Ayuso también aportó cinco rebotes y cinco asistencias, mientras que otros cuatro jugadores encabezados por el base reserva Christian Dalmau con 15 puntos superaron la barrera de los 10 y Antonio Latimer fue el mejor bajo los aros al conseguir siete rebotes.

El equipo boricua, que en la primera jornada dio la gran sorpresa con la victoria sobre Turquía, comenzó el partido contra Líbano en plan exhibición para un parcial de 33-11 en el primer cuarto.

La demostración de Puerto Rico con penetraciones perfecta por los laterales, pase rápidos y dominio de los balones bajo los aros fueron la claves del dominio del equipo boricua.

Pero como ya es tradicional en la historia de Puerto Rico, le entró lo que en la isla del encanto se conoce como el "síndrome de la inmortalidad" y se olvidaron que el partido no había terminado y que estaban en el campo para completar tres cuartos más.

Líbano se aprovechó del fenómeno puertorriqueño y comenzó a pensar y a soñar que tal vez podría lograr la primera victoria en el mundial de su debut internacional.

Los hombres de Julo Toro no reaccionaban, no coordinaban sus acciones no defendían, tampoco capturan los rebotes bajo los aros y se precipitaban a la hora de tirar.

El resultado fue un parcial 13-24 en el segundo cuarto para irse al descanso con sólo una ventaja de nueve puntos (44-35) cuando de haber mantenido el ritmo de los primeros 10 minutos se hubiesen asegurado ya el triunfo.

Los consejos que les dio Toro en el descanso no sirvieron para que Puerto Rico cambiase su actitud de jugar por libre y sin hacer las cosas bien, para ver como Líbano con el pívot Joseph Vogel y Charles Bardawil, que anotaron 19 puntos cada uno, se colocaban a tan sólo cuatro puntos con menos de cinco minutos para que finalizase el tercer cuarto.

Por fin, Ayuso reaccionó en el momento oportuno para tomar las riendas del equipo, los hombres altos como José "Piculín" Ortiz, Daniel Santiago y Latimer se crecieron bajo los aros y Puerto Rico volvía a hacer su mejor baloncesto.

Al finalizar el tercer cuarto ya tenían de nuevo 10 puntos de ventaja y el control del partido para dedicar el cuarto a la exhibición y a poner una diferencia en el marcador que fue la que realmente existe entre el potencial de juego de ambos baloncesto.

Las estadísticas dejaron a Puerto Rico con un 59 por ciento de acierto en los tiros de campo, el 48 en los triples, el 67 desde la línea de personal, pero sólo 37 rebotes por 49 para Líbano, que dijo adiós a su primera experiencia mundialista, después de que en el partido inaugural también perdiese con Brasil.