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Toño Rodríguez 2y

Trato preferencial a LeBron James

No es bueno para la credibilidad de la liga que el agresor, se llame como se llame, sea penalizado con un criterio distinto que el agredido.

Es un poco obvio cuando se pone en la misma frase el nombre de LeBron y la palabra estrella, porque él es la cara del basquetbol, pero la NBA fue demasiado benevolente con el número 6 de Los Lakers al darle un solo juego de castigo por la bronca entre su equipo y los Pistons, que terminó con una expulsión de cada lado.

Aquí hay dos cosas me parecen un contra sentido en la decisión, la primera es que el jugador que inició todo con un puñetazo, LeBron James, fue el que recibió la menor sanción, y la otra que el jugador que fue víctima de la agresión y no tiro un solo golpe, Isaiah Stewart, se llevó dos partidos. 

No es por jugar al abogado del diablo, porque está claro que la actitud de bulldozer de Stewart no es admisible dentro de una cancha, pero si vamos a los hechos que son lo que debe contar para tomar acciones disciplinarias, él ni si quiera alcanzó a levantar el puño, más bien corrió como una bestia por todos lados, pero nunca logró encarar a nadie. 

De nuevo, LeBron James fue el único que tiró un golpe esa noche y, aunque es natural pensar que no no apuntó a la cara de Stewart porque nunca ha sido un jugador mal intencionado, es indiscutible que sí buscó hacer contacto con alguna parte del cuerpo de su rival, probablemente el pecho, porque su movimiento no corresponde ni en fuerza ni en dirección a uno relacionado con la búsqueda del balón.

Pero no crean en mi criterio y mejor apelemos a la jurisprudencia para resolver por qué LeBron James recibió un trato preferencial de la NBA, basta voltear seis temporadas atrás a la primera ronda de los playoffs del 2015, cuando JR Smith le dio un golpe casi idéntico a Jae Crowder  y se tuvo que tragar dos juegos de castigo, sí, dos en los playoffs, que deberían haber sentado una base para lo que se decidió esta semana.

Si no están de acuerdo es porque no le dieron click al video, las acciones son ridículamente parecidas, incluso en el hecho de que LeBron James presenció a escasos metros el golpe de su entonces compañero en los Cavaliers, con la única diferencia que Crowder lo tomó con mucha más filosofía que Isaiah Stewart.

No es bueno para la credibilidad de la liga que el agresor, se llame como se llame, sea penalizado con un criterio distinto que el agredido, por lo que yo creo que lo ideal hubiera sido darle dos juegos a ambos y no dar lugar a la idea -quizás justificada- de que los equipos más poderosos y sus estrellas son protegidos por la oficina central la NBA.

  

Algo bueno tiene esta historia y es que con las sanciones cumplidas, Isaiah Stewart y LeBron James se volverán a ver las caras este domingo en los Ángeles, una ironía del calendario que le dará una revancha a los Pistons de hacerle partido a unos vulnerables Lakers en este punto de la campaña. No deseo golpes, pero sí una sorpresa en el marcador. 

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