Robertson y Bird, ambos miembros del Salón de la Fama, Schmidt y el ex jugador de la Universidad de Indiana, Quinn Buckner, serán los últimos que participen en el llamado Dream & Drible Tour, que comenzó en la localidad de Milan (Indiana) el pasado 16 de julio y ha recorrido otras 16 ciudades antes de llegar a Indianápolis.

El acto se celebrará mañana, jueves, en la Pan American Plaza, a partir de las 6:30 de la tarde hora local y estará abierta a todo el público.

Dale Neuberger, presidente de Indiana Sports Corp., el grupo responsable de la organización del mundial, dijo que están seguros que los 11 días de competición y los 62 partidos que se van a disputar en el RCA y en el Conseco Fieldhouse, van a ser algo muy especial para la historia deportiva de la ciudad.

"Después de 52 años tener la oportunidad de ser la sede del primer Mundial que se organiza en Estados Unidos es algo muy especial para la ciudad de Indianápolis, donde tanto significado tiene el deporte del baloncesto", comentó Neuberger. "Somos conscientes de la gran pasión que existe por el baloncesto y la vamos a vivir en plenitud".

Neuberger dijo que estaban preparados para realizar un gran campeonato del mundo y no defraudar a nadie porque contaban con unas instalaciones ideales y con unos aficionados únicos, que no sólo entienden de baloncesto sino que son de una gran hospitalidad.

Por su parte, C.M.Newton, máximo responsable de la organización del Campeonao del Mundo de Baloncesto, dijo que habían trabajo como un verdadero equipo, entrenándose con sesiones muy duras de trabajo de uno contra otros para al final ver que estaban listos.

"Los entrenamientos fueron excelentes y estamos listos para poner en práctica todo lo que aprendimos que nos permitan realizar una organización perfecta", destacó Newton. "Los más de 2.000 voluntarios que van a trabajar con nosotros serán un factor decisivo en el desarrollo de la organización".

Neuberger no pudo dar cifras exactas de como iba la venta de entradas, pero aseguró que estaban muy satisfechos y que todo dependía también de como se desarrollase la competición y la llegada de visitantes extranjeros que siguen a sus respectivas selecciones.

"El objetivo es superar las marcas de venta de entradas que se registró en el Mundial del 94 disputado en Toronto (Canadá) cuando ganamos la última medalla de oro", comentó Neuberger. "Creo que ya hemos superado la venta de 150.000 entradas".

Neuberger reconoció, que como nunca habían organizado un competición de la importancia de un mundial no tenían un sistema concreto para conocer con exactitud la marca de la venta de entradas, pero lo que habían notado era un incremento durante las dos últimas semanas.

La presencia con Estados Unidos de los jugadores Reggie Miller y Jermaine O'Neal, que forman parte del equipo local de la NBA, los Pacers de Indiana, también ha sido un factor importante de interés para los aficionados, que pueden ver a otros profesionales como Antonio Davis, un ex jugador de los Pacers, Shawn Marion, Michael Finley, Paul Pierce y Ben Wallace, entre otros.

El equipo de Yugoslavia, que ganó el último Mundial en 1998 cuando los Estados Unidos envió jugadores de la CBA, colegiales de las ligas europeas debido al cierre de campo en la NBA en esas fechas, será de nuevo el gran rival a batir.

Estados Unidos jugará su primera partido dentro del Grupo C el próximo jueves cuando se enfrente a Argelia, el viernes tendrá de rival a Alemania con el alero Dirk Nowitzki y el sábado a China con el pívot Yao Ming, seleccionado por los Rockets de Houston con el número uno en el pasado sorteo universitario de la NBA.

Los organizadores están convencidos que llegaran no sólo visitantes extranjeros sino también de otras ciudades del país, donde hay comunidades con inmigrantes europeos, chinos y latinoamericanos.