Los Dallas Mavericks llegan al receso All-Star entre su fanaticada molesta y las lesiones en cancha que amenazan con descarrilar su temporada.
DALLAS -- Cuando parece que cualquier aspiración por ser contendientes serios en la NBA y agradar a sus aficionados se desvanece cada vez, los Dallas Mavericks encuentran maneras de ganar.
Así tendrán que encontrarlas en la segunda mitad de temporada, pero también fuera de la cancha, donde los aficionados están cada vez menos contentos y motivados desde que canjearon a Luka Doncic a Los Angeles Lakers el pasado 1 de febrero.
Los Mavericks cerraron la primera parte de la campaña con un triunfo 118-113 sobre el Miami Heat, a pesar de jugar sin ocho de sus basquetbolistas trascendentes en la rotación de partidos, incluidos sus tres principales centros: Derek Lively, Daniel Gafford y el recién llegado precisamente en el canje por Doncic, Anthony Davis.
Peor aún, dieron descanso a Kyrie Irving, apenas un día después de que había marcado 42 puntos en el triunfo 111-107 sobre los Golden State Warriors el miércoles.
Para su buena fortuna, Dante Exum salió en su mejor día como Maverick, que incluyó 27 puntos gracias a 11 canastas en 13 intentos.
“Todos tendrán más disparos porque el jugador que fue negociado estaba involucrado en todo”, dijo de manera sarcástica el entrenador de los Mavericks, Jason Kidd, en referencia a Doncic.
Afuera del American Airlines Center y en las tribunas, la afición se sigue manifestando contra el gerente general Nico Harrison y los nuevos dueños de equipo, en repudio al canje de Luka.
Los aficionados de Dallas se quejaron afuera del American Airlines Center antes del duelo ante Rockets.
“Para que se escuchen nuestras voces y que la directiva de los Mavs reconozca que no estamos contentos con el canje de Luka y que cuando regresemos del receso por el Juego de Estrellas tenemos que ser escuchados”, dijo un fan afuera de la arena. “No pueden actuar contra los aficionados de esta manera”.
Para colmo, la organización, en vez de tratar de encontrar la manera de reconciliarse con sus molestos seguidores, expulsó de la arena a manifestantes bajo el argumento de agresividad y amenazas contra la directiva.
Muy cuestionable la decisión cuando hay imágenes de que sacaron personas sólo por traer playeras pidiendo el despido del gerente.
Incluso el propio comisionado de la NBA, Adam Silver, reconoció estar sorprendido del canje entre los Mavericks y Lakers por Doncic.
“¿Qué si estoy sorprendido desde el punto de vista de que fue negociado?”, dijo el comisionado a la prensa en el marco del Juego de Estrellas este viernes. “Sí, claro. Soy un gran aficionado. Los equipos no necesariamente dan a la prensa información interna. Así que este canje no fue uno que yo viera venir”.
Es un caos el que viven los Mavericks, uno que tardará en arreglarse, si es que algún día se arregla, ya sea en el basquetbol, pero sobre todo el sentimiento de su gran núcleo de aficionados que llenaron siempre el American Airlines Center, incluso en los peores momentos.
Alguna vez un entrenador dijo que “ganar cura todos los males en el deporte profesional”.
Esa podría ser la respuesta, ganar como fue durante los dos partidos más recientes, que los deja al rompimiento por el Juego de Estrellas en el octavo sitio de la Conferencia Oeste. De terminar la temporada en este momento, los Mavs estarían dentro del “play-in”.
Pero las aspiraciones de los Mavericks eran mucho mayores que sólo avanzar a playoffs cuando comenzó la temporada, a la que llegaron como campeones de la Conferencia Oeste y con Doncic como su gran carta ganadora rumbo al futuro.