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El Héroe: Kasuma Okamoto puso el bate para Japón en Final de Clásico Mundial

Pocos hubieran imaginado que un jugador llamado Kasuma Okamoto iba a dar el batazo del campeonato para la selección japonesa de béisbol, que se coronó en el Clásico Mundial de Béisbol, este martes por la noche, 3-2 sobre Estados Unidos.

Okamoto cerró con broche de oro una gran participación espectacular con una noche que incluyó con dos imparables, incluido el cuadrangular en la cuarta entrada contra el lanzador estadounidense Kyle Freeland, que al final fue la diferencia.

Es difícil escoger un héroe en un equipo que tuvo un desempeño tan consistente y parejo entre cada uno en la alineación de bateo o con lanzadores a los que en realidad fue casi imposible castigarlos.

Cada vez que entraba un pitcher de la selección de Japón impresionaba que su efectividad era o rondaba 0.00. Ni siquiera necesitaron que uno de los mejores peloteros del planeta, Shohei Othani, tuviera un desempeño espectacular para ser campeones.

El staff de pitcheo japonés no perfecto, pero supo salir del problema cuando se necesitaba más. Provocaron que los estadounidenses se fueran en blanco en cuatro turnos con con bateadores en posición de anotar, de los siete que dejaron en base.

Estados Unidos anotó sus dos únicas carreras de la final con solitarios jonrones, de Trea Turner y Kyle Schwarber.

En cambio, Okamoto anotó dos de las tres carreras de Japón, conectó dos imparables y cerró el Clásico con promedio de .333 con el bate.

Sólo para poner la cereza en el pastel, Othani cerró el partido para confirmar el triunfo de Japón sobre Estados Unidos, gracias al bate de Okamoto, y coronarse por tercera vez en cinco ediciones del Clásico Mundial de Béisbol.