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Una expulsión, una cena con bistec y la búsqueda de redención de Eric Bledsoe

MILWAUKEE, Wisconsin – Eric Bledsoe estaba furioso.

Él estaba consciente de que no se debía dejar molestar por Joel Embiid (uno de los más notorios charlatanes de la liga); no obstante, el partido fue sumamente físico. Ocurrió muy rápidamente: luchar por el rebote, el empujón, Embiid pasándole el balón a Bledsoe, quien la despachó hacia el estómago de Embiid, el silbato. Así de rápido, Bledsoe fue expulsado.

La multitud presente en Filadelfia lo provocaba a medida que caminaba por el corredor que lo conducía de vuelta al vestuario de visitantes del Wells Fargo Center, escoltado por dos guardias de seguridad. Bledsoe comprendió que los Milwaukee Bucks se enorgullecen de ser un equipo que mantiene la calma y serenidad. Sin embargo, sus compañeros lo denominan como “pitbull” por una razón.

Pocos días después, en un recóndito espacio de Carnevor, un restaurante de carnes con poca iluminación interior ubicado en el centro de Milwaukee, Bledsoe y el entrenador de los Bucks, Mike Budenholzer, revisaron la jugada. Mientras degustaban un filet mignon término medio, Budenholzer recordó a su base titular el por qué necesitaba mantener la compostura. En la primera ronda de los playoffs de 2018, Bledsoe se vio involucrado en un prolongado intercambio con el base de los Boston Celtics, Terry Rozier, para admitir posteriormente que la guerra de palabras lo afectó. A fin de que los Bucks alcancen su objetivo de ganar un título, según le explicaba Budenholzer, no podían darse el lujo de que Bledsoe perdiera la calma. “No estaba molesto”, dijo Bledsoe. “Sólo dijo que, en el futuro, especialmente durante los playoffs, no puedes tomarlo personalmente”.

Entre cada bocado, Budenholzer recordó el destino de los Golden State Warriors después de la suspensión de Draymond Green en el Juego 5 de las Finales de la NBA de 2016, en el cual se impusieron los Cleveland Cavaliers para hacer historia al superar un déficit en la serie de 3-1. Conversaron con respecto a la forma en la cual la suspensión de Amar’e Stoudemire perjudicó a los Phoenix Suns en las semifinales de la Conferencia del Oeste de 2007. Habrá momentos en los cuales, enfatizó Budenholzer, que los equipos intentarán superarte con juegos mentales.


“Dijo que a veces, los equipos quizás no serán más talentosos que nosotros, pero que intentarán meterse en nuestras cabezas”, expresó Bledsoe.

Lo cual nos trae a la jornada del viernes, a dos días de la reedición en postemporada del enfrentamiento entre Celtics y Bucks.

“Miren”, expresó Bledsoe, moviendo un balón con sus manos y reposando contra el muro acolchado del complejo de prácticas de los Bucks. Está consciente de que surgirán preguntas con respecto a Rozier. Sabe que todas las miradas están puestas en él. Admite estar nervioso y que espera ser objeto de provocaciones y ridiculización cuando los Bucks jueguen en el TD Garden. Y que está harto de hablar al respecto. 
Para Bledsoe, esta serie constituye una prueba mental. Debe ser capaz de mantener la compostura y manejar el nerviosismo que puede incrementarse en su interior, particularmente en los tramos iniciales de los partidos. Desea probarse a sí mismo que se trata de un jugador más concentrado de lo que mostró en la pasada campaña.

“Sólo intento seguir adelante”, indicó.

EN LOS DÍAS POSTERIORES a la caída de los Bucks a manos de los Celtics en el Juego 7 de la temporada pasada, Bledsoe invirtió gran cantidad de tiempo revisando videos. No vio el video de Rozier convirtiendo un triple crucial frente a él en el Juego 1, o el resumen de Rozier anotando 23 puntos en el Juego 2, o la entrevista en la cual Rozier, accidentalmente, se refirió a Bledsoe como “Drew”. Esos eventos, particularmente el triple de Rozier, están tatuados en su memoria.

“No puedo desestimarlo”, dijo Bledsoe. “Él hizo un movimiento tremendo. Pude haberle marcado bien, pero me detuve. No pensé que lo iba a convertir. Eso fue un tema de respeto. No lo respeté en ese momento, pero convirtió una cesta importante. Tengo que quitarme el sombrero”.

Por el contrario, Bledsoe desempolvó videos del 2013, su primera temporada con los Suns. Era su primera incursión como titular. En aquél entonces, según recuerda, se divirtió mucho.

“Acudí a los recuerdos y me miré al espejo, acordándome del momento cuando mucha gente decía que no podía ser titular”, dijo Bledsoe. “Revisé videos de las cosas que me hicieron superar eso… no me preocupaba por lo que mucha gente pensaba sobre mí. Sólo me concentraba en lo que hacía en aquél entonces”.


Esa serie contra los Celtics reveló algunas debilidades que Bledsoe necesitaba trabajar, tales como sus momentos de exceso de confianza y su hábito ocasional de caer en la complacencia.

Bledsoe pasó el verano de 2018 en Arizona, donde regresó al gimnasio de forma inmediata. Acudía a tempranas horas de la mañana y en algunas ocasiones al final de la noche, convencido de que su acondicionamiento físico jugó un papel en la derrota de los Bucks. Voló hasta Las Vegas y Milwaukee para entrenar de la mano de Charles Lee, entrenador asistente de los Bucks. Asistió a clases de yoga para así mejorar su nerviosismo, equilibrio y flexibilidad. Trabajó técnicas de respiración. Posteriormente, Bledsoe aprovechó esa respiración profunda como una manera de calmar los nervios crispados contra los cuales ha luchado durante más de una década.

Y así comenzó una nueva temporada. Con nuevo entrenador, un nuevo sistema ofensivo y Giannis Antetokounmpo jugando a nivel de Más Valioso, Milwaukee tuvo un arranque encendido. Los Bucks se enfrentaron a los Celtics por primera ocasión el 1 de noviembre y perdieron. Bledsoe falló un tiro libre crucial en los momentos cumbre de ese partido. En vez de regresar a casa cuando el avión de los Bucks aterrizó en Milwaukee esa noche, Bledsoe y Lee fueron al complejo de prácticas a fin de trabajar en los tiros que Bledsoe había fallado.

Varios recordatorios de la serie contra Boston salieron a relucir esporádicamente. Durante un partido disputado el 12 de diciembre en Indiana, los aficionados de los Pacers se robaron una jugada del libro de la hinchada en Boston, cantando: “¿Quién es Bledsoe?”, cuando éste se disponía a hacer un tiro libre.

Los Bucks se impusieron en los dos choques posteriores, con Bledsoe sumando 16 puntos en su primer enfrentamiento y apenas cinco en el segundo. En ese momento, Bledsoe no estaba preocupado por el partido con cinco puntos. Lo atribuyó al hecho de que se estaba quitando algo de óxido porque era su primer cotejo después del receso del Juego de Estrellas.

En marzo, Bledsoe firmó una extensión contractual por cuatro años y $70 millones y así quedarse en Milwaukee. Los Bucks siguieron su marcha hasta alcanzar el primer sembrado en la NBA con 60 victorias, mejor registro de la liga.

Barrieron a los Detroit Pistons en la primera ronda de los playoffs y tuvieron seis días de descanso antes de imponerse a los Celtics. Sostuvieron tres jornadas de práctica y dos días de entrenamientos individuales. Ese receso se sintió como una eternidad. Antetokounmpo bromeó que era suficiente tiempo para tomarse una minivacación en el archipiélago de las Bahamas.

Los días siguieron su curso. Se organizó una proyección privada para los Bucks de la nueva película de los Avengers. Bledsoe asistió con su familia.

“Sólo quiero jugar ya”, dijo Bledsoe, dos días antes de iniciarse la segunda ronda de los playoffs. “Estoy listo para dejar atrás ese primer partido”.

EL JUEGO 1 no fue ese acto de redención que esperaba Bledsoe.

Los Celtics llegaron con fuerza. Eso fue anticipado por Bledsoe. Kyrie Irving, quien quedó fuera de acción durante el enfrentamiento entre ambos equipos en los playoffs de 2018 luego de sufrir una lesión, anotó 26 puntos, la mejor producción en el encuentro. Eso también fue anticipado por Bledsoe, quien se sentía nervioso, pero no era nada fuera de lo normal. Ha estado luchando contra el nerviosismo desde que cursaba el tercer año de secundaria.

Usualmente, los nervios surten efecto cuando Bledsoe llega a la arena y frecuentemente intenta controlarlos jugando con sus hijos antes de los partidos. A ellos no les importa cómo juega; a los ojos de los niños, simplemente se trata de su papá. En ocasiones, Bledsoe lleva a la cancha a su hijo Ethan para calentar con él.

Las mariposas en el estómago vuelven a aparecer cuando Bledsoe se encuentra en la línea de bandejas de los Bucks a 10 minutos del pitazo inicial. Durante el himno nacional, Bledsoe se da un momento de meditación. Usualmente es la primera persona en romper filas con sus compañeros, a veces a pocos segundos de entonarse las notas finales del himno nacional de Estados Unidos, “The Star-Spangled Banner”.


Luego, respira amplia y profundamente antes de que el anunciador interno exclame: “Un base de 6 pies de estatura, oriundo de Kentucky… Eric Bledsoe”.

“Me siento nervioso durante el himno nacional y la primera jugada”, afirma Bledsoe. “Una vez que voy de un lado al otro de la duela algunas veces, (esa sensación) se desvanece”.

Sin embargo, en la jornada del domingo, parecía que las mariposas seguían presentes durante su primer intento de triple. Comenzaron a desaparecer mientras intentaba convertir tiros libres a finales del primer periodo, aunque nunca logró conseguir del todo su ritmo. Terminó con 6 puntos, 2 rebotes y 4 asistencias en 25 minutos de acción. Bledsoe fue más efectivo a la defensiva, mientras que Rozier apenas sumó 4 puntos en 23 jugadas con Bledsoe como principal defensor, según la data recopilada por ESPN Stats & Information.

Los Celtics arrollaron a los Bucks por 22 puntos. Posteriormente, Bledsoe cambió rápidamente de ropa y abandonó la arena sin hablar con los periodistas.

El lunes pasado, Bledsoe revisó los videos de cestas fallidas y errores defensivos cometidos, junto a sus compañeros en la sala de video de los Bucks. Budenholzer se sentó al frente, al lado de la pantalla. Gritó. Les dijo a sus jugadores que no compitieron. Budenholzer enfatizó la importancia de crear espacios para Antetokounmpo.

Y de forma extraña, todo eso ayudó. Al final de la práctica, Bledsoe se mostró más relajado.

“Los videos me demostraron que no fue una carencia de talentos por mi parte”, afirmó Bledsoe. “Depende de mis esfuerzos”.

Y eso es más fácil de arreglar.

“En algún momento, comprendimos que íbamos a tener un enfrentamiento complicado”, indicó Bledsoe. “Desafortunadamente, se produjo en el Juego 1. Todo lo que podemos hacer de ahora en adelante es remontar”.