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Juan Toscano, de cargar garrafones, a compañero de Curry y un ejemplo para su comunidad

Juan Toscano se mostró cercano con compañeros y personal del staff en Fuerza Regia y ahora en la NBA su compromiso social lo ha llevado a ser considerado para un premio por la NBA

Juan Toscano fue nominado al premio Kareem Abdul Jabar por sus acciones fuera de la duela. El jugador de los Golden State Warriors se ganó un lugar en la franquicia californiana y el cariño de todo el público, sobre todo el de las minorías, incluyendo los latinos, pues desde que jugaba en México en Fuerza Regia se notaba su buen carácter y su humildad con todos.

“Todos lo querían, los jugadores y los coaches. Era muy enérgico, nunca echó flojera, siempre entrenaba con todo, le hacía caso al coach”, contó Sebastián Aguilar a ESPN Digital, quien fue su compañero en el equipo regiomontano antes que Toscano ganara un lugar en la G League y luego dio el salto a la NBA.

“Le ayudaba a Mario, quien nos llevaba a los entrenamientos, cargaba el agua y lavaba los uniformes. A él siempre le ayudaba a cargar los garrafones y me decía a mí que los cargara”, recordó el basquetbolista mexicano a este portal.

A lo largo de su estancia en Monterrey, Juan Toscano siempre se mantuvo cerca de los aficionados y de sus compañeros. Realmente se interesó por ver la progresión de sus compañeros y desde ahí se notó esa forma de ayudar a su comunidad.

“Con los aficionados la verdad siempre aceptaba fotos, no era sangrón e intentaba hacerles la plática. Le agarras cariño porque no es sangrón como luego suele pasar. A mí me mandaba mensajes en la noche para ver cómo estaba, para salir a cenar. Apoyaba a todos, a mí como novato me alentaba a entrenar”, dijo Aguilar.

Toscano tenía detalles diarios que parecían nada, pero que le daban sentido a su forma de ser y que lo llevaron al lugar donde está en la actualidad, pues hoy come en la mesa de Stephen Curry y Klay Thompson, pero nunca se le olvidó de dónde viene.

“Toscano nunca se paraba hasta que todos terminábamos de comer. Teníamos que estar 8:30 para subirnos a la camioneta e irnos al gimnasio y se paraba para irnos a entrenar”, eran las pequeñas cosas con las que el basquetbolista hacia grupo.

Estas acciones lo llevaron a siempre levantar la voz por los suyos. El sacrificio que ha mostrado desde su paso por México lo llevó a estar en la mejor liga de básquetbol del mundo y hoy disfruta los frutos de su cosecha, una que fue con base en mucho trabajo y esfuerzo.