"La entrada que me hicieron dos jugadores yugoslavos cuando iba a anotar la canasta fue una personal clarísima, mucho más que la que habían pitado antes en el centro del campo a favor de Yugoslavia", explicó Sconochini.

Pero a pesar de la derrota, Sconochini dijo que el equipo había demostrado ser el mejor del torneo porque sin Ginóbili llegaron al cuarto periodo con una ventaja de 10 puntos y sólo factores ajenos al juego cambiaron la suerte final.

"Es imposible no tener la sensación que nos robaron un partido que teníamos ganado, pero que los árbitros hicieron un papelón en los últimos dos minutos para que todo fuese diferente", destacó Sconochini, que logró tres puntos, cuatro rebotes y dos asistencias. El escolta argentino, que fue decisivo en el triunfo de su equipo frente Alemania en la semifinal, dijo que al margen de todo lo sucedido el tener la medalla de plata colgada del cuello era para sentirse muy felices.

"Hemos logrado mucho más de lo que nos habíamos propuesto cuando llegamos al mundial, que teníamos como meta el sexto puesto y ser medalla de plata con el convencimiento de que tendríamos que tener la de oro es algo maravilloso", destacó Sconochini.