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El fracaso del histórico equipo de los Golden State Warriors del 2015-16

ESPN

Uno de los equipos más dominantes de las últimas décadas y de la historia de la NBA fue el de los Golden State Warriors de la temporada 2015-2016. Esta escuadra se encontraba en medio de una dinastía y tuvieron una serie regular de ensueño al romper la marca de victorias en una campaña, ganando 73 partidos y dejando atrás el récord de los Chicago Bulls de 1995-96, que ganaron 72 juegos.

El equipo de Golden State rompió múltiples récords de temporada regular en su dominante camino a la postemporada. Iniciaron el año con 24 victorias consecutivas, rompiendo la marca anterior de los Houston Rockets de 1993-94 y de los Washington Capitals de 1948-1949, quienes iniciaron con 15-0.

Los Warriors establecieron la que en su momento fue la mejor eficiencia ofensiva de la historia moderna de la NBA, marcando 114.5 por partido. Adicionalmente tuvieron una efectividad de tiros de campo de 48.7 por ciento, encabezados por Stephen Curry, quien se convirtió en el primer y hasta ahora único jugador en la historia de la liga en anotar 400 tiros de tres, así como por los estelares Klay Thompson y Draymond Green.

El conjunto dirigido por Steve Kerr tuvo la ofensiva número uno de toda la liga, promediando 114.9 puntos por partido, mientras que, a nivel defensivo tuvieron el quinto mejor rating de la temporada, con 103.8.

Golden State Warriors fue un equipo tan dominante que el 27 de febrero del 2016 se convirtieron en el primer equipo de la temporada en clasificar a la postemporada. Eso los convirtió en apenas el segundo conjunto en conseguir su clasificación en febrero, desde que Los Angeles Lakers de la temporada 1987-1988 lo hiciera.

Durante la postemporada el equipo no tuvo mayores contratiempos en las dos primeras rondas, despachando a los Houston Rockets en cinco partidos, para luego enfrentarse a los Portland Trail Blazers durante las semifinales de la Conferencia Oeste y también derrotarlos con cuatro triunfos y apenas una derrota.

En la final de la Conferencia Oeste, las cosas, en principio, no salieron tan bien para los Warriors. Cayeron en tres de los primeros cuatro partidos ante el Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook, por lo que muchos creyeron que su temporada llegaba al final. Sin embargo, los Warriors encendieron todos los motores y vinieron desde atrás para llevarse la serie y clasificar por segunda vez consecutiva a las finales de la NBA.

En las finales volverían a encontrarse con los Cleveland Cavaliers de LeBron James y, tal como lo habían hecho el año anterior, dominaron al conjunto de la Conferencia Este en una serie excitante, pero que se veía desnivelada en cuanto a talento. Con ventaja de tres partidos sobre uno, todo parecía estar en favor de que llegara el segundo campeonato consecutivo para el conjunto de la bahía, fue ahí que el desastre ocurrió.

Los Warriors perdieron su ventaja de tres partidos frente a James y sus Cavaliers, llegando a un séptimo juego en una de las series más emocionantes de la historia reciente. La serie quedó defiinida por un tapón de James a Andre Iguodala, seguido de un enorme canasto de tres puntos de Kyrie Irving.

El gran equipo que ganó 73 partidos de temporada regular, perdió el campeonato de la NBA, convirtiéndose en apenas el primer equipo en la historia que perdía una Serie Final luego de estar arriba tres partidos por uno. Adicionalmente, fueron el primer equipo que terminó con la misma cantidad de derrotas en serie regular y postemporada (9) y los primeros en no lograr obtener el campeonato luego de ganar 69 partidos o más.