Manu le robó el show a Kobe

El argentino respondió con clase y control en su debut en la NBA

DEBUT DE ENSUEÑO: Emanuel Ginóbili (izq) busca a quien pasar ante la defensa de Slava Medvedenko, de los Lakers. Los Spurs estropearon la fiesta de los Lakers y Manu impresionó. (Reuters)
HOUSTON -- El escolta argentino de los Spurs de San Antonio, Manu Ginóbili, no pudo tener mejor escenario para hacer su debut oficial en la temporada de la NBA que el Staples Center, la casa de los tricampeones defensores, Los Angeles Lakers y su estrella Kobe Bryant, mostrando su nueva musculatura.

Ni el ambiente impresionante, tipo Hollywood, que mostró el Staples Center con 18.997 espectadores, 77 veces consecutivas con casa llena para los Lakers, ni Bryant, fueron suficientes para impedir que Ginóbili se montase su propio espectáculo deportivo con un baloncesto de equipo y acciones individuales decisivas en el cuarto periodo.

Ginóbili, de 25 años, sabía que el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, confía plenamente en él y que le iba a dar la oportunidad de demostrar que ha llegado a la NBA para quedarse y triunfar.

El jugador argentino, una de las sensaciones en el pasado Campeonato del Mundo, respondió con clase y control al reto de su debut. Sus penetraciones, pases y robos de balón hicieron disfrutar incluso a los aficionados de los Lakers aunque a la postre le hicieron mucho daño a su equipo.

La presencia de Ginóbili, junto con la de Speedy Claxton, cambió por completo la marcha del partido en el cuarto periodo cuando el jugador argentino le robó con elegancia y limpieza un balón a Bryant, capturó un rebote defensivo y logró una canasta con penetración y giro de espaldas que puso a los seguidores de los Lakers en el dilema de hacer algún tipo de exclamación o aplaudir.

Ginóbili había logrado superar la presión que siempre supone un debut en la NBA con su nuevo equipo, y más para un jugador extranjero. Además, fue el revulsivo perfecto que los Spurs necesitaban para salir del bajón de juego en el que habían caído, contagiándose de los fallos de sus rivales.

El pívot David Robinson fue el que mejor definió la aportación de Ginóbili cuando dijo que le daba las gracias al entrenador Popovich por haber sacado al jugador argentino. "Necesitábamos un revulsivo, alguien que nos diese nueva vida y tanto Manu como Claxton lo consiguieron con su presencia", declaró Robinson. "Su velocidad hizo la diferencia".

El jugador argentino en 19 minutos de acción consiguió siete puntos (3 de 9 tiros de campo, incluido un triple de cuatro intentos), capturó dos rebotes, dio tres asistencias, robó cuatro balones, puso un tapón, perdió una vez el balón y cometió tres personales. Su producción fue especialmente válida después de ver como el base francés Tony Parker, la gran revelación el año pasado como novato, se hundía en la mediocridad de no poder conseguir una sola canasta en 10 tiros de campo y los dos únicos puntos que anotó fueron desde la línea de personal cuando quedaban 35 segundos para el pitido final.

"Manu cumplió con clase y profesionalidad todo lo que se le encomendó en el campo y fue de verdad una auténtico revulsivo para el equipo al aportar una nueva energía con sus acciones y actitud", declaró Popovich.

Sólo cuando Popovich se decidió por Ginóbili y Claxton, el partido cambió por completo para los Spurs, que se pusieron con la ventaja suficiente en el marcador para que la reacción final de Bryant, ocho kilos más de peso que el año pasado, no les causara ningún problema.

Bryant no podía irse del partido sin intentar ser el centro de atención y antes del pitido final consiguió un triple que lo dejó con 27 puntos, insuficientes para evitar la derrota por 87-82 en el mismo día que habían recibido por tercera vez consecutiva el trofeo y anillos de campeones de liga.

- EFE

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Spurs vs. Lakers
miércoles, 30 de octubre
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