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Al Horford y la conciliación familiar y deportiva

Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en marzo de 2017.

Como la gran mayoría de los jugadores de la NBA, Al Horford es un deportista de rutinas y hay una que cuenta con prioridad sobre las demás. No tiene nada que ver con los ejercicios previos a los partidos, los estiramientos, los masajes o las costumbres de recuperación post-juego. Aunque sea combinable con todas esas actividades, él prefiere aislarse en su rincón del vestuario, con los pies metidos en hielo o con bolsas heladas en la rodilla o en el codo, con el fin de reservar unos minutos, teléfono en mano y sonrisa en boca, para comunicarse con su esposa, Amelia Vega.

Una de las giras más largas de la temporada para Boston Celtics y el propio Horford se llevó a cabo desde 8 de febrero al 10 de marzo. En ese periodo jugó 12 partidos en la carretera y tan solo tres en casa. Cuando una esposa está a cargo de un hijo de dos años de edad y una pequeña de tan solo tres meses, la necesidad de un padre ausente es imposible de cuestionar: es necesario estar en total comunicación desde la lejanía. Su paso por Los Ángeles el 3 de marzo dejó constancia de ello.

Los Celtics acababan de vencer con contundencia a los Lakers en el Staples Center y el ala-pívot dominicano había jugado su partido más completo desde antes del receso del Juego de las Estrellas después de anotar 17 puntos, agarrar cuatro rebotes y colocar tres asistencias. La afilada prensa de Boston llevaba días poniendo en tela de juicio su impacto en el equipo con el argumento de los 113 millones de dólares que está percibiendo por cuatro años de contrato.

Había muchas cosas positivas que comentar durante el intercambio de mensajes de audio con su esposa. Era madrugada en la Costa Este y tras aquella conversación de actualizaciones por ambos lados, Horford le dio las buenas noches a su mujer. Aún le quedaban ocho días para poder ver de nuevo a su familia, cuatro ciudades desde las que debía monitorear cómo le iba a Amelia al cargo del cuidado de los pequeños.

Tras su conversación, atendió a ESPN Digital. Habló de la ilusión por llegar a la Finales de Conferencia como ya hizo con Atlanta Hawks en la temporada 2014-15, del poco caso que le hace a lo que diga la prensa y de su adaptación al equipo en el que recaló a partir del 1 de julio.

"Me he sentido bien. Es un nuevo equipo y un nuevo proceso, es una temporada larga y la clave para mí es la consistencia en la defensa y tratar de encontrar los lugares desde donde anotar. Me he sentido bien hasta ahora", nos confesó.

La adaptación en el apartado deportivo es habitual, aunque Horford también se tuvo que acostumbrar al qué dirán. Amelia dio a luz a Alía el 27 de noviembre pasado, y al día siguiente debía jugar en Miami ante el Heat. El quisqueyano mostró unos valores familiares lógicos para la gran mayoría de los mortales y no dudó en estar al lado de su mujer durante el parto. El día 28 de noviembre no acudió a Miami para unirse a su equipo y un sector de la prensa le criticó a pesar de lo temprano en el calendario y de que los suyos se llevaran la victoria.

"Mi familia es muy importante para mí. Es una situación única porque es nuestro primer año en Boston y mi mujer y todos nos mudamos en mitad del embarazo. Sentí que era importante estar ahí para apoyarla. Tenemos un hijo también así que los últimos meses han sido difíciles. Para mí significó mucho el hecho de estar a su lado, así que estoy contento porque los Celtics no sólo nos consideran como jugadores, sino como personas, y las personas tienen familias", confesó.

Para Horford llegaron antes las explicaciones que la actualización sobre cómo se encontraba su mujer y su nueva hija, algo que no fue suficiente para borrar su sonrisa ni cambiar su talante ante los medios de comunicación más críticos.

El equilibrio familiar le está viniendo muy bien para su acercamiento al juego de Boston. Tras el encuentro ante los Lakers de comienzos de marzo, Horford se perdió dos partidos por unas molestias en el codo y en los 11 encuentros que disputó desde ese momento, en 10 de ellos logró dobles dígitos en puntos. Su equipo alcanzó la primera posición en el Este y siguen siendo grandes candidatos a llegar a las Finales de Conferencia que tanto ansían tanto Horford como su coach, Brad Stevens, quien lleva cuatro años forjando un trabajo espectacular para devolver a los Celtics al lugar en el que estuvieron en el pasado. Por ahora, todo lo que el dominicano señaló a ESPN Digital se está cumpliendo:

"Hay posibilidades (de llegar a las Finales de Conferencia). Es muy difícil cuando uno entra en playoffs ganar series y tenemos un equipo joven. Si jugamos defensivamente, el enfoque está en la defensa y compartimos el balón en la ofensiva yo creo que tenemos muy buen chance de llegar a unas Finales de Conferencia".

La evolución se está dando y este año de buenas nuevas podría cumplirse la máxima que ya se dio en 2015 con el nacimiento de su primer hijo: nuevo miembro en el clan Horford-Vega, nueva participación en las Finales de Conferencia.

Y en poco tiempo, quizás con algo más que unas Finales de Conferencia y cuando Alía sea más grande, ya habrá otra oportunidad para disfrutar uno de los planes preferidos de la familia: los parques temáticos de Disney.