España fue honesta y venció a Brasil

NO TAN FACIL: El español Pau Gasol pierde la pelota ante el brasileño Marcelo Machado. (Reuters)
INDIANAPOLIS -- España dio una lección de honestidad a los maledicentes que pensaban en una derrota voluntaria frente a Brasil para así evitar el cruce con los Estados Unidos en una supuesta semifinal, una componenda que sólo de oirla, descomponía el estómago de los internacionales y los técnicos españoles.

El desgaste ha cobrado carácter de síntoma en el equipo de Javier Imbroda, para qué negarlo. El cansancio pesa en las piernas del equipo español como precio acorde a la intensidad defensiva que pretende y ha desplegado en lo que va de Mundial, salvo en el partido ante Puerto Rico, pero eso es una cosa y otra saltar a la pista para regalar la victoria al contrario.

La losa del cansancio pesa sobre varios equipos, incluido el brasileño, que antes de empezar a jugar también dudaba de las verdaderas intenciones de España. Los suramericanos, al menos, limitaban sus vacilaciones a meras conjeturas, sin atreverse a darlo por hecho, como otros.

La selección española nunca jamás pensó en dejarse vencer para evitar a los estadounidenses en semifinales. Entre otros, porque primero hay que disputar la eliminatoria de cuartos. Ni siquiera en plena decepción por el tropiezo contra Puerto Rico consideró esa posibilidad, impropia de un deportista y ultrajante para cualquier selección por lo que significa defender al propio país.

Lo que España quería, necesitaba casi, era reencontrarse con el triunfo, reconocerse de nuevo a si misma, sentirse cómoda sobre la pista y demostrarse que podía vencer a Brasil y, desde otro plano, a la sobrecarga física que aflora entre los distintos equipos.

El 14-8 que los brasileños endosaron a los chicos de Javier Imbroda para cerrar el primer cuarto (de 7-15 a 21-23) hizo creer a algunos en la teoría de la conspiración clasificatoria. La verdad, la única verdad, respondía a otros parámetros que en nada tenía que ver con las conjeturas de los agoreros de la manipulación.

El esfuerzo pasa factura y España es humana, pero el equipo respiraba el olor de la rabia. La selección deseaba acallar a los que han ninguneado su buen nombre con absurdas elucubraciones. Pau Gasol, un jugador de otra galaxia a quien todo podría importarle un rábano, gritaba de coraje cuando algún tiro fácil caía fuera del aro; Juan Carlos Navarro, su íntimo amigo, perseguía una satisfacción a la mala noche contra Puerto Rico; Jorge Garbajosa olvidó el flemón que le trae de cabeza, y así uno detrás de otro.

El segundo cuarto dio aire al conjunto español. La efectividad de la zona brasileña cayó en picado y el descanso terminó de serenar los ánimos hispanos (30-39). El tercero los disparó hacia el triunfo (45-60), y el último, simplemente, certificó lo único que España siempre quiso conseguir: el triunfo.

67 - Brasil (21+9+15+22): Machado (25), Ferraciu (2), Mazzuchini (6), Sandro Varejao (4), Anderson Varejao (6) -cinco inicial-, Giovannoni (9), Klafke (6), Splitter (1), Filho (2) y García (6).

84 - España (23+16+21+24): Rodríguez (6), Navarro (11), Jiménez (12), Gasol (23), Garbajosa (12) -cinco inicial-, Paraíso (3), Angulo (6), Marco (4), Alfonso Reyes (5) y Calderón (2).

Arbitros: Jones (USA) y Cazzaro (ITA). Excluyeron por personales a Anderson Varejao (m.38), Mazzuchini (m.38). Señalaron técnica a Anderson Varejao (m.30) por protestar.

Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera y última jornada del Grupo E de la segunda fase disputado en el RCA Dome ante unos 1.000 espectadores.

- -EFE








España-Brasil
miércoles, 04 de septiembre
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