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Ben Simmons no está aquí para su revolución de triples

Michael Reaves/Getty Images

FILADELFIA, Pensilvania – Hay pocas cosas que se hayan discutido más en el mundo de la NBA, y ocurrido menos, que las cestas en salto de Ben Simmons.

No esperen que eso cambie por los momentos.

“No se trata de que no necesito hacerlo”, expresó Simmons durante esta pretemporada, cuando se le preguntó por su escasez en el enceste. “Tengo suficiente confianza para admitir que no soy un gran encestador. Sin embargo, estoy mejorando”.

Simmons pasó todo el verano en el gimnasio (entrenando dos veces al día, seis veces a la semana) con el fin de mejorar su cesta en salto. No obstante, hasta que ésta se encuentre plenamente apta para los partidos de la NBA, seguirá confiando en el resto de los elementos que lo llevaron a ser All-Star por primera vez en la pasada temporada, a sus 22 años.

“Carezco de algo en lo cual no soy tan grandioso, pero sí me va muy bien en otras áreas”, expresó Simmons. “Corro por la cancha tan bien como cualquiera. Tengo juego físico. Soy capaz de rebotar con 6 pies, 10 pulgadas de estatura. Soy un base que puede marcar desde el puesto 1 hasta el 5. Eso es algo que sala a relucir en mi juego, lo cual me emociona mucho”.

Mientras que los Philadelphia 76ers sienten emoción por lo que Simmons ya aporta a su juego, el tema de lo que aún no ha logrado ser no podrá desaparecer. Esa es la razón por la cual el hecho que Simmons se atrevió a intentar un triple en la pasada temporada se convirtió en una noticia importante. Es el mismo motivo por el cual un video de Simmons intentando triples en partidos improvisados durante el verano fue analizado hasta el cansancio. Y cuando Simmons convirtió un triple en un partido de pretemporada celebrado este mes, se desató un pandemónium.

Por ahora, eso es apenas un adelanto, un tópico tendencia para que otras personas ajenas a la organización discutan. Dentro de los Sixers, los ejecutivos del equipo han sido firmes en expresar que la constante discusión con respecto al enceste de Simmons (o la carencia de este) no ha cambiado la fe que tienen en Simmons y su futuro. Los Sixers le concedieron una extensión contractual a nivel máximo por cinco años y $170 millones este verano, oficialmente convirtiendo a Simmons y a Joel Embiid en los pilares de la franquicia.

Y, cuando los Sixers den inicio a su temporada en la noche del miércoles contra los Boston Celtics, tanto Simmons como los Sixers apuestan que, con o sin enceste a larga distancia, éste cuenta con calidad suficiente para conducir a Filadelfia de vuelta a las Finales de la NBA por primera vez en casi dos décadas.

En la NBA de hoy, donde dominan los encestadores perimetrales y los triples son armas primordiales a la ofensiva, los Sixers ofrecen algo diferente.

“Simplemente creo que, con nuestro roster, no tenemos opción distinta a jugar con ese estilo a lo grande”, expresó el pívot de los Sixers Kyle O’Quinn.

Este verano, los 76ers enviaron a Jimmy Butler al Miami Heat en una transacción de “firmar y canjear” por Josh Richardson, vieron cómo JJ Redick partió hacia Nueva Orleans como agente libre y contrataron a Al Horford, proveniente de los Celtics. Eso dejó a Filadelfia con una alineación compuesta por jugadores con 6 pies, 6 pulgadas (Richardson), 6-8 (Tobias Harris) 6-10 (Simmons y Horford) y 7 pies (Embiid) de estatura. Eso sin tomar en cuenta a una banca que incluye a O’Quinn, el novato Matisse Thybulle y el alero Mike Scott, quienes tienen estatura de al menos 6 pies, 7 pulgadas. El roster de los Sixers en la noche inaugural solo cuenta con tres jugadores con estatura menor a 6 pies, 4 pulgadas.

El hecho de que una espigada estatura es considerada fundamentalmente como una virtud (especialmente a la defensiva) ha ayudado a que los Sixers sean considerados favoritos, junto con los Milwaukee Bucks, para hacerse con el título de la Conferencia del Este.

No obstante, con esa colección de estatura, los Sixers tienen una escasez de encestadores de triples de calidad comprobada. Entre los jugadores con alta cantidad de minutos acumulados solo Harris y Scott tienen proyecciones para encontrarse por encima del promedio en lo que respecta a porcentajes de enceste de triples (36% o superior) e intentos (mínimo 4.6 por partido), según Kevin Pelton, de ESPN. Lo cual significa que, en algunas noches, la ofensiva de Filadelfia será definida por la escasez de enceste y creación de espacios.

El hecho de que Simmons servirá como base del equipo sólo incrementará el problema, con su carencia de enceste en salto (junto con su estatura) que le hace resaltar en la generación de generales de la anotación en la cancha de la actualidad.

Por supuesto que, las otras destrezas de Simmons (que combinan los talentos de un líder en manejo del balón con su fuerza interior) lo llevaron a ser designado como Novato del Año en 2018 y All-Star en 2019, a pesar de ser amenaza en el enceste solo dentro del área restringida.

“Quiero continuar mejorando en todos los aspectos”, dijo Simmons. “Desde mis bandejas con la mano izquierda, pasando por mis flotadoras con la zurda, mis flotadoras con la diestra hasta mis bandejas con la mano derecha, driblar el balón, mi trabajo con los pies…”

“Hay muchos otros elementos en el juego que van más allá de encestar el balón”.

Sin embargo, la carencia de enceste de Simmons tiene el potencial de perjudicar los objetivos de los 76ers a la ofensiva. Durante la derrota sufrida por los Sixers en siete partidos a manos de los Toronto Raptors en las semifinales de la Conferencia del Este de la temporada pasada, Simmons sumó un gran total de seis disparos en el cuarto periodo. Ninguno se originó a una distancia superior a seis pies de la cesta. Un año antes, los Boston Celtics limitaron su efectividad al colocarle un defensor frente a él, obstruyendo en la pintura. “Creo que vas a comenzar a ver más de eso y verás gente jugando, literalmente, dentro de la línea de faltas y retándole a encestar, tal como lo hicimos con (Rajon) Rondo a inicios de su carrera”, indica Brendan Suhr, veterano entrenador asistente de la NBA que sirvió como asistente en la Universidad del Estado de Luisiana (LSU) durante la única campaña de Simmons en el baloncesto colegial. “Lo que sucederá es que, a veces, cuando estás avergonzado, o cuando pierdes, allí es cuando, súbitamente, suceden las cosas. Y creo que él se encuentra actualmente en ese momento”.

Durante la temporada pasada, cuando Butler asumía la ofensiva en los tramos finales de los partidos, Simmons se encontraba frecuentemente sin el balón y relegado al “puesto de volcador”: frente a la línea, entre la pintura y la esquina. El resultado era que Simmons pasaba mucho tiempo sin moverse y complicaba la creación de espacios del equipo en torno a Embiid.

El entrenador de los Sixers Brett Brown ya ha indicado que eso cambiará esta temporada, haciendo que Simmons se mueva a las esquinas: siendo lo más cercano; por ende, facilitando las posibilidades de que Simmons pueda convertir un triple.

“Le voy a dar espacios para así darle la oportunidad”, expresó Brown. “Pero no lo estoy enterrando en la pizarra. Tengo que darle participación”.

La cesta de 3 puntos que Simmons convirtió a principios de la pretemporada (la primera hecha por él en un juego de la NBA) se produjo tras el drible. También se produjo contra los Guangzhou Long Lions de la Asociación China de Baloncesto, en un partido con ventaja para los Sixers de 38 puntos en los segundos finales de la primera mitad. 
Billy Lange, entrenador de la Universidad Saint Joseph y que pasó las últimas seis temporadas como asistente con los Sixers, indicó que Simmons debería concentrarse en la posibilidad de que éste logre convertir cestas a larga distancia en jugadas de “atrapar y encestar”, bien sea con esas oportunidades en las esquinas, o desde otros lados de la cancha.

“Cuando la gente dice: ‘Tiene que convertir triples’, pues no se trata del triple que anotó (contra Guangzhou)”, dice Lange.

“Se trata de la jugada de ‘atrapar y encestar’. Eso es todo”.

Simmons ha sido quizás el encestador más unidimensional que la NBA haya visto en los últimos dos años.

El jugador de los Sixers ha intentado 2.199 tiros de campo en 182 partidos entre temporada regular y playoffs en su carrera en la NBA. Solo 18 (menos del 1% de ellos) han sido más allá de la línea de 3 puntos.

Aunque ser tan poco efectivo desde la larga distancia para convertirse en encestador no es tarea sencilla.

Solo pregúntenle a Jason Kidd.

El exjugador miembro del Salón de la Fama, que ahora funge como entrenador asistente de Los Angeles Lakers, comenzó su carrera en la NBA hace 25 años con una cesta en salto tan poco efectiva que muchos empezaron a referirse a él como “Ason Kidd”. Al momento de su retiro en 2013, se ubicó en el tercer lugar de todos los tiempos en la categoría de triples convertidos.

“El hecho de que no podía encestar triples siempre fue un tema, creo, desde que empecé a jugar en la NBA”, dice Kidd. “Pero nunca fue algo en lo cual insistía. No pasé mucho tiempo pensando en ello, porque me apoyaba en mis fortalezas”.

Esa es precisamente la misma situación en la cual se encuentra Simmons actualmente.

David Patrick es entrenador jefe en la Universidad de California en Riverside y fungió como asistente en LSU durante la única temporada de Simmons en el deporte académico. Por cierto, también es el padrino de Simmons.

“Cuando se es un chico joven y puedes correr más rápido y saltar más alto que los demás, lo seguirás haciendo hasta que logren detenerte, ¿sabes?”, dice Patrick. “Allí es donde se encuentra actualmente, en lo que respecta a su mentalidad”.

Allí era donde se encontraba Kidd, hasta que los entonces denominados New Jersey Nets adquirieron a Vince Carter, quien le quitó el balón de las manos a Kidd, obligándole a convertirse en una amenaza en la larga distancia. Con la ayuda del entrenador de enceste Bob Thate, Kidd reconstruyó su tiro.

“Mucho de ello era cuestión de mecánica”, dice Kidd. “Comenzando con la base de tus piernas, utilizar tus piernas, colocarse en la posición correcta con la base que tienes. Pasé mucho tiempo haciendo un montón de rutinas tediosas que no eran para nada divertidas”.

Patrick dijo que, durante la estancia de Simmons en Los Ángeles este verano, pudo notar una diferencia en la forma en la cual su ahijado se preparaba para la venidera temporada. Le vio permanecer dentro de una rutina de entrenamientos más regular y consistente, particularmente en lo que respecta a incorporar más partidas improvisadas para trabajar en su enceste, al lado de su entrenador Chris Johnson.

También indicó que, cuando Simmons estaba de vacaciones en Australia, dedicó tiempo a entrenar con la selección nacional de ese país. Esa labor ha tenido como consecuencia que varias personas ligadas al equipo y algunos cercanos a Simmons perciban que éste siente mayor confianza en su habilidad para encestar y disposición de intentar disparar a larga distancia.

“Actualmente, él es parte esencial de la organización”, indicó Patrick, refiriéndose a la extensión contractual de Simmons. “Con ello, viene la responsabilidad. Ben lo entiende y asumió de verdad esa responsabilidad este verano, prácticamente viviendo dentro del gimnasio”.

“Tienes que aprender a ser profesional, ¿cierto? Pues, él lo hizo antes de empezar esta temporada”.

A pesar de ello, cambiar esa memoria muscular adquirida a largo plazo no es cosa fácil. Por ejemplo, está el caso de DeMar DeRozan, escolta que ahora forma parte de los San Antonio Spurs y ha sido designado en cuatro ocasiones como All-Star sin que haya sido capaz de convertirse en amenaza frente a la línea de 3 puntos. Por el contrario, se ha sentido mucho más cómodo intentando cestas desde el rango medio.

“Él trabajó en ello”, indica Dwane Casey, quien fuera entrenador de DeRozan durante varias temporadas en Toronto. “Todos los veranos, él trabajó en su cesta de 3 puntos, intentando miles de tiros en su receso entre temporadas”.

“Pero, cuando llegaba la hora de la verdad, él volvía a donde se sentía más cómodo”.

Simmons sigue sintiéndose más cómodo intentando encestar el balón con su mano izquierda. Eso es lo que ha hecho durante toda su vida y a pesar de los llamados hechos fuera de la organización para que él cambie e intente encestar con la mano derecha, no hay nadie dentro de los Sixers interesado en alentar a Simmons para que lo haga.

“Eso no sucederá jamás”, dice Brown. “Te mirará molesto (si se lo pides). Simplemente, no sucederá jamás y no debería ocurrir”.

“Cuando comience a madurar, le verás convertir algunos triples y esa interrogante será puesta en la gaveta con la etiqueta de ‘¿Hablas en serio?’ donde pertenece”.

Si bien ninguno de los entrevistados recuerda con exactitud por qué Simmons, que es ambidiestro, comenzó a encestar con su mano izquierda (contrario a, por ejemplo, lanzar una pelota de béisbol con la derecha), su propensión a utilizar la diestra cuando él se encuentra cerca de la cesta ha llevado a creer que quizás debería intentar cambiar de mano.

No obstante, hasta el gigante de los Cleveland Cavaliers Tristan Thompson (quien cambió de mano para sus tiros hace varios años) no se siente tan seguro de que Simmons debería imitar sus pasos. “Quiero decir, es algo para pensar”, dice Thompson.

“Pero hasta ahora, las cosas le han salido bien: se convirtió en All-Star y ganará $170 (millones)”, prosiguió, entre risas. “Por eso, quizás ya ha madurado bastante”.

Pero Simmons no está cerca de ser un jugador maduro. Y él lo sabe. Por los momentos, los Sixers dicen creer que, con su nivel actual, cuenta con suficiente calidad para llevar a esta ciudad a disputar las Finales de la NBA por primera vez desde la cumbre de la carrera de Allen Iverson. 
“Esta es su ciudad”, dice Brown. “Es su programa. Firmó un nuevo contrato. Le mostramos cuánto lo valoramos”.

“Eso no minimiza el orgullo que siente a la hora de intentar corregir (su enceste). Podrías tener un contrato por 50 años y ganar tantos millones como hacen estos chicos hoy en día y eso no te restará competitividad u orgullo. Eso sigue existiendo”.

Y esa es la razón por la cual Simmons pasó todo el verano metido en el gimnasio, trabajando en su enceste. Es la misma razón por la cual los Sixers volverán a poner el balón en sus manos a tiempo completo. Por ello, Brown está colocando a Simmons frente a la línea de 3 puntos cuando no tenga dominio del balón. Y a eso se debe que tantas personas sintieron tanta emoción por un triple convertido en un partido de pretemporada.

Y hasta que Simmons convierta (o por lo menos, intente) cestas de 3 puntos con regularidad, su enceste seguirá siendo motivo de debate. Independientemente de que los 76ers quieran debatir o no.