases, Kwame Brown como alero, Christian Laettner como delantero y Jahidi White como pivot. O quizás usen a Alexander y a Richard Hamilton como bases, Jordan como alero, Brown como delantero y Laettner como pivot. La banca es pobre.

El equipo dirigido por Doug Collins podría alcanzar a ganar 45 partidos. Jordan los tendrá en contienda en un sinnúmero de encuentros que perderán por márgenes reducidos.

La liberalización de las defensivas en la NBA podrían tener un efecto nocivo sobre la actuación de Jordan. Fue el mismo Dean Smith en North Carolina, quien recomendó que Michael abandonara sus estudios universitarios previo a su conclusión para pasar al profesionalismo. El razonamiento de Smith era sencillo: en el básket universitario, las zonas se enfocarán en Jordan como nunca antes.

La Conferencia del Este sigue relativamente floja comparada con la del Oeste, pero la brecha se cierra. Jordan puede confiar en que le ganarán a los débiles sin excepción y que podrán sorprender a los poderosos con la frecuencia necesaria para clasificar.

¿Cuándo fue la última vez que recuerdan a Jordan decir que se conforma con clasificar?

El nuevo MJ nos prepara para lo que se avecina.

"EN UNA ESCALA DEL UNO AL DIEZ, ESTOY EN 7½, QUIZÁS OCHO"
Ron Artest le quebró dos costillas en un fogueo en Chicago. Suspendió su proceso de acondicionamiento porque desarrolló espasmos musculares en la espalda y en otra ocasión por tendonitis en la rodilla.

Jordan ha hallado la manera de desafiar a enemigos contundentes, pero nunca podrá vencer al dios Cronos. Si logra jugar los 82 partidos de temporada regular será porque limitó sus minutos a menos de 35 por encuentro.

El antiguo Jordan jugaba sin llorar, aún con sus tripas en las manos. Su heroísmo ante la debilidad física y el cansancio en las últimas dos finales de liga es legendario. El nuevo Jordan tendrá que esperar pacientemente a que su cuerpo de cuarentón se sane a su propio ritmo. No podrá controlar ese factor como el Jordan de antaño lo hacía.

No se extrañen si esta temporada, Jordan juegue menos de 78 partidos-la cifra más baja en su carrera si descontamos su segundo año en la liga (se lesionó el pie) y el año de su primer retorno.

"RETORNO POR EL AMOR AL DEPORTE"
Esa frase se asocia comunmente con este personaje. Jordan incluyó una cláusula con ese mismo nombre en sus contratos con los Bulls, que le permitían jugar baloncesto en situaciones informales durante la temporada. A los otros jugadores se les prohibe jugar en medio de la temporada en situaciones no sancionadas por sus equipos por miedo a las lesiones.

Ese amor al deporte lo trae al umbral de una decisión que será debatida y quizás lamentada por generaciones. Jordan está a punto de seguir los pasos de leyendas como Pelé, Maradona, Muhhamad Ali, Babe Ruth, Willie Mays y Johnny Unitas. Las máximas figuras de sus respectivos deportes nunca supieron cuando retirarse.

El retiro o la idea de la separación del proceso que los definió es tan dolorosa, que prefieren ponerse el uniforme y mostrarle al mundo una versión disminuída de su gloria.

A Jordan lo seguirán promoviendo las campañas televisivas de la NBA y de las compañías que le pagarán millones por su endoso comercial. Pero, ¿quién endosará su producto? ¿Un Michael Jordan glorioso, que era incapaz de perder y lograba lo que se imaginaba? ¿O será en vez Michael Jordan del segundo retorno, con miras y logros más bajos?

¿Qué pasará cuando a Jordan lo hagan lucir lento y viejo los nuevos pinos de la liga? Bryant y Iverson vendrán con cuchillos entre los dientes cuando se enfrenten a los Wizards de Jordan.

Ojalá Jordan encuentre la fórmula de hacer retornar al viejo MJ por más de unos instántes o partidos. Corre el riesgo de que la nueva versión empañe la nitidez de los logros de la pasada gloria.

ÁLVARO MARTÍN es miembro de elenco de comentaristas de Sunday Night Baseball de ESPN-TV en inglés y columnista de ESPNdeportes.com. También es relator de Monday Night Football en español por la cadena ABC en los Estados Unidos.

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miércoles, 19 de septiembre