La designación de Carlos José Lugo como gerente general de los Tigres del Licey representa un paso correcto dentro de la renovación del equipo, sin embargo, quedan muchos pasos por dar que no pueden ser aplazados por más tiempo
Luego de una prolongada espera, los Tigres del Licey anunciaron la contratación de Carlos José Lugo como gerente general de la franquicia, luego de varios años como asistente para dicha posición. En términos generales, la decisión de nombrar a Lugo como gerente ha sido bien recibida por fanáticos, expertos en materia de béisbol y periodistas por igual, existiendo un consenso de que podrá realizar un buen trabajo.
Con un problema resuelto, los Tigres del Licey ahora deben enfocarse de manera inmediata en la renovación de un plantel que a pesar de haber competido en la serie final de la temporada 2019-2020, tiene mucho trabajo por delante. Algunas de las principales figuras del equipo, como el capitán Emilio Bonifacio, son jugadores que se encuentran cerca del final de sus carreras o que no han brindado el rendimiento esperado con el equipo, lo que obliga a pensar en la realización de movimientos mirando el futuro inmediato del conjunto.
“La meta debe ser construir una organización exitosa sostenible en el tiempo”, fueron las palabras de Carlos José Lugo durante la rueda de prensa en que fue presentado como el nuevo gerente. Dichas palabras no podrían ser más ciertas, en medio de una sequía de cuatro años sin campeonato y en donde equipos como Toros del Este, Estrellas Orientales y Gigantes del Cibao han realizado renovaciones totales en sus plantillas de jugadores, buscando la conformación de un núcleo joven que pueda jugar en LIDOM cada año, cosa con la que Tigres del Licey no cuenta en este momento.
Esa será una de las principales misiones de Lugo como gerente, la conformación de ese núcleo de jugadores que año a año se integren a la causa azul y que en otros equipos ha sido fundamental para la obtención del título de campeones, en especial en las últimas tres temporadas.
Adicionalmente, la incorporación de jugadores en posiciones donde el Licey no ha contado con la profundidad o con el rendimiento esperado. Los jardines son una misión pendiente a la que habrá que poner especial atención, pero del mismo modo lo serán la receptoría, la primera base y el campocorto, en donde los Tigres han tenido múltiples jugadores en los últimos años.
El proceso de selección de Lugo, aunque de suma importancia, por lo que significa el momento que vive el Licey, puso al Licey en un retraso frente a las otras escuadras de LIDOM, las cuales ya han empezado a realizar movimientos.
Los Tigres deberán elegir a su próximo dirigente y a partir de ahí, empezar a trabajar en la conformación de un equipo competitivo para la próxima temporada, pero que pueda mantener el nivel para las siguientes, lo cual, en un torneo tan corto como el dominicano, será el reto más difícil que enfrentará Carlos José Lugo.