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Nico Harrison, gerente de Dallas Mavericks... ¿Es un loco o un genio?

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¡Doncic brilló en su vuelta a Dallas y llevó a los Lakers a un gran triunfo! (5:42)

Luka sumó 45 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias para vencer a los Mavericks 112 a 97. LeBron James fue clave también con 27 tantos y 7 recobres. (5:42)

El cambio de Luka Doncic crucificó a Nico Harrison, pero con el diario del lunes, la decisión de riesgo que tomó puede haber sido clave rumbo al futuro de la franquicia.

Nico Harrison camina por los pasillos del American Airlines Center. Es el gerente general de los Mavericks, pero en este momento, no es solo eso: es el enemigo público número uno de la ciudad de Dallas. Un virus dentro de la Matrix, una puñalada a las aspiraciones de los fanáticos de la franquicia.

Estamos en el amanecer de abril. Un par de meses atrás, Harrison, exdirector de marketing de Nike, había ejecutado el giro más inesperado de la historia de la NBA junto a Rob Pelinka, gerente general de Los Angeles Lakers. Harrison y Pelinka, viejos conocidos con Kobe Bryant como punto en común de sus vidas, tejieron en las sombras el cambio que puede haber sido, por la magnitud del personaje y el momento de su carrera, el más impactante de la historia: Luka Doncic a Los Ángeles por Anthony Davis, con Utah Jazz como facilitador del intercambio.

¿Es un genio o un loco?

La narrativa, de inmediato, destruyó a Harrison. Para colmo de males, Davis sufrió una lesión en el aductor de su pierna izquierda en su debut y algo más de un mes después, a fines de marzo, Kyrie Irving padeció una rotura de ligamentos cruzados. El movimiento decidido por Harrison parecía, a todas luces, un error garrafal. ¿Dejar ir a Doncic, el ídolo de la franquicia, con solo 25 años?

Definitivamente se trata de un loco.

Los Mavericks empezaron a perder. Quedaron fuera de todo. Los dueños mayoritarios, Miriam Adelson y Patrick Dumont, se ahorraban con la salida de Luka firmarle un supercontrato máximo. Los Lakers, con el boom mediático que significó unir a Doncic con LeBron James, tuvieron sus días de furor. Su primavera angelina, el recuerdo de los años '80 y el Showtime, la estela dulce que alguna vez sopló Jerry Buss como dueño. El regreso de Doncic para jugar en el American Airlines Center fue una estaca al corazón de Harrison. Abucheos. Luka con los ojos llorosos. Un drama en el punto máximo. Harrison, el loco, tragó veneno. En el estadio. En los pasillos. En la conferencia de prensa.

Doncic era, en ese entonces, la reencarnación deportiva de Magic Johnson. Nada por aquí, nada por allá. Abracadabra. La sonrisa del básquetbol. Pero claro, empezaron los rumores. Los detrás de escena. Y en cada una de las versiones se barajaron serios problemas de alimentación de la estrella eslovena.

Y entonces, Anthony Edwards y Minnesota Timberwolves. Para los playoffs, LeBron James parecía de 25 años y Doncic de 36. Básicamente, Luka era brillante en ataque pero un cono en defensa. Un agujero negro. No podía detener a nadie. El pensamiento llegó como un flechazo: ¿Por esto lo cambió Harrison?

Fue la primera vez que sentimos que tenía un punto.

La lotería del Draft, el comienzo de la genialidad para Dallas

En el mismo momento en el que los fanáticos de Dallas colocaban tableros de dardos con la cara de Nico Harrison, el equipo era una enfermería. A Davis e Irving, se les sumaban Dereck Lively II, Daniel Gafford, P.J. Washington, Dante Exum, Brandon Williams... la lista era enorme. Así, empezaron a retroceder casilleros. Finalizaron la temporada en el décimo puesto, fuera de postemporada, a la espera de la lotería del Draft.

12 de mayo de 2025. Dallas tiene 1.8% de posibilidades de quedarse con el pick número uno. Todos, absolutamente todos, siguen de cerca a Cooper Flagg, la estrella de Duke. El director ejecutivo de los Mavericks, Rick Welts, siente la transpiración en sus manos en el Centro de Convenciones McCormick Place en Chicago. La tensión es mayúscula. A medida que avanzan los sobres, Dallas sigue con vida. El desenlace final es, entonces, surrealista: pese a las chances mínimas de éxito, San Antonio Spurs se queda con la segunda posición. Dallas, fuera de todo pronóstico, gana la primera.

¿Un loco? Nico Harrison es un genio.

No tardaron en llegar las especulaciones de los malpensados. Las voces de la cizaña fueron elocuentes: "Sacrificó a Doncic y arregló con Adam Silver el puesto principal". Descabellado, porque no es la primera vez que pasa algo así. Cuando Chicago Bulls se quedó con Derrick Rose en 2010, por ejemplo, tuvo 1.7%. A veces los milagros ocurren. Harrison lo que hizo fue poner al equipo en posición de conseguirlo.

Ahora, los Mavericks tienen un equipo de temer. Porque a la recuperación de Irving, Davis, y el cuadro principal, se les suma Flagg, el mejor proyecto de los últimos años en la NBA. Un alero de tamaño, versátil, con gran contracción a la defensa, una mano envidiable para el aro y un ritmo frenético. El jugador del futuro.

Con Doncic, parecía tener todo, pero quizás era nada. Con todas las lesiones, y sin Luka, Dallas pareció que no tenía nada, pero hoy parece que tiene todo.

A veces, el árbol no deja ver el bosque. Vivimos tan apurados, tan acostumbrados a la lógica de pasar reels a la velocidad de la luz, que confundimos la foto con la película. Y viceversa.

Los problemas de Harrison ahora son de Pelinka

Los Lakers necesitan renovar a Doncic pensando en la era post LeBron. Según reportes, Luka Magic estaría cerca de firmar por cuatro años y 229 millones de dólares. Más allá de eso, la potencial bomba que Harrison desactivó en Dallas y que el mundo no contempló a tiempo, ahora la tiene Pelinka. Tic, tac, tic, tac. El mundo púrpura y oro se centrará en Luka y a partir de él se desplegará todo.

Lo que parecía una solución es posible que sea el problema. ¿Pueden controlar el físico de Doncic? ¿Defenderá al menos de manera decente? ¿Es la piedra Rosetta para construir alrededor? Antes, Harrison se preguntó eso y tomó una decisión atípica en una silla al rojo vivo. Hoy contempla el resultado de lo realizado con un trago bajo una palmera.

Pelinka tendrá urgencias a la vista. Y más allá de Doncic, el tema será James. La gerencia deberá afrontar el cambio de era. Ya no más Bronny James, ya no más elegir entrenadores... ya no más. Ahora, las concesiones se firman en esloveno. Serán tiempos de decisiones: acertar, acelerar rumbo a un nuevo mundo o caer en el limbo.

Nico Harrison parecía un loco, pero puede quedar en la historia como un verdadero genio.

"Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, es posible que lo reconozcas por este signo: todos los necios conjuran contra él" - Jonatan Swift.