En la otra semifinal jugarán Yugoslavia, que eliminó a Estados Unidos al ganarle 81-78, y Nueva Zelanda, verdugo de Puerto Rico, al que venció 6-5, 6-3.

ARGENTINA, CONTRA ALEMANIA Y CONTRA LA FATIGA
Argentina llegó a las semifinales como el único equipo invicto, con siete victorias al hilo y el honor de haber acabado con el mito de invencibilidad de Estados Unidos.

"Ya entramos en la historia. Ahora vamos en busca de la gloria", declaró el técnico argentino Rubén Magnano luego del triunfo del jueves 78-67 sobre Brasil.

La noche previa los argentinos habían doblegado 87-80 a Estados Unidos, propinándole a los astros de la NBA su primer revés luego de 58 triunfos seguidos.

Los argentinos se las verán ahora con Alemania, que superó 70-62 a España. Argentina ya venció a los alemanes en la primera ronda.

Si bien Argentina ya le ganó 86-77 a Alemania en su primera confrontación, el técnico Magnano advirtió que su equipo está bastante fatigado.

"El partido con Brasil fue muy duro para nosotros. El equipo sufrió un gran desgaste ante Estados Unidos, no solo psicológico, sino también físico", manifestó. "Brasil nos complicó, no nos dejó tirar de lejos. La diferencia la marcó nuestra defensa", agregó.

El entrenador, no obstante, reiteró su confianza en sus dirigidos. "Argentina es el actual campeón sub21. En nuestra liga se juega muy buen básquetbol. El resto del mundo va a tener que empezar a prestarnos atención", expresó.

Uno de sus jugadores, Alejandro Montecchia, dijo que "Brasil nos complicó, pero salimos adelante en el segundo tiempo. Apretamos las marcas y lanzamos buenos contragolpes".

Agregó que al equipo le costó recuperarse de la conmoción causada por su triunfo ante Estados Unidos.

"Sabíamos que habíamos hecho algo increíble. Pero corríamos peligro de tirarlo todo por la borda si no ganábamos contra Brasil. Todo el esfuerzo hubiera sido para nada", manifestó.

LOS YUGOSLAVOS QUIEREN VOLVER A SER FAVORITOS
En los papeles, Yugoslavia es el favorito para llevarse el título, que ya conquistó en cinco ocasiones, incluida la última.

Los yugoslavos afirmaron a su llegada al mundial que se sentían en condiciones de ganarle a Estados Unidos, cuando eso todavía parecía una bravuconada sin sustento.

Pero ahora que le ganaron, casi se sienten campeones.

Resta por verse si los yugoslavos logran mantener la concentración. Y, sobre todo, si no subestiman a Nueva Zelanda.

Su técnico Svetislav Pesic recordó que "los neozelandeses tienen un buen equipo y nos ganaron en un torneo en Alemania".